Técnicos de la oposición califican como regresiva -y por ende inconveniente- la propuesta oficial de integración tributaria, con un razonamiento muy simple. Estimaron cuál es la reducción en el impuesto a pagar que beneficia a cada persona cuya tributación se verá afectada por la integración, y luego midieron esa reducción en el pago de impuestos como porcentaje de los respectivos ingresos totales de esas personas. Lo que encontraron fue que, como porcentaje de sus ingresos, el alivio tributario es mayor para las personas en tramos de ingresos altos. Esto es, como resultado de la integración, el ingreso neto de impuestos de los más ricos subirá más que el de los menos ricos y que el de los más pobres. Por lo tanto, declararon, esta es una reforma regresiva que se debe rechazar.

Suponiendo que los cálculos numéricos son correctos, el enfoque todavía resulta perfectamente erróneo. Los números analizados corresponden a estimaciones del impacto de la integración. Pero, luego, vienen las consecuencias de ese impacto, que pueden llevar a resultados contrarios al efecto inicial. De hecho, esto es lo que muestra el análisis económico: la reducción en los impuestos a los ingresos del capital estimula inversión; esa inversión genera mayor demanda por trabajo; y la demanda por trabajo aumenta las remuneraciones de los trabajadores. Según economistas muy reputados, para el caso de una economía pequeña y abierta, y salvo en el corto plazo, se espera que el mayor ingreso para los trabajadores que resulta de la baja de impuestos, sea muy superior a la recaudación tributaria perdida. De ahí que, concluyen, las rebajas en los impuestos a los ingresos del capital, en economías como la chilena, sean progresivas.

Es muy importante que se comprenda cabalmente lo que representa el proyecto de integración tributaria. Si su lógica y su efecto real son bien entendidos por la ciudadanía, la aprobación de la integración, además de progresiva, sería evidencia de que vuelve a haber una cierta masa crítica en el país en favor de potenciar el rol de las empresas para retomar el avance hacia el desarrollo. Dejar atrás los proyectos igualitaristas, que desconocen profundamente el rol de los incentivos para movilizar los recursos económicos, y superar el énfasis absoluto en el corto plazo, como el que opositores a la reforma han estado demostrando en sus análisis, marcaría un punto de inflexión en lo que se ha venido percibiendo como una incapacidad creciente del sistema político para producir buenas políticas públicas.

Por el contrario, si persiste la baja comprensión del sentido real del proyecto, la idea de que es una propuesta “regresiva”, y un avance hacia su aprobación en base a agregar medidas percibidas como “compensatorias”, el país no habrá restablecido la confianza en su capacidad de orientarse según criterios conducentes. No cabe, entonces, minimizar la importancia del proyecto. Lograr que la integración tributaria se valore en sus méritos y significado verdaderos será un paso importante para validar las expectativas de renovación que generó el triunfo de Chile Vamos, tras los años inciertos de la Nueva Mayoría.

Fuente:  La Tercera

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