Para muchas personas de mi edad, responder a esta pregunta en el vaivén del confinamiento, puede ser al menos inquietante. La mayoría de las personas que tienen su negocio o su pequeña pyme, lo único que quieren es que pase todo esto pronto para volver a trabajar como antes, aun cuando muchos ya presienten que las cosas han cambiado.
Son pocos los que están repensando su negocio, pues están más preocupados de diseñar los espacios para dar cumplimiento al distanciamiento social y a habilitar la señalética para orientar a sus clientes y a sus colaboradores, esperanzados de que vuelvan los clientes.
Todavía no se toma conciencia de que los cambios a realizar son más estructurales que superficiales, que vivimos el inicio de un proceso de transformación digital, social, cultural y político; en adelante, todo será nuevo, distinto e incierto. En lo empresarial, estamos viviendo el inicio de un proceso de transformación digital que exige a empresas e industrias replantear su estrategia, su modelo de negocio, su forma de competir en el mercado. Industrias como el transporte, la educación, las comunicaciones, el comercio, las empresas de servicio y otras, sin duda, serán impactadas por el teletrabajo, la digitalización, e-learning, la automatización, la inteligencia artificial y otras tecnologías que anticiparon su adopción como efecto del encierro, distanciamiento y riesgo sanitario que generó el Covid-19.
Pero retomando la pregunta, “¿qué hay de nuevo, viejo?”.
Lo nuevo en los negocios es el ambiente de incertidumbre del mercado y lo imprescindible que resulta trabajar con tecnologías. Lo nuevo es que el comportamiento de las personas y la forma de satisfacer sus necesidades, cambiaron. Es en este entorno donde debemos aprender a generar valor con nuestra oferta; muchas pymes desaparecerán no solo por las graves consecuencias económicas que provoca el paralizar su negocio durante meses. Muchas empresas antes del Covid ya eran poco competitivas y, con todo lo ocurrido, si no se transforman… desaparecerán.
En nuestro sector, las típicas oficinas de servicios contables que aún intentan sobrevivir con su oferta tradicional basada en una contabilidad donde todavía se digitan documentos manualmente, si no se renuevan, sin duda, dejarán de existir. Entender y asumir que el mundo hoy es digital es un enorme paso en este proceso de transformación. La gente de a poco dejará de ir a espacios físicos para vitrinear o a restaurantes a comer. La carta del restaurante así como la oferta de miles de vitrinas, las tendrás en tus manos; bastará solo un click en tu smartphone para tener lo que quieras. Lo nuevo será la omnipresencia de un mundo global y digital que estará disponible en tus manos, 100% online. Los empresarios y gerentes de administración tendrán información en línea del resultado financiero, tributario y laboral del negocio, con gráficos simples de entender y variados KPI, para analizar en profundidad las causas de su estado financiero. Eso será una realidad y marcará el inicio de la renovación de la contabilidad y los servicios contables. Por otra parte, las personas podrán aprender y estudiar de forma mucho más eficiente y económica: lograrán aprender a hacer y se democratizará la enseñanza de calidad en todos los niveles.
Esta revolución digital generará grandes espacios y oportunidades en el mercado, pero en un mundo muy distinto al físico; cambiarán ciertos paradigmas, por ejemplo: hoy uno de los atributos importantes para distinguirse es la infraestructura física; estar presente en un mall grande, espacioso y con variada oferta era un valor apreciable y daba cierta reputación a la empresa que allí estuviese. Del mismo modo, en las universidades, el tener una gran infraestructura marcaba la diferencia en su oferta educacional, y así podríamos destacar muchos otros casos, donde lo físico era el sello distintivo. Pero en un mundo digital, el espacio donde están las empresas no es físico, sino virtual; es estar en el ciberespacio, y ahí, si quiero seguir existiendo en el mercado, DEBO TENER PRESENCIA, ya sea vendiendo o prestando servicios. Algunas de las grandes tiendas del retail así lo entendieron, muchos restaurantes también, las universidades están en proceso y la mayoría de los grandes actores del mercado se encuentra en ese proceso de cambio, de dualidad, de trabajar en forma física y virtual. Están en ambos mundos.
¿Cómo diferenciarse en ese mundo no físico, en el ciberespacio? Es algo nuevo que debemos aprender. La tecnología utilizada en ese espacio es un factor relevante, pero al parecer no es todo, también es importante la reputación (virtual), la marca, el relato, el diseño; todos estos componentes reemplazarán a lo físico. Al parecer era cierto el refrán que decía “La imagen es todo”. Habría que aclarar que se trata de tu imagen virtual, en el ciberespacio.
Finalmente, a la pregunta “¿qué hay de nuevo, viejo?”, entendiendo que más allá de los años, lo que hace a alguien viejo es el haberse quedado pegado en viejos paradigmas, la respuesta sería: “¡Todo es nuevo, viejo!”
Muchas gracias por compartir su visión que tiene mucho peso considerando el recorrido que Usted tiene en el mundo contable en Chile y más aún habiendo vivido el cambio desde el nacimiento de los computadores.
ATTE AVS
Es muy oportuno y pertinente el apunte, realmente visionario y sobretodo muy aplicable ahora y de aquí en adelante; muchas empresas y personas aún están esperando que todo vuelva a la “normalidad” y mientras tanto los grandes, los pioneros están cada día mas adelante, generando el cambio y realizando lo que el mundo de hoy y mañana pide; gracias por compartir tremenda visión y misión, bendiciones¡¡¡