Una pérdida de 26 mil 500 puestos de trabajo, lo que equivale a un descenso de un 14%, registró el sector metalúrgico metalmecánico en los últimos 5 años.
La información la entregó el presidente de ASIMET, Juan Carlos Martínez, durante su intervención durante una conferencia desayuno de socios del gremio, a la que fue invitado a exponer el presidente de GfK Adimark, Roberto Méndez.
Martínez informó, además, sobre el desempeño del sector durante el mes de abril, el que registró una caída de 11,3%: “Un verdadero desplome”, sostuvo. Con este resultado el sector acumula una caída de 2,9% en los primeros cuatro meses del año.
Respecto de la pérdida de empleos, el timonel de ASIMET manifestó su preocupación debido a que la industria manufacturera es el segundo sector que genera más puestos de trabajo en Chile, después del comercio. “Pero no sólo es importante el número de empleos sino también la calidad del mismo, ya que está demostrado que la industria manufacturera genera trabajos de buena calidad, formales y estables en el tiempo”, sostuvo.
En su exposición frente a los socios del gremio, Martínez afirmó que aunque este Gobierno aseguró que este sería un Gobierno preocupado del crecimiento, en la práctica demostró tener “una reticencia casi ideológica a dar el impulso urgente que se necesitaba. Digo ideológica, porque para un sector del país hablar de crecimiento alto es más dinero y lucro para los ricos, para los poderosos”, sostuvo. Y agregó: “Aquí pasa lo mismo que con el tema del terrorismo: existe una reticencia histórica a aplicar la ley, o a declarar estados de excepción en el país por una suerte de ‘trauma’ de ser tildados de represivos”.
Al respecto, el presidente de ASIMET indicó que “el crecimiento del PIB es la mejor herramienta para crear empleo, hacer políticas sociales eficaces, mejorar las condiciones de la vida de los chilenos, y para terminar con la desigualdad que fue el objetivo central de este Gobierno. Y para crecer, primero hay que invertir, sembrar la cosechar. Sin embargo, la Nueva Mayoría hizo todo lo opuesto a incentivar el crecimiento. Destruyó el ahorro empresarial, recargó la mochila impositiva y acrecentó la incerteza en las relaciones laborales”.
Juan Carlos Martínez señaló por último que las expectativas de consumidores y empresarios siguen en terreno pesimista y la materialización de los proyectos de inversión está a la espera que disminuya la incertidumbre política-económica.
Fuente: Estrategia