Más allá de las razones y de las discrepancias políticas económicas, el país completará cuatro años de caídas en la inversión. Este hecho es inédito. Los economistas mantienen abierto el debate sobre si son factores internos o externos los responsables de este magro ciclo.

La discusión sobre si las causas de la desaceleración económica y la caída de la inversión son internas o externas sigue abierta. Así quedó demostrado el martes luego que el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, señalara que tras el crecimiento de 2,9% quedaba reflejado que la principal causa de este bajo ciclo era por razones externas.

Sin embargo, desde la vereda contraria, mantienen firme su posición de que la responsabilidad recae mayoritariamente en las reformas y la incertidumbre económica. Más allá de las razones y de las discrepancias políticas económicas, el país completará cuatro años de caídas en la inversión. Este hecho es inédito y sólo se le acerca el período 1971-1973 cuando hubo tres años consecutivos de bajas. Esto a su vez llevó a que la actividad se desacelerara a un nivel promedio de 1,8% entre 2014-2017. En términos concretos esta merma le restó ingresos al Producto Interno Bruto (PIB) por US$24.600 millones, lo que equivale a ingresos de tres reformas tributarias.

De acuerdo a cálculos del académico de la Universidad Mayor y ex subsecretario de Economía, Tomás Flores, si en 2014 el país hubiera crecido 3% en lugar de 1,9%, el PIB habría obtenido mayores ingresos por $1.503 miles de millones. En 2015, en tanto, el menor crecimiento restó $2.599 miles de millones; en 2016 $4.704 miles de millones y para 2017 $7.180 miles de millones. En suma, si hoy el PIB de Chile es de US$263.214 millones, podría haber tenido US$24.600 millones extras.

Según Flores, este escenario se habría dado con un crecimiento de la inversión del orden de 5% y 6%, ya que eso impulsaría un crecimiento de 3%.

¿Factores internos o externos?

En 2014, el crecimiento del país se desaceleró. En enero de ese año, la Encuesta de Expectativas Económicas que mensualmente publica el Banco Central proyectaba un PIB de 4%, sin embargo, se terminó creciendo 1,9%. Este hecho abrió el debate entre los expertos y autoridades económicas sobre las causas de la desaceleración.

El debate se dividió entre quienes planteaban como principal responsable los menores precios del cobre y el escenario internacional. Mientras otros culpaban a la reforma tributaria. Ahora cuatro años después, está división se mantiene vigente. El primero en relevar el tema fue jefe de las finanzas públicas, Nicolás Eyzaguire, quien señaló que la desaceleración “no se debía a las reformas, sino que se debía fundamentalmente al ciclo de los commodities y del comercio internacional, y conforme ese ciclo de baja va desapareciendo, la economía se va a ir normalizando”, acotó.

En la misma línea que planteó el ministro se ubicó el académico de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, quien indicó que “no cabe duda que el principal factor de la desaceleración de la economía y de la caída de la inversión es sectorexterno. El precio del cobre frenó la inversión minera. Esto explica buena parte de la desaceleración”. Ramos acotó que el sector externo fue la mayor parte la mayor parte, pero “las reformas y el discurso retroexcavador generaron incertidumbre y desconfianza, lo cual también afecta la inversión. Es una mezcla de factores”. Eugenio Rivera, economista de Chile 21, aseveró que “todos los análisis objetivos señalaban que el menor crecimiento económico estaba asociado al ciclo de los commodities, pues Chile sigue siendo muy dependiente del cobre”.

Rivera subrayó que de todas formas, “el rechazo hacia las reformas que mostró el mundo empresarial generó una cierta crispación en el ambiente lo que afectó las expectativas”.

En la otra verada Flores puntualizó que “la reforma tributaria es la principal causa de esta merma en la inversión. El comportamiento de las empresas cambio, ya que se quitó el incentivo para invertir y eso tuvo efectos en el crecimiento”. A estos factores Flores sumó la incertidumbre regulatorias. Para el economista en tercer lugar su sitúa la incidencia del ciclo minero.

Cecilia Cifuentes, académica de la Universidad de Los Andes acotó que “vamos a cumplir cuatro años de caída en la inversión, y esto no se debe a factores externos, ni al precio del cobre. Un ejemplo de aquello es que la inversión no minera sigue estancada”. Para Cifuentes, el menor crecimiento “se debe principalmente al daño que generaron las reformas y las regulaciones que generaron incertidumbre y afectaron las expectativas”.

Artículo de Carlos Alonso

Fuente:  Pulso

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