Los fondos de pensiones de los trabajadores están en riesgo. Hace muchos años, en una entrevista a Ernesto Ayala, un gran empresario, le preguntaron sobre lo segura que resultaba nuestra legislación para proteger los fondos previsionales de los trabajadores, acumulados en las AFP, y la ventaja que supone la propiedad individual que estos fondos representaban en función de los aportes que cada trabajador hacía.

Eran tiempos en que se respetaba la Constitución y nadie suponía riesgos respecto de esos recursos y mucho menos se podía pensar que la estructura jurídica que cautelaba los derechos de los trabajadores, podía alterarse. Eran otros tiempos, tiempos de respeto a las instituciones, a la palabra, al otro; tiempos en que se valoraba el esfuerzo a la trayectoria, se admiraba a los buenos empresarios, tiempos de paz, de seguridad, tiempos con futuro.

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Hoy estamos enfrentando una pandemia. Pareciera ser que las necesidades económicas que sufre una gran parte de la población justificaran cualquier artilugio para retirar fondos que supuestamente no se podían retirar. Así fue como se justificó el primer retiro del fondo de pensiones. Unos decían: “es mi plata y necesito retirarla”; otros, que parecían estar más preocupados del futuro, anunciaban: “será pan para hoy y hambre para mañana”. Lo cierto fue que se hizo algo que no se podía hacer: retirar los fondos de pensiones de la cuenta individual. En esa instancia, la única limitación fue ponerle tope a los retiros de cuentas con muchos fondos. Las AFP respondieron y pagaron, todo aparentemente correcto, en un ámbito en que se rompía con la seguridad que proviene de la actual Constitución. 

Pasó muy poco tiempo y ya estamos en un segundo retiro de fondos, con el compromiso que este será el último. ¿Alguien cree esa promesa? A diferencia del primer retiro, ahora se pusieron “todos” de acuerdo para aprobar este segundo retiro, eso sí, con la condición de afectar con impuestos aquellas rentas más altas. La justificación para aplicar este “impuesto” se sustenta en que este segundo retiro es aumento de patrimonio, es decir, es renta y, como tal, quedaría afecto al Impuesto Global Complementario, con la excepción de las rentas bajas, porque están exentas. En principio, parece coherente la justificación de cobrar impuesto a esas partidas, pero llama la atención que el primer retiro no estuvo sujeto a los mismos principios tributarios que el segundo. 

¿Acaso se le olvidó este detalle impositivo al legislador en el primer retiro? ¿Por qué el primer retiro no tributa y el segundo sí? ¿A alguien se le ocurrirá después del segundo retiro reliquidar ambos retiros para hacer pagar impuestos retroactivos al primero? Por otra parte, cabe preguntarse, si los impuestos que afectan las rentas del trabajo son el Impuesto Único de Segunda Categoría y este aplica al momento de pagar sueldos, pensiones y jubilaciones, entonces ¿cómo se puede entender que estas rentas, que solo deberían ser afectadas en forma ÚNICA con el impuesto al trabajo, es decir, no se puede aplicar otro tipo de impuesto a las rentas provenientes del trabajo, ahora se permite aplicar el Impuesto Global Complementario? Esto significa que habrá que cambiar la característica de impuesto único a las rentas del trabajo y definirlo solo como impuesto a las rentas del trabajo, eliminando la característica de único. 

En estos tiempos en que todo se puede explicar, puede entenderse este artilugio, dada la necesidad que tiene el Estado de obtener más recursos para sus arcas fiscales, en estos tiempos en que todo se justifica desde la palabra, la metáfora, la necesidad o lo que sea. Vemos que siempre existe una explicación. Pero volviendo a la entrevista al empresario y dirigente Ernesto Ayala, su respuesta fue: “No hay que ser ingenuos. Las AFP tienen cuantiosos recursos y ahí está gran parte del poder e interés. Son muchos los que miran esos fondos y los quisieran para sí, incluyendo el Estado”. Hombre tan sabio y visionario, el Estado ya vio cómo hacerse de parte de esos fondos de los trabajadores. Los políticos, sin duda, seguirán buscando resquicios para participar de este gran botín. Seguro encontrarán la forma. La nueva Constitución puede ser la instancia. Lo cierto es que los fondos de los trabajadores en sus cuentas individuales de las AFP, están en riesgo.

¿Es posible un tercer, cuarto o más retiro de fondos? Hoy hay millones de trabajadores que ya agotaron todos sus fondos. Ellos son los únicos que no tienen nada que retirar ni que perder. Hay que estar atentos, no ser ingenuos. Dejar en manos del Estado o de privados su futura jubilación pareciera hoy no ser razonable. Ya sabe lo que el Estado le puede ofrecer con su pilar solidario y también sabe cuánto puede aspirar jubilando a través de las AFP. Hoy no hay alternativas para los trabajadores. Pareciera ser que habrá que ahorrar, y seguir trabajando por siempre para tener una vida digna en nuestros últimos tiempos.

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Ya sabemos que las jubilaciones serán indignas y miserables, las pague el Estado o los privados a través de las AFP. A eso yo llamo “el pago de Chile”. Mientras tanto, mi consejo hoy es: saque y retire todo lo que pueda de las AFP; mañana, puede ser demasiado tarde.

Jorge Valenzuela 

Director Comercial y Socio Transtecnia

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