El golpe no sólo fue recibido por Hacienda, también por el sector privado. Es que el llamado a negociar la integración tributaria de parte de parlamentarios oficialistas, algo considerado como el corazón de la reforma tributaria que impulsa el ministro Felipe Larraín, no es bien visto por los dirigentes empresariales.

“La integración es el corazón, porque es la única herramienta que logra tres objetivos fundamentales a la vez: la simplificación, la equidad horizontal y vertical, e impulsar la inversión”, dijo el líder de la CPC, Alfonso Swett.

El presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, también se refirió a la discusión que tiene dividido al mundo político con el Ministerio de Hacienda. “Me preocuparía si implicara una dilución de la inspiración de esta modernización tributaria: reactivar el desarrollo y la inversión, sin sacrificar recaudación. No integrar y excluir una rebaja gradual del impuesto a la reinversión debidamente compensado por una reducción gradual del privilegio tributario que goza el diésel y la renta presunta, sería un desdibujamiento de esa inspiración”.

Agregó que “leí a varios senadoras expresar el deseo, que compartimos en un 100%, de tener un sistema tributario estable por los próximo 10 años. Sin embargo, ese objetivo no es coherente con mantener un régimen tributario que parte con el nombre semi. Por dos razones que justifican la integración: simplicidad y equidad horizontal”.

Larraín Matte explica que esta última se relaciona con emparejar la cancha entre el camino del empleo y el camino del emprendimiento, que con el semi-integrado tiene un camino más empinado: “Al emparejar esta cancha, también implica un mayor incentivo a la inversión”.

“Tampoco es coherente con el deseo de un sistema tributario estable, el tener una debate parcial sin todas las cartas en la mesa. Lo mismo ocurre en el debate laboral donde lo hemos reducido a una variable: número de horas. En el caso tributario, no está en el debate el impuesto a las empresas, que no es otra cosa que un impuesto a la inversión y que por esa razón todos los países lo han bajado (el último de los cuales fue India), tampoco están en la mesa las asimetrías y exenciones tributarias”, concluyó Bernardo Larraín.

El insólito pedido no es unánime

Según publicó Pulso , un grupo de senadores oficialistas hizo un llamado a Teatinos 120 para que flexibilice su postura y se abra a negociar la integración tributaria, con el objetivo de destrabar la reforma del sistema impositivo.

Entre los comités, es en RN donde se insinúa con mayor intensidad que el gobierno se abra a poner en la mesa de negociaciones la reintegración, mientras que en la UDI lo aconsejan con algo de cautela. Entre los parlamentarios que se mostraron abiertos a este cambio figuran José García, Manuel José Ossandón, Andrés Allamand, Rodrigo Galilea, Luz Ebensperger, Ivá Moreira y José Miguel Durana.

Pero esta visión no es unánime. Juan Antonio Coloma, desestimó de plano fracturar la RT: “No se puede desvirtuar el corazón mismo que es la reintegración”. Y esta mañana también se sumó a esta postura el Evópoli Felipe Kast, y acusó de deslealtad a quienes plantearon la alternativa.

La respuesta de Hacienda
La respuesta del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, fue clara: “Nosotros vamos a seguir adelante con lo que hemos planteado siempre, la reintegración es un punto central, así que, muchas gracias por la sugerencia, pero nosotros seguimos adelante”.

Reconoció que “es evidente que el proyecto no va a ser el mismo, pero nosotros nos vamos a preocupar que no se desdibuje en su sentido más profundo”.

Artículo de Patricio Poblete

Fuente:  La Tercera

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