Si bien el mayor impacto de la crisis económica provocada por el covid-19 pareciera estar quedando atrás con el desconfinamiento gradual en el país y el avance de algunas comunas a la fase de apertura inicial; el mercado del trabajo ratificó sus perspectivas para la caída del PIB de este año y la quiebra de empresas aumentó un 56% en comparación a 2020.
En este contexto, Randstad llevó a cabo un estudio en el que participaron cerca de 300 ejecutivos de firmas de diversos rubros, el cual revela las principales medidas que –sostienen- podrían ayudar a su compañía a enfrentar los efectos adversos del coronavirus. En primer lugar, se encuentra tener más opciones de trabajo flexible, con 43%; seguida por recibir ayuda fiscal, como deducciones del impuesto a las ganancias corporativas y personales, con 36%; mientras que el aplazamiento de impuestos y cargas sociales se ubica en la tercera posición, con 20%. Inmediatamente después está tener apoyo económico directo del Estado (19%), calificar para préstamos y garantía estatales (16%), y la posibilidad de aplazar pagos de facturas, como arriendo y electricidad (10%).
Francisco Torres, director de staffing & outsourcing de Randstad, dice que es natural que estemos recibiendo algunas cifras no muy positivas, puesto que a medida que se vaya normalizando la situación sanitaria en Chile, se podrán ver con mayor claridad los daños causados por la pandemia, tanto en la cadena productiva como en el mercado laboral. Respecto a las medidas que los encuestados señalan como fundamentales para salir mejor parados del complejo momento económico, a juicio del ejecutivo un aumento de la flexibilidad en el mundo del trabajo aportaría bastante.
“Este tipo de contratación permite eliminar gastos fijos, ya que las organizaciones tienen la posibilidad de acceder a habilidades específicas solo cuando tienen una necesidad puntual, enfrentando de mejor manera peaks que se dan en ciertas épocas del año, como Navidad. Además, las nuevas formas de empleo no solo hacen ganar eficiencia, agilidad y productividad a las compañías, sino que al mismo tiempo generan oportunidades laborales para miles de personas. Leer el artículo: contratación temporal: agilidad y productividad post crisis.
Con un mercado mundial cada vez más complejo, es probable que la fuerza de trabajo de cada país esté experimentando su propia transformación, incluso hoy mismo, mucha gente ha optado por emprender y no tener la obligación de estar en un escritorio al interior de una oficina, como generalmente ocurre en el día a día de una jornada tradicional. Y Chile no es ajeno a esta realidad, la cual llamamos economía concierto porque los trabajadores se mueven de una empresa a otra prestando sus servicios y/o asesorías”, explica.
En cuanto a las medidas de RR.HH. que han implementado las compañías para hacer frente a la situación, la mayoría se inclina por la puesta en marcha del teletrabajo como principal aliado para mantener la actividad (83%), seguido por la congelación de procesos de reclutamiento ya iniciados o planificados para el corto y mediano plazo (29%) y por otorgar permisos sin goce de sueldo (20%); luego se encuentra la reducción de la jornada de trabajo (19%), la suspensión temporal de contratos indefinidos acogidos a la Ley de Protección al Empleo (17%), la realización de nuevas contrataciones por un aumento en la producción (12%) y la suspensión temporal de contratos indefinidos sin acogerse a la Ley de Protección al Empleo (1%).
Al respecto, el directivo sostiene que “sin duda el home office ha sido la gran revelación de este periodo, ya que su implementación forzada logró quebrantar la principal barrera que generalmente se presenta al poner en práctica este tipo de innovaciones, que es la resistencia al cambio.
No obstante, vale la pena mencionar que para que sus ventajas y beneficios sean realmente percibidos por las organizaciones y los colaboradores, es fundamental llevar a cabo esta modalidad en condiciones de ‘normalidad’, debido a que el actual contexto de confinamiento, cuidado de los hijos y miedo a perder el empleo, entre otros factores, ha generado cierto nivel de estrés o agobio en los teletrabajadores”.
Nuevas Contrataciones
Según la investigación, 32% de los participantes no tiene contemplada la contratación de más personal para apoyar el plan de recuperación y crecimiento, 30% aún no lo sabe; otro 30% dice que sí incorporará nuevos trabajadores a su plantilla para apoyar la estrategia post crisis; y 8% no responde. En cuanto a los perfiles necesarios para activar el negocio, 31% sostiene que serán operativos, 29% dice que serán profesionales, 18% se inclina por los administrativos y 18% por los comerciales y 4% señala otros.
De acuerdo al ejecutivo, estos resultados se explican porque en medio de la pandemia las empresas visualizaron que las posiciones operativas fueron las que les permitieron responder de mejor manera a un alza en la demanda, como reposición, atención telefónica, ejecutivos de call center, conducción de camiones de despachos y de ambulancias, trabajos en bodega, camilleros, guardias de seguridad, entre otros; mientras que la mayor necesidad de profesionales viene dada por el crecimiento de las ventas online, por ejemplo, lo que hace imprescindible contar con expertos en e-commerce, quienes no solo se deberán encargar del aumento de las solicitudes, sino que también de generar estrategias que permitan cumplir con la promesa de compra que se realiza al cliente, tanto en tiempo como en forma.
Por otro lado, “uno de los grandes desafíos que planteó el home office es la seguridad informática, ya que la gran circulación de datos en la red dio lugar a ciberataques y el acceso a esta información desde distintos dispositivos y plataformas es sumamente delicado cuando el personal está con trabajo a distancia o teletrabajo. Así, para que esta modalidad funcione correctamente, tiene que existir una infraestructura adecuada, además de tecnología y políticas de protección de datos, lo que solo es posible contando con perfiles especialistas en este ámbito”, enfatiza.