«El clima económico es negativo para el mundo, es negativo para Chile. Nadie sabe cuánto va a durar esto y cuál va a ser la profundidad, es decir, cuántas muertes, cuántos países se verán afectados y si tomarán medidas tan profundas como Italia que está en cuarentena». Esas son las palabras del economista y consejero de la Comisión Nacional de la Productividad, Joseph Ramos, para describir el complejo momento que se vive con la pandemia del coronavirus.

En entrevista con El Líbero, el ex decano de la Facultad de Economía y Negocios advierte sobre los eventuales efectos económicos en el país.

-Las bolsas mundiales han sufrido caídas abruptas, existe un alza del dólar, baja en el precio del cobre. ¿Cómo analiza ese escenario?

-Las bolsas reflejan la incertidumbre. Cayeron, subieron, volvieron a caer. Es una montaña rusa con tendencia a la baja. Lo que pasa es que no sabemos cuándo termina esto. Los efectos en Chile ya se están viendo. Por ejemplo, todo el mundo que tiene fondo de pensiones, hoy día, si estuviera en el fondo A, tendría 20% menos de lo que tenía hace dos meses atrás, ya que todo está invertido en la bolsa. El segundo efecto es en los precios de exportación debido al mayor crecimiento del virus en China principalmente, el precio del cobre cayó bastante. Y en la medida en que esto se extienda en Europa y Estados Unidos… ellos también demandan madera, vinos, pescados, esos precios también caerán. La enfermedad va a generar una fuerte caída en la producción. Mientras más daño o riesgo de daño en la salud traiga el coronavirus, menos se produce.

En entrevista con El Líbero, el ex decano de la Facultad de Economía y Negocios advierte sobre los eventuales efectos económicos en el país.

-Las bolsas mundiales han sufrido caídas abruptas, existe un alza del dólar, baja en el precio del cobre. ¿Cómo analiza ese escenario?

-Las bolsas reflejan la incertidumbre. Cayeron, subieron, volvieron a caer. Es una montaña rusa con tendencia a la baja. Lo que pasa es que no sabemos cuándo termina esto. Los efectos en Chile ya se están viendo. Por ejemplo, todo el mundo que tiene fondo de pensiones, hoy día, si estuviera en el fondo A, tendría 20% menos de lo que tenía hace dos meses atrás, ya que todo está invertido en la bolsa. El segundo efecto es en los precios de exportación debido al mayor crecimiento del virus en China principalmente, el precio del cobre cayó bastante. Y en la medida en que esto se extienda en Europa y Estados Unidos… ellos también demandan madera, vinos, pescados, esos precios también caerán. La enfermedad va a generar una fuerte caída en la producción. Mientras más daño o riesgo de daño en la salud traiga el coronavirus, menos se produce.

Todo el mundo que tiene fondo de pensiones, hoy día, si estuviera en el fondo A, tendría 20% menos de lo que tenía hace dos meses atrás, ya que todo está invertido en la bolsa».

-¿Cuánto puede verse afectada la producción?

-La cuarentena, desde el punto de vista sanitario, es muy eficaz, pero desde el punto de vista económico obviamente hace que la producción caiga. Basta decir que si un país se parara por una semana significaría una disminución del 2% de la producción del año. En este momento nadie sabe cuán profundo y cuán largo va a ser, si se va a quedar en los más de 100 mil casos de contagiados que hay en el mundo y los 4 mil muertos, o si el efecto será 2 ó 3 veces más que esa cifra. Obviamente si el coronavirus llega a Chile con la fuerza que ha llegado a Italia la producción chilena va a caer simplemente por ese motivo, aparte de por la demanda externa. Eso hace todo difícil de predecir.

-¿Qué medidas se pueden tomar para contrarrestar estos efectos, y también para dar señales de tranquilidad al mercado y a la población?

-Bueno, no se puede mentir, hay que empezar con la verdad, y la verdad es que hay mucha incertidumbre, y Chile está sujeto a dos incertidumbres. Una es cuán grave es el fenómeno afuera, porque eso repercutirá sobre el precio de nuestros productos de exportación. Y la segunda incertidumbre es cuánto será el efecto del coronavirus en Chile mismo. Pero lo que se haga por el lado sanitario y si se es extremadamente cauto y se declara cuarentena por los próximos 40 días, el efecto económico puede ser desastroso.

-¿Qué puede hacer Chile, en particular, en términos económicos?

-En primer lugar, hay que tratar de controlar el efecto sanitario en el territorio nacional, que es algo que sí está en manos de Chile. Posteriormente, tiene que implementar políticas monetarias para situaciones como estas, porque la gente empieza a demandar menos y se pone más cauta. Entonces una disminución de la tasa de interés algo podría ayudar. Lo que hizo Trump en Estados Unidos fue proponer que se reduzcan los impuesto a los salarios, al menos transitoriamente, para que la gente tenga más plata en el bolsillo y compense, en parte, la caída que van a tener. Ese tipo de cosas se puede hacer, pero tiene sus costos, como un agrandamiento del déficit fiscal. Uno tiene que ajustar los beneficios de corto plazo con los efectos de largo plazo.

-¿Medidas como esas podrían provocar recortes fiscales y una menor disponibilidad de recursos para programas sociales, además de una disminución de la recaudación pública?

-Efectivamente, si se saca de un bolsillo y se pone en otro pueden suceder esas cosas, pero un estímulo fiscal significa que uno gaste más sin necesariamente generar más ingresos, lo que que generaría un mayor déficit. Eso es lo que se llama un estímulo fiscal y lo que Trump está proponiendo es reducir los impuestos al trabajo. Es como si por los próximos meses el fisco pusiera la mitad de la cotización que se hace a las isapres, y en lugar de sacarte 20% del bolsillo, te sacan 10. Entonces, la gente tiene 10% más ingresos en el bolsillo y eso estimula el gasto, pero a costa de un mayor déficit fiscal.

-Usted habla de la importancia de «tener más plata en el bolsillo» tal como EE.UU. ¿Cómo se podría hacer en Chile?

-Reducir los impuestos, que el IVA caiga de 19% a 17%. Eso pone plata en el bolsillo y la gente tiende a gastar más. Porque la otra consecuencia de todo esto es que la gente se asusta y gasta menos, aparte de todos los efectos. Y eso es lo que una política fiscal expansiva trataría de remediar. Esto, a costa de un mayor déficit fiscal que ya había aumentado bastante por la agenda social que se iba a financiar con déficit.

-Otra medida tomada por Estados Unidos es la cancelación de vuelos desde Europa, ¿qué efectos económicos puede conllevar esto?

-Lo primero es la caída del turismo. La gente ya no se estaba subiendo a los aviones para ir de vacaciones a Europa sin la declaración de Trump. Entonces yo creo que esta es una de las consecuencias previsibles. La caída de los vuelos aéreos, American Airlines, Delta, Latam, todas estaban reduciendo vuelos previo al anuncio de Trump. Los únicos que están viajando, fundamentalmente, es la gente que tiene que hacerlo por negocio. Y muchos negocios se tratarán de hacer por videoconferencia y cosas por el estilo.

-¿Pero ve algún efecto?

-El efecto principal es psicológico, lo cual hace pensar que esto es más grave de lo que se pensaba. La declaración más alarmante que escuché fue la de Angela Merkel. Si los alemanes se van a ver afectados en un 60%, ¿por qué no el resto? 60% de la población mundial serían 4 mil millones de personas. Y con 2% de mortalidad serían 80 millones de personas, o sea es colosal. Esa es la noticia más grave. Lo de Trump hace pensar que la cosa es más grave de lo que se creía. Lo que pasa es que nadie tiene idea de cuán grave es. Sabemos que es grave, pero ¿va a afectar a 60% como dijo Merkel o 6%? El tema fundamental es la incertidumbre en este momento. Las consecuencias de la economía dependen de cuán prolongado sea el virus. Si todo el mundo tiene que ir en cuarentena como los italianos, una semana de producción es 2 % del PIB. ¿Y podemos descartar que se tengan que cerrar o poner cuarentena en muchas partes?

-¿Cuál es su análisis de la proyección del Banco Central que mantuvo la tasa de crecimiento?

-Yo lo habría bajado algo, no lo habría mantenido. El coronavirus obviamente tiene un efecto negativo y suponer que su efecto es exactamente cero es una postura extrema, a no ser que ellos creyeran que la economía estaba repuntando con más fuerza de lo anticipado y que esa mayor fuerza va a compensar los efectos del coronavirus. En ausencia del coronavirus tal vez habrían aumentado la proyección para este año.

Fuente: El Líbero

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