El Presidente del Banco Central de Chile, Mario Marcel, presentó hoy el Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo de 2020, ante la Comisión de Hacienda del Senado. En su exposición sostuvo que “la situación que enfrentamos es de características muy distintas a las de cualquier otro período de contracción económica del que tengamos memoria. La principal es que su origen está fuera del ámbito económico, pues es un problema sanitario que obliga a tomar medidas drásticas, que tienen un costo económico, pero que son necesarias para un objetivo superior que es salvar vidas humanas”.

Agregó que otra característica de la situación que enfrenta el mundo es su alcance. “La globalidad de la emergencia sanitaria ha favorecido que los encargados de controlarla estén compartiendo conocimiento, y puedan adoptarse prácticas que parecen haber funcionado mejor en algunos países. Por su parte, la simultaneidad del shock económico ha llevado a que todos los bancos centrales y gobiernos estén impulsando medidas en el mismo sentido, lo que da un soporte mayor para evitar un desplome de la economía”.

Debido a la emergencia sanitaria, la presentación se llevó a cabo a través de una videoconferencia desde el Banco Central. Junto con Marcel, en la instancia participaron también el Vicepresidente, Joaquín Vial; los Consejeros Pablo García, Alberto Naudon y Rosanna Costa; y el Gerente de la División de Mercados Financieros, Beltrán de Ramón.

Ante la Comisión, el Presidente del Banco destacó que “nuestras proyecciones tienen una caída muy importante de la actividad del segundo trimestre, pero de ahí en adelante se proyecta una recuperación que se expresa en el rebote de crecimiento proyectado para 2021, cuando la economía chilena crecerá entre 3,75% y 4,75%. Esto difiere bastante de otros episodios recesivos, donde la duración del shock es mayor y la economía muestra caídas por más de un trimestre, con una recuperación del crecimiento que tarda más en llegar”.

Escenario internacional

Sobre el impacto de la crisis a nivel global y la respuesta de los países a la pandemia y sus efectos, el Presidente del Instituto Emisor señaló que “la inédita magnitud de estos fenómenos y su diseminación a escala global se ha reflejado en el deterioro de las condiciones financieras mundiales, que ha sido el más significativo desde la crisis financiera internacional de 2008. Los bancos centrales y gobiernos de diversos países han anunciado sustanciales medidas para atenuar el impacto en los ingresos y aplacar el temor de los mercados. Sin embargo, no se puede descartar un daño más prolongado y una recuperación más lenta en la medida que se extiendan las medidas de contención, más allá del esfuerzo de mitigación que puedan reforzar las autoridades en estos casos”.

Puntualizó que para este año se proyecta que “la economía mundial sufrirá una recesión, combinando caídas de actividad en el mundo desarrollado con una débil expansión en China. En este panorama, destaca una contracción en Estados Unidos, donde las cifras adelantadas del mercado laboral auguran efectos relevantes en la economía. En la Eurozona, el bajo dinamismo que venían mostrando sus principales economías —Alemania, Francia e Italia— y una banca cuya situación era compleja, plantean desafíos mayores para las políticas de estímulo”.

Impacto local

“Chile enfrenta esta coyuntura con importantes fortalezas. Nuestro marco de política económica se ha reflejado en el hecho de que Chile es uno de los países que ha respondido con mayor rapidez y contundencia en la adopción de medidas de contención y mitigación del impacto económico del Covid-19”, explicó el Presidente sobre el momento actual que vive el país.

En cuanto a la respuesta que han tenido las autoridades política y monetaria, Marcel destacó que “el Gobierno ha anunciado un conjunto de medidas que apuntan a proteger el empleo y los ingresos de los hogares, al mismo tiempo que va en ayuda de las empresas. En el caso del Banco Central, hemos tomado rápidas decisiones para mitigar los efectos de este nuevo escenario. En primer lugar, en un lapso de dos semanas hemos llevado la Tasa de Política Monetaria —la TPM—a su mínimo técnico de 0,5%. Además, introdujimos un conjunto de medidas extraordinarias, que totalizan del orden de US$ 19.000 millones, orientadas a mantener un adecuado acceso al crédito y un normal funcionamiento de los mercados financieros”.

Dado que el escenario económico y financiero derivado de la emergencia sanitaria cambia con rapidez, el Presidente del Banco Central señaló a los senadores que “el conjunto de medidas que el Banco ha adoptado es muy significativo y debería proveer un apoyo relevante para que empresas y hogares superen esta emergencia. Eso no obsta a que siempre estemos evaluando la efectividad de las medidas y nos mantengamos preparados para tomar nuevas decisiones. Como mencionamos en nuestro IPoM, el Banco dispone de espacio para responder a los desafíos que nos impongan nuevos escenarios de riesgo”.

Marcel indicó que el golpe a la economía local se transmitirá por varios canales, como actividad, empleo y comercio exterior. Sobre este último punto, indicó que “especialmente relevante para Chile es el descenso del precio del cobre, que llegó a valores cercanos a US$ 2 la libra durante marzo. Para este año se proyecta que su precio promedio se ubicará en torno a US$ 2,15 la libra. Este efecto negativo será en parte importante compensado por la caída del precio del petróleo, que se redujo hasta niveles entre US$ 20 y US$ 30 el barril durante marzo. Con ello el deterioro de los términos de intercambio no alcanzará al 1% en 2020. La caída en los precios de los combustibles también contribuirá a contener las presiones inflacionarias y aportará positivamente al ingreso disponible”.

Otro canal de transmisión son las condiciones financieras, por lo cual el Banco Central adecuó, entre otras medidas, “la operatoria de los programas de liquidez que viene aplicando desde noviembre de 2019, incluyó los bonos corporativos dentro de los colaterales elegibles para todas las operaciones de liquidez en pesos que ofrece el Banco e inició la compra de bonos bancarios a participantes del sistema SOMA, por un monto equivalente en UF de hasta US$ 4.000 millones. Adicionalmente ampliamos el monto de este programa de compra de bonos bancarios a una cifra hasta US$ 8.000 millones, eliminando la restricción de plazo en los instrumentos elegibles para el saldo remanente, que alcanza US$ 5.500 millones”.

A esto se suman otros impactos relevantes, como el deterioro del empleo, la inversión y la confianza empresarial, que ya venían de un punto de partida frágil por las condiciones económicas observadas desde octubre pasado. “Más allá de que los últimos IMACEC dieron cuenta de una recuperación de los niveles de actividad —incluyendo la cifra de febrero (2,7%) publicada esta mañana— las medidas sanitarias inciden con mayor intensidad sobre sectores que ya se habían visto afectados por la crisis social”, indicó el Presidente del Banco Central.

Agregó que el impacto en la actividad observado desde mediados de marzo es más fuerte que el registrado en octubre de 2019. “A diferencia de lo ocurrido en octubre cuando la educación y la actividad de sectores como el comercio, hotelería y restaurantes se detuvo parcialmente —principalmente en las zonas con mayores episodios de violencia—, a partir de mediados de marzo la detención en estos sectores es generalizada a lo largo del país”, señaló.

Proyecciones 2020-2021

En este escenario, el Presidente Marcel detalló la visión del Banco Central para la actividad y otras variables en los próximos trimestres, destacando la dificultad de estimar cómo evolucionará la pandemia en Chile y el mundo, y cómo se ajustarán las medidas de control sanitario. “Con todo, el Consejo estima que este año el PIB de Chile se contraerá entre 1,5 y 2,5%. En 2021, aumentará entre 3,75 y 4,75%, mientras que en 2022 crecerá entre 3 y 4%”, proyectó.

La inflación estará dominada por la fuerte ampliación de la brecha de actividad que se prevé en el escenario recién descrito. En el corto plazo operan fuerzas en sentidos opuestos, por un lado, la significativa caída en el precio del petróleo y, por otro, la depreciación del peso. Sobre esta última, es importante destacar que, a diferencia de lo ocurrido tras la crisis social, la depreciación más reciente del peso no es idiosincrática, sino que responde a la apreciación global del dólar.

En el escenario base, afirmó Marcel ante los senadores, “la inflación tendrá una trayectoria descendente en los trimestres venideros, bajando desde el registro de 3,9% en febrero a valores cercanos a 3% anual en el último trimestre de este año, para luego fluctuar en torno a ese valor en 2021”. Destacó que esta baja inflación es una ventaja para el país porque le da más espacio a la política monetaria y fiscal para actuar.

Perspectivas para la política monetaria

A partir de este IPoM, indicó el Presidente del Banco Central, “hemos decidido implementar una política de comunicación más explícita respecto de las posibles trayectorias futuras para la TPM, en lo que llamamos el corredor para la TPM”, en línea con las mejores prácticas internacionales y como fruto de una recomendación que hizo el Panel de Expertos externos que analizó el funcionamiento del Banco en 2019.

Este corredor muestra el rango de trayectorias de la tasa coherentes con el escenario base definido, y que incluye el escenario central de proyecciones y aquellos de sensibilidad que son coherentes con expansiones de la actividad en los límites superior e inferior del rango de proyección.

“Este corredor enfatiza la incertidumbre existente en tres dimensiones: a) la lectura inicial de la economía, b) los desarrollos futuros del escenario macroeconómico y su impacto en la convergencia de la inflación, y c) del nivel de equilibrio de largo plazo de la TPM. Adoptamos este cambio bajo el convencimiento que aportará a comunicar la racionalidad de las decisiones de política monetaria, potenciando su efectividad y rendición de cuentas al público”, explicó Marcel.

Al concluir, Mario Marcel destacó que “si bien esta es una emergencia que nos pone frente a un complejo momento para muchas personas, si sabemos manejarla bien, con políticas acertadas y colaboración de todos los actores, el impacto será transitorio y, en la medida que la pandemia sea controlada, todos podremos retomar nuestras actividades cotidianas”. Agregó que esto permitirá que la economía recupere su ritmo de crecimiento y deje atrás el período de contracción. Para ello es indispensable que quienes requieren ayuda para sobrellevar este período, la obtengan. “Hogares y empresas deben poder acceder al crédito, a un costo razonable. El Banco está trabajando, junto a otras instituciones, para que esto ocurra”, señaló.

Fuente:  Departamento de Estudios Transtecnia

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