Tal como se ha venido anticipando en los últimos meses, los efectos de la crisis social y, en particular, de la violencia, se están comenzando a hacer notar en el mercado del trabajo.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó ayer que la tasa de desocupación para el trimestre octubre-diciembre llegó a 7%, lo que equivale a un alza de 0,3 punto porcentual en relación al mismo período de 2018.
Si bien la cifra está aún lejos de las proyecciones más pesimistas, que hablan que el desempleo podría escalar a cifras de dos dígitos, lo cierto es que en el detalle ya se comprueban signos de un mercado laboral más debilitado y que está impactando la cantidad de nuevos empleos y la calidad de estos.
Según el organismo estadístico, el empleo creció 1% en doce meses, mientras la fuerza de trabajo avanzó 1,2% en el mismo período. Lo negativo es que el aumento del empleo se explicó principalmente por el incremento de los trabajadores por cuenta propia, los que subieron 4,7% durante el período, y los asalariados informales, que aumentaron en 4,3%. En tanto, los asalariados formales anotaron una variación nula durante el trimestre, y los empleadores cayeron 4,7%.
Los empleos asalariados formales son los considerados de mejor calidad, porque tienen acceso a seguridad social.
Con esto, de acuerdo al INE, la informalidad laboral alcanzó a 2.601.000 trabajadores, lo que corresponde al 30,4% de los ocupados. Ese es el mayor nivel de ese indicador desde que la institución realiza la medición, a mediados de 2017. Si bien, la serie de datos es muy corta, por lo que no se puede tener una referencia de períodos de crisis importantes, como la subprime, sí refleja un mayor deterioro en las condiciones de trabajo.
“Este dato refleja que el mercado laboral está empezando a mostrar signos de empeoramiento relevantes. El empleo se está desacelerando y su crecimiento se basa en Cuentas Propias y Asalariados Públicos porque los Asalariados Privados casi se están estancando”, dijo el economista jefe de Tanner Investments, Sergio Godoy .
Por su parte, el economista de ClapesUC, Juan Bravo, afirmó que “hay un cambio dramático en la composición de la generación de empleo hacia trabajos de menor calidad. En el dato previo (trimestre septiembre-noviembre 2019), la creación de empleo asalariado privado formal lideraba el aumento anual de empleo, con un incremento en torno a las 78 mil plazas de este tipo. Por el contrario, el dato del trimestre octubre-diciembre 2019 muestra una destrucción de alrededor de 9 mil asalariados privados formales, mientras que el trabajo por cuenta propia informal lidera la creación de empleo con un aumento anual de casi 81 mil. A su vez, el asalariado privado informal aumenta en 25 mil puestos”.
El experto agregó que también es preocupante “la destrucción de alrededor de 14 mil empleadores formales, es decir, del emprendimiento de buena calidad”.
En la misma línea, el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, afirmó que los datos “muestran un aumento importante de la informalidad, y eso es sinónimo de mayor precariedad laboral”. El personero indicó que “por eso hemos insistido que es tan importante que la violencia termine. Es importante, además, que avancemos en los distintos proyectos que van en directa ayuda de las personas que han visto afectada su fuente laboral”.
Desde Banchile, afirmaron que “de acuerdo a nuestras estimaciones y considerando que en el último IPoM más del 50% de las empresas encuestadas preveía una disminución de su dotación de personal en 2020, es posible que hacia adelante se vayan registrando las pérdidas de empleo derivadas de la crisis social. Así, la tasa de desempleo puede alcanzar el 10% a inicios de 2020”.
Edad y sectores
Otro de los problemas de un mercado laboral más debilitado es la dificultad que tienen en especial los más jóvenes para conseguir empleos. En el trimestre octubre-diciembre, los ocupados entre 15 y 24 años se redujo 10,6%, mientras en el tramo de 25 a 49 años subió solo 0,1%. Las mayores alzas estuvieron en los trabajadores de mayor edad. En el grupo de 50 a 64 años aumentó 2,9% y en el de 65 o más lo hizo en 11,7%.
Por rubro económico, el aumento del empleo estuvo explicado principalmente por el alza de 4% en el comercio, seguido de actividades del área de salud (5,3%) y minería (11,9%). Por otro lado, se registraron caídas en los puestos de trabajo de información y comunicaciones (-18%) y la industria manufacturera (-2,6%), entre otras.
Artículo de Rodrigo Cárdenas
Fuente: Pulso/La Tercera