En alerta está la industria financiera por una indicación que se aprobó la semana pasada en la sala de la Cámara de Diputados, que señala que el costo de los seguros asociados a operaciones de crédito debe ser asumido de manera equitativa entre la entidad financiera y el consumidor, cuestión que hasta ahora es pagada íntegramente por los deudores que contratan el seguro. La indicación fue presentada por el diputado Giorgio Jackson (RD) y anteriormente ya había sido rechazada en la Comisión de Hacienda. “Estamos yendo a un tercer trámite, lo que me parece que es muy delicado”, dice el presidente de la Asociación de Bancos (Abif), José Manuel Mena, quien tiene una crítica visión respecto a esa iniciativa.
Mena comenta que esto puede terminar en que millones de personas dejen de tener seguros. También advierte que generaría alza en las tasas de los créditos, y que varias personas podrían quedar desbancarizadas. “La lógica de decir ‘compartamos la prima’, no existe en la historia del mundo. Es como pedirle a un médico que comparta los gastos de la clínica cuando alguien se va a operar”, afirma. Detalla que al ver el promedio móvil de un año hacia atrás, ha habido más de 300.000 seguros que han sido utilizados por un siniestro, y “el que ha tenido mayor efecto ha sido el de desempleo, ya que del orden del 60% fueron de cesantía. Estamos hablando, en un año móvil, de unos US$400 millones en siniestros que han recibido las personas. Entonces, tienen un uso bastante importante, no es una situación que esté siendo utilizada esporádicamente”.
¿Qué le pareció lo que se aprobó?
–Creemos que este tipo de iniciativas va en el sentido contrario de lo que es la posibilidad de ir avanzando a productos mejores para las personas y acercarnos un poco más a un mundo más moderno. A nivel mundial, se entiende que hay cuatro líneas de productos que se trabajan internacionalmente en la banca moderna. Una, es toda la alternativa de inversión; en segundo lugar, las alternativas de crédito; la tercera, son las diferentes formas de medios de pago, y la cuarta, son los seguros. Así, el planteamiento que hemos conocido tiene un error conceptual grave, porque el beneficiario siempre en los contratos de seguros es la persona, ya sea natural o jurídica, y no la entidad que lo comercializa (…) El seguro es un mitigante de riesgo, que permite que el producto incluso sea más barato, de lo contrario, el riesgo de alguna forma hay que incorporarlo en la tasa. Es decir, el seguro siempre, internacionalmente, durante ya centenares de años, cuando los seguros parten en Europa, son entendidos como un beneficio para las personas jurídicas o naturales. La argumentación que hemos leído hace otra afirmación, que creo que es un error conceptual grave, y ahí se genera toda la dificultad.
¿Qué efecto podría generar esta indicación?
–Esta iniciativa tiene dos grandes efectos. Primero, que genera una incertidumbre respecto a la viabilidad de los seguros masivos. Al pedir que las primas sean pagadas en partes iguales por el beneficiario del seguro y la entidad que lo comercializa; situación inédita en el mundo, porque esto no existe y no ha existido nunca en la historia; lo que se genera, en primer término, es que obliga a un análisis detallado de los costos que están detrás, y el primer análisis que se tiene es que esto hace inviable el seguro masivo. Hace inviable que estos millones de pólizas que hoy existen puedan mantenerse. Dentro de ese punto, está el efecto de desbancarización en magnitudes como no habían sucedido en años recientes. ¿Por qué? Recordar que cuando se bajó la Tasa Máxima Convencional (TMC), se habló, y se demostró posteriormente, que salieron del mercado 300.000 RUT, que en el ámbito de crédito se fueron a la informalidad.
¿Y cómo se compara eso con esta indicación?
–Aquí estamos hablando de millones de pólizas, por ejemplo, los asegurados en cesantía son casi 5 millones. Nuestra impresión es que esta propuesta debe ser analizada mucho más en detalle, y se debe tener conciencia del impacto, que en este caso genera una desbancarización, la mayor, para mi gusto, porque no estamos hablando de centenares de miles, estamos hablando de millones de personas que hoy cuentan con un seguro, que es un beneficio razonable asociado al mundo moderno, y en este caso, existiría la imposibilidad económica de poder mantenerlo.
¿Pero no se puede hacer una compensación aumentando la tasa para permitir que existan seguros?
–El aumento de costo se estima que es del orden de 50 puntos básicos para hipotecarios, y se estima que el costo en el caso de un crédito de consumo puede llegar al orden de unos 200 puntos base. Cuando digo eso, son 200 puntos anuales, es decir, si estaba en el 3% anual, con 200 puntos adicionales sería de 5%. Si alguien piensa que esto se resuelve aumentando la tasa del producto de consumo, eso no es válido, porque tenemos una TMC. Por lo tanto, no es posible compensar vía tasa del producto básico principal; eso lleva a que haya un segmento muy importante, que no solo es el de más bajos ingresos, sino que incluso segmentos más medios, que quedan imposibilitados de tener seguros, y eso hace que quedemos con una situación de desbancarización.
Fuente: Mariana Marusic, La Tercera