En los últimos años, hemos observado un fenómeno preocupante en el ámbito laboral: la disminución del compromiso y la productividad de los empleados. Esta tendencia, que algunos comparan con una “huelga de brazos caídos”, se manifiesta especialmente entre los trabajadores millennials y aquellos que realizan teletrabajo. ¿Qué está pasando con la cultura laboral en nuestro país?
La práctica del hacer “Lo justo y necesario”
Cada vez más empleados parecen conformarse con hacer lo justo y necesario en sus trabajos, dejando de lado el esfuerzo adicional que solía caracterizar a la fuerza laboral. La búsqueda de un equilibrio entre la vida personal y laboral ha llevado a muchos a priorizar su bienestar sobre el rendimiento en el trabajo. Esta práctica ha dado lugar a lo que algunos llaman “vacaciones silenciosas”, donde los empleados acumulan días de descanso que eventualmente deberán ser pagados al momento de su finiquito. Según datos recientes, el número de días de vacaciones acumuladas ha aumentado un 15% en los últimos tres años, incrementando las responsabilidades financieras de las empresas.
Teletrabajo y desempeño
El teletrabajo, una modalidad que se ha popularizado a raíz de la pandemia, ha complicado aún más la medición del desempeño. La falta de supervisión directa y la flexibilidad de horarios han contribuido a que algunos empleados reduzcan su productividad. Esta situación se agrava con la nueva ley de conciliación familiar, que permite a los trabajadores solicitar jornadas mixtas de teletrabajo para cuidar a sus hijos de hasta 14 años. Estadísticas muestran que más del 60% de los trabajadores en teletrabajo reportan dificultades para mantener el mismo nivel de productividad que en la oficina.
¿Trabajar menos para vivir mejor?
Parece ser que trabajar se está convirtiendo en algo que va en contra de las aspiraciones personales y la productividad de las empresas. Esta nueva “casta” de trabajadores que prefieren no trabajar tanto y disfrutar más de su tiempo libre representa una utopía insostenible en nuestra sociedad. A medida que las fuentes de trabajo se vuelvan escasas, especialmente para los millennials, la realidad económica de las empresas se verá seriamente amenazada. Estudios indican que las empresas con menor productividad tienen un 30% más de probabilidades de enfrentar crisis financieras y desaparecer.