Han pasado más de cinco semanas desde el estallido social y si bien la banca no ha dejado de funcionar, todavía no opera en un 100% de sus capacidades. Según el presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, José Manuel Mena, actualmente cerca de 260 sucursales se encuentran parcial o totalmente destruidas, lo que equivale al 7% del total. Asimismo, entre un 8 y un 9% de los cajeros automáticos están fuera de operación. Su restablecimiento, dice Mena, no dependerá solo de los esfuerzos del sector, ya que algunos de ellos están ubicados al interior de centros comerciales o supermercados que han resultado incediados o dañados.

“Nuestra disposición es reabrirlas”, dice Mena en alusión a las sucursales dañadas. Sobre todo porque son sitios de trabajo de miles de trabajadores que están viéndose afectados. “Nosotros necesitamos, igual que muchas empresas, tener un espacio normal de operación. Nuestra primera mirada es que nuestros trabajadores deben contar con un espacio de seguridad”, agrega Mena.

Problemas con los cheques

El lunes 21 de octubre, el primero hábil tras el estallido social, el sistema financiero operó con normalidad y las autoridades plantearon rápidamente que no había problemas de liquidez. Sin embargo, se han producido algunas dificultades menores, principalemente relacionadas con el canje de cheques cuando son entre distintos bancos. Este proceso, que habitualmente se produce antes de 24 horas, se ha extendido más allá de ese plazo. “Nuestras dificultades han sido dos, principalmente. La primera, poder acceder a las sucursales donde están los cheques para poderlos retirar. Y lo segundo, es que el proceso operacional para poder hacer todo el canje, el intercambio de documentos, hay que hacer unas operaciones tecnológicas también, habitualmente se hacen en horas de la tarde”, explica José Manuel Mena. “Lo normal es que eso ocurría hasta las 8 de la tarde, por lo tanto, lo segundo es que requeríamos una ciudad que funcionase hasta las 8 de la tarde”, algo que no ha ocurrido necesariamente todos los días producto de las manifestaciones y protestas.

“Los días que la ciudad ha estado operando normalmente y nuestros trabajadores pueden ir a esos centros de procesos, y después retirarse con algún grado de normalidad a sus casas, ha funcionado muy bien”, aclara el ejecutivo, quien agrega por ejemplo que durante la semana pasada eso ocurrió en tres de los cinco días. “Pero mantenemos un equilibrio bastante inestable”, admite.

Utilidades negativas

Uno de los temas que Mena ve con preocupación es el de la informalidad que existe fuera de la banca. El ejecutivo asegura que miran con atención el surgimiento de distintas modalidades de financiamiento fuera de norma y que, a su juicio, han resultado atractivas para clientes que antes estaban bancarizados. “Hoy día, lamentablemente por situaciones de políticas públicas no adecuadas, malas derechamente, hay un espacio de personas que tenían banco y que hoy no lo tienen y que han salido de la industria financiera. Más de 300.000 se estima que han sido así”, afirma Mena.

Por esto sostiene que, así como la crisis se debiera sortear con más democracia y no con menos democracia, el problema del endeudamiento se debiera enfrentar con más formalidad y no con menos. “Esto implica palabras que no son muy populares, como por ejemplo, entrar a analizar la tasa máxima convencional”, plantea Mena, quien aboga por eliminarla. “Yo veo que en el mundo moderno, en Europa, en EE.UU., en Inglaterra, la tasa máxima convencional es un tema que no existe”, plantea.

El representante de los bancos también afirma que, dada la coyuntura, la generación de utilidades de la banca se verá afectada. “Los excedentes de la banca reflejan simplemente lo que pasa en la economía”, dice. “Lo más probable es que los próximos meses, los excedentes no solo sean positivos, sino que pueden ser negativos en algunos casos”, agrega Mena.

“Nosotros somos el resultado de lo que sucede en la sociedad. Si a nuestros clientes les va bien, a los bancos les puede ir bien, si a los clientes les va mal –y les está yendo mal en este minuto con el desempleo específicamente– a la banca le va a ir mal. Y va a perder dinero”, asegura.

Mayores provisiones

Es producto de lo anterior que algunas clasificadoras como Moody’s han planteado la necesidad de que la banca aumente sus provisiones, en torno a un 54%. Al respecto, Mena asegura que esta es una situación que está en desarrollo aún. “En efecto las provisiones han aumentado, en la cifras que comentan, del orden del 50%”, comenta el ejecutivo. Sin embargo, agrega que dado que la crisis social aún no termina, este tema continuará cambiando durante los próximos meses. “Tenemos muchos microempresarios, pequeñas empresas y personas afectadas, que tienen dificultades en su capacidad de pago, y los bancos lo vamos a reflejar de inmediato porque ese es el esquema. Y si es necesario provisionar en mayor medida, lo vamos a hacer porque eso es lo sano”, garantiza Mena.

Fuente: Pauta

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