En diciembre se deberá designar al reemplazante de Sebastián Claro, mientras que la próxima administración deberá renovar dos cupos más y definir al siguiente titular del instituto emisor.

Un recambio relevante de sus miembros vivirá el Banco Central (BC) en los próximos cinco años, los cuales comenzarán a gestarse a fines de este ejercicio con el término del período del vicepresidente del organismo Sebastián Claro, mientras que el siguiente gobierno deberá definir dos nombramientos.

Es decir que tres de los cinco consejeros serán renovados en breve plazo. Y todos ellos con alguna injerencia del próximo Gobierno.

El siguiente nombramiento será en 2019 -generalmente estos temas se discuten en diciembre, aunque hay ocasiones en que se han extendido hasta febrero- cuando expire el mandato de la única mujer en el instituto emisor, Rosanna Costa considerando que ingresó en reemplazo de Rodrigo Vergara, quien tras ocupar la presidencia por cinco años renunció al cargo de consejero.

El siguiente es el caso de Joaquín Vial -que al igual que Claro- ocurrirá cuando el ocupante de La Moneda esté dejando su silla presidencial, pues si bien fue nombrado en febrero de 2012, ello ocurrió por demora en la designación debido a que las fuerzas políticas no lograban acuerdo ya que el mandato de los consejeros siempre expira en diciembre.

Quienes han participado de anteriores negociaciones admiten que las dos primeras nominaciones no debieran significar dudas en el sentido de que ambos ocupantes son de hogar conocido de pensamiento coincidente con la derecha. En el caso de Vial surge una interrogante porque si bien en su momento fue muy cercano a la DC – de hecho fue director de Presupuestos en el gobierno de Eduardo Frei-, en la anterior contienda electoral apoyó a Sebastián Piñera.

En medio de las elecciones

En la clase política el tema de los nombramientos del Central ni siquiera ocupa el último lugar de la tabla, a no ser que sea en base hipotética. “Estamos en modo elecciones” responden los senadores.

Respuesta que no sólo obedece al advenimiento de la contienda electoral en noviembre, previo al término del mandato de Claro sino que a los dos negociadores natos de la oposición en este tipo de materias van a la reelección: los senadores Juan Antonio Coloma (UDI) por la región del Maule y José García (RN) por La Araucanía. Y obviamente si uno de ellos no obtuviera los votos para continuar por un próximo período sería bastante difícil que asuma la vocería para designar a una persona que estará por los próximos diez años definiendo el futuro de la tasa de interés.

También el resultado de la elección es clave. Todo dependerá de cómo se rebarajen las fuerzas del conglomerado oficialista y de oposición, y si bien los parlamentarios desestiman que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés trate de imponer un nombre si la Nueva Mayoría (NM) sufre una derrota aplastante, tampoco descartan de plano el escenario estimando que en esa circunstancia la NM tendría peso para designar a quien quieran. “Lo lógico sería que el nombramiento se hiciera de común acuerdo con quien será el próximo Presidente debe ser dentro de la misma lógica de resguardar los equilibrios dentro del consejo”, acotan como principios orientadores.

Atendiendo la negociación anterior para reemplazar a Vergara, recuerdan quienes estuvieron en la cocina, que el ministro practicó un esquema muy simple: asumir que el consejero debería ser de las filas opositores y encargarles a Coloma y García la postulación de un candidato que tuviera el consenso de su sector.

En esta oportunidad sí debería estar presente la visión de Hacienda que aspiraría a que el reemplazante fuera más técnico que político, debido a que observa que el consejo está más cargado al conocimiento del tema fiscal por la mayor parte sus integrantes, que a la profundidad de la política monetaria.

Aquellos que estuvieron en el anterior nombramiento recuerdan que el candidato del ministro era Luis Oscar Herrera -ex jefe de división del Banco- calificado por todos como “95% técnico, y 5% político” por lo cual sería una carta óptima con esa lógica de vasta competencia monetaria. Sin embargo le juega en contra el escaso conocimiento que los parlamentarios tienen de él, y que incluso no lo incluyen como “uno de sus filas” pese a los comentarios de Valdés afirmando aquello. Incluso hace unas semanas Herrera indicó en una entrevista que “no hay duda de que la recuperación será más rápida en un gobierno de Piñera” lo que no dejó de causar extrañeza porque es conocida su distancia para referirse a materias más políticas.

Otros candidatos que surgen con este perfil son Alberto Naudon, actual gerente de la división de estudios del BC, y que fuera el segundo candidato de Valdés en la negociación que catapultó a Costa; y Rodrigo Cerda, mano derecha del ex ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

Futuro presidente

En 2019 el próximo gobierno deberá definir qué hará con la extinción del mandato de Vergara: si mantiene a Costa en el consejo por otros 10 años o designa un sucesor distinto.

Esta determinación no es baladí, ya que es probable que quien asuma en ese momento podría convertirse en el próximo presidente del Banco Central que se renueva en 2021. Por supuesto, visto en el escenario más probable como indican las encuestas de que Sebastián Piñera resultaría ganador en estas elecciones y por ende sería el encargado no sólo de suplir está vacante, sino que además de designar al titular del instituto emisor por cinco años hasta 2026.

Entre los consultados se menciona como alternativa a esta definición a Juan Andrés Fontaine y Felipe Larraín, ambos ex ministros de Piñera y reconocidos economistas. Incluso se agrega que sería muy difícil que cualquiera de ellos aceptara este año ser la carta de reemplazo de Claro: “no me imagino a ninguno de los dos estando cuatro años bajo Marcel”.

Sin embargo, entre los conocedores de las conversaciones anteriores se menciona que Fontaine habría estado dispuesto a llegar esta vez al Central, por lo tanto, tampoco sería tan sorpresivo que este año aceptara un puesto en el consejo, pues su nombre esta vez tiene más factores a favor: el ministro Valdés tiene una muy alta valoración de él; ayudó a destrabar la Reforma Tributaria con el régimen semi integrado; y los parlamentarios de la NM han señalado que no vetarán a nadie.

Ahora si en los comicios vence Alejandro Guillier o Beatriz Sánchez -que compiten en los sondeos por pasar a la segunda vuelta-, las cartas probables sería insistir con el actual presidente Mario Marcel o designar a Pablo García por los años que les restan (2024), rostros más cercanos en la línea de pensamiento a ese sector. En ese caso, el cupo seguiría siendo de la derecha por lo que se suman a los anteriores como candidatos naturales Raphael Bergoeing y Felipe Morandé.

Artículo de Miriam Leiva

Fuente: Pulso

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