La crisis de la confianza.
Uno de los mayores activos de una empresa es la confianza: La confianza de los socios y accionistas en que los números son reales. La confianza de los bancos en que la empresa es solvente. La confianza de los clientes y proveedores en que la empresa es seria y confiable.
El planilleo —al permitir ajustar cifras a conveniencia— destruye esa confianza, y una vez perdida, es difícil recuperarla.
El daño va más allá de lo tributario.
Aunque el SII puede detectar inconsistencias tributarias y aplicar sanciones, el verdadero daño ocurre dentro de la propia empresa:
📌 Se pierde la capacidad de proyectar escenarios financieros reales.
📌 Se generan conflictos entre áreas contables y gerencias comerciales.
📌 Se normaliza la idea de “ajustar” cifras para que cuadren, perdiendo el valor ético de la contabilidad.
📌 Se corre el riesgo de que la contabilidad deje de ser la base para la toma de decisiones estratégicas.
¿Cómo revertir este problema?
Reemplazar el planilleo por una contabilidad integrada y confiable: usar software contable moderno con trazabilidad y bitácoras de cambios. Auditar la información regularmente para garantizar su consistencia con los registros oficiales. Capacitar a los equipos sobre la importancia de la integridad de los datos y el rol estratégico de la contabilidad. Promover la transparencia interna: la contabilidad debe reflejar la realidad, no maquillarla.
Conclusión
El planilleo no solo es un riesgo tributario, es un riesgo estratégico que puede costar caro: decisiones equivocadas, pérdida de liquidez, conflictos internos y destrucción de confianza. La contabilidad es mucho más que un requisito legal: es el lenguaje de la gestión empresarial. Sin una contabilidad confiable y única, no hay estrategia que pueda sostenerse.
¿Está su empresa tomando decisiones basadas en cifras reales o en planillas maquilladas? La diferencia entre el éxito y el fracaso comienza aquí.