¿Qué pensarías si te dijeran que los casos de liderazgo vertical se han extinguido por completo? Si bien es cierto, ese momento aún no ha llegado, cada vez más empresas son las que adoptan nuevas formas de crecer, como ocurre con las estructuras horizontales. De esta manera, los sistemas tradicionales están dejando paso a organizaciones más comprometidas que ponen en valor el factor “colaboración”.
¿Qué es el liderazgo horizontal? Diferencias con liderazgo vertical
El entorno cambiante en el que se encuentra la gestión de las empresas obliga a los modelos de organización a renovarse y reinventarse continuamente. Esto ha posibilitado que las compañías traten de aprovechar las novedades del entorno empresarial y se adapten a la demanda de las nuevas generaciones para sacar el máximo beneficio.
Esta nueva visión del negocio ha llevado a que la estructura organizacional horizontal sea tendencia y, junto a la estructura de gestión vertical, se presentan como los dos modelos que predominan en las organizaciones. Pero, ¿cuáles son sus principales diferencias?
En el liderazgo vertical se trata de ejercer el poder y el control de manera jerárquica, con una estructura piramidal, es decir, de arriba hacia abajo. Sin embargo, el liderazgo horizontal tiene pocos niveles de dirección y se caracteriza por el consenso en la toma de decisiones, transfiriendo así parte de la responsabilidad a los empleados.
El líder vertical lleva a cabo sus acciones mediante órdenes, mientras que el líder horizontal trata de confiar, formar en valores y guiar a sus colaboradores.
Este último se trata de un modelo más colaborativo, en el que los empleados están motivados e identificados con los objetivos porque participan en el proceso y se sienten responsables del éxito de la compañía. Por su parte, en la estructura vertical la motivación responde a la intención del empleado por escalar posiciones dentro de la organización.
En el liderazgo horizontal, hay un mayor nivel de comunicación, ya que es más rápida, fiable y eficaz que en las estructuras verticales, donde no es posible transferir un diálogo de manera tan directa, debido a que se produce entre diferentes niveles de la organización. Las pequeñas empresas sacan el máximo provecho de las estructuras horizontales. Sin embargo, la organización vertical es más propia de grandes empresas.
De esta manera, es fundamental saber cómo atraer a los líderes adecuados para que una empresa alcance el éxito. Desde Randstad Executive Search nos encargamos precisamente de esto y ayudamos a las compañías para que consigan el mejor talento para sus puestos directivos.
Principales cualidades de un líder horizontal
El liderazgo es el motor que conduce a las empresas hacia la mejora y la consecución de objetivos en función de sus necesidades. Son múltiples los retos que se les plantean a las organizaciones y, por ello, es fundamental analizar el contexto para decidir qué modelo de liderazgo es más adecuado.
Como respuesta a las necesidades y exigencias que presentan los nuevos perfiles profesionales, surge el líder horizontal, una figura con unas cualidades muy marcadas:
– Cuenta con el suficiente carisma como para inspirar el clima emocional y anímico de la organización.
– Tiene iniciativa, aporta ideas, busca y propone soluciones.
– Se trata de una persona autocrítica, con capacidad de escuchar y compartir responsabilidades.
– Su método de trabajo se basa en la confianza en los colaboradores y tienen una gran capacidad para mantener motivados a los trabajadores.
– Es una persona cercana, transparente y que promueve valores como la ética.
– Da feedback constante a sus trabajadores y transmite seguridad para potenciar su capacidad de innovación y creatividad.
– Tiene la habilidad de identificar el talento de cada uno de los trabajadores y guiarlos en la dinámica de trabajo en equipo.
Influencia de los millennials en el liderazgo horizontal
Las características distintivas de la generación millennial lleva a las empresas a desafiar los estándares establecidos. Esto supone un paso fundamental para adquirir una importancia más significativa dentro de las estructuras empresariales. Además, se trata de un grupo con distintas necesidades a las de otras generaciones y con una gran representación en el mundo laboral.
Se trata de una generación que no entiende la jerarquía dentro de las organizaciones de igual manera que las generaciones anteriores. Los millennials perciben la figura del líder como una persona abierta y con unas soft skills diferenciales para afrontar los desafíos que presenta el mundo empresarial actual.
Destacan por su exigencia, ya que están continuamente en busca de nuevos desafíos y únicamente están comprometidos cuando entienden cuál es su papel en la cadena de valor de la empresa. Asimismo, tan solo se unen a proyectos en empresas que ofrezcan una integración trabajo-vida o también llamada work-life balance.
Esta idea de tener una mayor libertad de acción obliga a las generaciones anteriores que ahora ocupan posiciones de liderazgo a tratar de adaptarse a las nuevas expectativas. De esta manera, los millennials se sitúan como una generación clave de la transformación de la gestión empresarial tal y como la conocíamos hasta ahora.
¿Cómo encontrar el líder horizontal perfecto?
Llegado el momento, la clave es saber identificar al mejor talento para estas posiciones de liderazgo. Esto es algo fundamental para crear una relación de confianza y un alto compromiso entre la organización y los equipos que la componen.
Para ello, es esencial definir en qué contexto se encuentra la empresa, qué necesidades tienen los profesionales y qué perfil de líder se busca. Este es el paso más complejo de todo el proceso. Si tu empresa no está preparada para afrontarlo, la mejor opción es confiar estas decisiones a un equipo de profesionales especializados.