Conocer las nuevas necesidades de los colaboradores y saber qué es y será más valorado por los trabajadores, es la única forma de que las organizaciones y sus líderes redefinan sus estrategias de RR.HH. y se mantengan competitivos a la hora de retener y atraer a los mejores talentos en un mundo post covid-19.
En este contexto, la edición del segundo semestre 2020 del Workmonitor, estudio realizado Randstad, consultó a más de 800 personas entre 18 y 65 años cuáles serán sus demandas laborales post-covid-19, a lo cual 71% respondió que “protección” salarial de su empleador, ubicándose primero a nivel Latinoamericano en este aspecto y tercero en el ranking internacional; luego de Grecia (82%) y Turquía (72%).
A esta opción le siguen la puesta en marcha de políticas de salud y protocolos de seguridad, con 54%; contar con cobertura complementaria de salud, con 50%; y con seguridad laboral, con 42%; mientras que más atrás se posicionan transparencia en la comunicación (38%); capacitación (32%), programas de asistencia con apoyo psicológico (32%), y equipamiento adecuado para el home office (32%)[2]; los que vendrían a ser los nuevos beneficios a implementar o a reforzar por las empresas que quieran conservar una satisfacción laboral elevada y contar con personal que se sienta seguro en su lugar de trabajo en un mundo post covid-19.
Al respecto, desde Randstad aseguran que “la sensibilidad y conciencia con la que actúen las empresas en momentos como este, aparte del replanteamiento que puedan hacer de sus políticas y beneficios laborales, serán factores decisivos en la capacidad de atracción y retención de talento que tengan una vez que pase la crisis. Si bien hoy las ofertas de empleo son escasas, cuando la economía se reactive completamente las personas podrían comenzarán a buscar trabajo, especialmente aquellas que consideren que su empresa no ‘estuvo a la altura’ de una situación como esta”.
Por otro lado, el sondeo reveló que 64% de los encuestados se ha sentido mental y emocionalmente apoyado por su empleador durante la pandemia, empatado con Argentina; pero bajo Brasil (72%) y México (71%), si miramos a nivel Latinoamericano.
A escala global, Chile alcanza la posición número 7 entre los países cuya población asalariada percibe menos respaldo de parte de su compañía. En cuanto a los rangos etarios, la sensación de soporte psicológico alcanza la cifra más alta entre las personas de 35 a 44 años (79%), seguidas por el tramo de 45 a 54 (67%) y por los mayores de 55 años (62%); bajando entre la población más joven, con 59% de 18 a 34 años.
En este sentido, en Randstad comentan que “poco a poco las compañías se han dado cuenta de la relevancia de implementar acciones que no solo busquen resguardar la salud física de sus empleados, sino que también la salud mental. Por ejemplo, el teletrabajo apunta a evitar los contagios, pero esta modalidad ha generado stress y agobio al ser llevada a cabo bajo circunstancias de anormalidad, encerrados en la mayoría de los casos y con miedo al contagio, aparte de lidiar con responsabilidades adicionales, como el cuidado de los hijos en casa y la educación a distancia. Próximos desafíos del teletrabajo: clima laboral y salud mental.
Por eso, hoy muchas firmas están revisando su paquete de beneficios laborales, incorporando apoyo psicológico y ampliando sus prestaciones de salud, que es lo más importante; aparte de realizar actividades recreativas remotas, como yoga o clases de cocina, por mencionar algunas”.