Aunque estuvo a punto de lograrlo a fines de 2017, el bitcoin tuvo que esperar tres años para que finalmente el miércoles de esta semana lograra sobrepasar, por primera vez en su historia, los US$ 20.000.
Aunque son innumerables los activos que gozan de un repunte alentado por las certezas sobre una vacuna para el coronavirus, el token (unidad de valor) que fundó el mercado global de criptomonedas ha contado con alicientes adicionales, parte de lo cual le ofrece grandes perspectivas en el largo plazo, permitiéndole perfilarse como una competencia seria para el oro. Al menos así lo están viendo ahora grandes bancos de inversión.
El repunte en el que todavía transita se vio fortalecido el 21 de octubre, cuando PayPal anunció el lanzamiento de un nuevo servicio que permite a los usuarios comprar, mantener y vender criptomonedas. “El cambio a las formas digitales de las monedas es inevitable, trayendo consigo claras ventajas en términos de inclusión financiera y acceso; eficiencia, velocidad y resistencia del sistema de pagos; y la capacidad de los gobiernos para desembolsar fondos a los ciudadanos rápidamente”, señalaba entonces Dan Schulman, CEO de la compañía, que desde entonces anota un alza del 10% en sus acciones.
Esa validación, que también favorece a las divisas digitales Ethereum y Litecoin, esta semana se vio reforzada cuando la mayor plataforma de videos para adultos, PornHub, informó que comenzará a aceptar pagos en criptomonedas. “Bitcoin será conveniente para las personas que no tienen tarjeta de crédito, que no quieren usar la que tienen, no quieren que su cónyuge lo vea en la factura, no confían en dar su número a los ‘chicos del porno’ o le tienen miedo a la facturación recurrente”, señalaba en un comunicado.
Con cada vez más pruebas respecto a su uso, la creación del japonés Satoshi Nakamoto marcó el viernes un valor de US$ 22.901, con lo que acumula un salto de 219% en lo que va transcurrido del año y las perspectivas de largo plazo son contundentes.
Alternativa al oro
“Creemos que el potencial alcista a largo plazo del bitcoin es considerable, ya que compite más intensamente con el oro como moneda ‘alternativa’, dado que los millennials se convertirían con el tiempo en un componente más importante del universo de inversionistas”, sostuvo recientemente JP Morgan en un informe a sus clientes.
Así, el banco, cuyo CEO, Jamie Dimon, aseguraba a principios de 2018 que “bitcoin es un fraude”, hoy ve a la divisa digital como un competidor del activo de cobertura -frente al alza de precios- por excelencia. Esta tesis fue respaldada más tarde por Jim Raid, investigador estratega de Deutsche Bank, quien citado por ZeroHedge, postuló que “parece haber una demanda creciente para usar bitcoin donde el oro solía usarse para cubrir el riesgo del dólar, la inflación y otras cosas”.
El viernes Goldman Sachs se sumó a una discusión que llegó para quedarse. En un reporte el banco asegura que el “bitcoin y el oro pueden coexistir” y frente al debate que se ha instalado, plantea que, si bien “se está produciendo alguna sustitución, no vemos la creciente popularidad del bitcoin como una amenaza existencial para el estado del oro como moneda de último recurso”.
Lo anterior, debido a que “los inversionistas institucionales como las personas adineradas evitan las criptomonedas debido a sus problemas de transparencia inherentes, mientras que la inversión minorista especulativa hace que el bitcoin actúe como un activo excesivamente riesgoso”. De esta manera, indica que el “bitcoin es el comercio minorista de reflación, mientras que el oro es un activo defensivo con preservación del capital real a largo plazo”. La pregunta es si este repunte del bitcoin será diferente.