“Entre agosto y septiembre, la inflación total subió a 3,1% anual y su componente subyacente a 2,9%. Este incremento se explicó principalmente por el aumento de los precios de los bienes y alimentos que se registró en septiembre, llevando la variación mensual del IPC a 0,6%. Esta evolución se condice, principalmente, con el impulso transitorio al consumo de bienes vinculado al retiro de ahorros previsionales y a algunas restricciones de oferta en el corto plazo para abastecer esa demanda. A mediano plazo, las presiones inflacionarias se mantienen acotadas. Respecto de las perspectivas del mercado, a un año plazo la mediana de la Encuesta de Expectativas Económicas prevé una inflación de 2,7% anual y la de la Encuesta de Operadores Financieros (EOF) una de 2,5% anual, mientras que a dos años plazo continúan en torno a 3%.