Primera parte

Revise la segunda parte aquí


Hace poco tiempo me correspondió vivir esta experiencia… “dar un paso al costado”, esto es después de casi  30 años en el cargo de Gerente General de  Transtecnia, la empresa que siempre soñé, la empresa que funde, y me sentí moralmente obligado a dar un “paso al costado”… aclaro que física  y mentalmente me encuentro en buen estado y me considero joven “aún”, tengo 62 años y me siento con vitalidad suficiente para enfrentar los desafíos profesionales que impone el sentido de responsabilidad de ser un empresario, de modo tal, que la decisión de “dar un paso al costado” responde a una decisión voluntaria y meditada, no impulsada por incapacidades físicas o de otro orden.

Entonces, ¿Qué puede motivar a una persona a dejar su cargo?, ¿Por qué a veces es necesario dar un paso al costado a pesar de estar en buenas condiciones físicas y mentales para continuar en ese cargo?

Confío que puede ser de utilidad el compartir con ustedes contarles cómo he vivido esta experiencia y cuáles fueron mis motivaciones, reflexiones y razones para “dar un paso al costado” después de casi una vida en el mismo cargo.

Permítanme partir contándoles que en este trayecto he conocido a algunos gerentes generales que, además de ser la autoridad máxima de su empresa, tienen también la condición de ser dueños de su empresa. Hago esta distinción porque no necesariamente un gerente general es dueño o fundador de la empresa y ello es así porque existen gerentes generales de carrera y otros que llegaron a esa posición por su condición de dueños, fundadores o propietarios de la empresa. En este caso me refiero a conocidos, Dueños/Gerentes Generales de empresas “antiguas”, iniciadas a fines del pasado siglo, similar a los inicios de nuestra empresa Transtecnia, esto es se trata de empresas de carácter familiar, y son normalmente fundadores como yo, que partieron solo con un sueño y se iniciaron con muy pocos recursos económicos. Su emprendimiento se sustentó en el esfuerzo personal, sentido de responsabilidad, perseverancia y amor por lo que hacían. Son personas capaces de pararse mil veces frente a los desafíos y problemas, en su lenguaje no existe el término fracaso o imposible y son personas que aman lo que hacen.

He descubierto que todos ellos tienen una particularidad: son buenas personas, correctas en su actuar, establecen buenas relaciones personales, recuerdo algunos de sus nombres: Ana Maria, Doña Tina, Sra. Margot, en este caso se trata de dueños de importantes y exitosos negocios,  restaurantes de nuestro país, y también conozco cientos de empresarios en el mundo de los servicios contables, la mayoría de ellos contadores que he conocido personalmente. También conozco la historia de otros emprendedores como Juan y Medio,  Horst Palmman, que curiosamente tienen historias muy parecidas, pero no son muchos los que logran sobrevivir y sentirse exitosos, son personas por lo general, muy escasas, diría que son seres casi en extinción,  empresarios exitosos que iniciaron su negocio el siglo pasado y han logrado crecer y ser actores importantes en su medio, algo que en este nuevo milenio, a pesar de las oportunidades, parece cada vez más difícil: ser emprendedor y  conquistar sus sueños empresariales con tu propia empresa.

Creo que esta es una de las tantas señales de como los tiempos han cambiado. Ahora existe la posibilidad de crear empresas en horas, en nuestros tiempos parece que ser empresario fuese algo tan fácil de alcanzar, casi instantáneo, tan rápido es posible tener tu propia empresa que con un solo trámite y todo a través de internet, parece fantástico. Pero, hay que preguntarse si esta es la forma correcta pensar como nacen las empresas en Chile o en cualquier parte del mundo: ¿existirán entre estos cientos de miles de emprendedores que crearon su empresa en horas algún empresario después de 10, 20 o 30 años?… Ojalá sean muchos, pero  lo único cierto, es que  con esta forma de promover la creación de “empresa” el nivel de frustración de muchos profesionales llamados “emprendedores” será enorme. Cientos de miles de personas se sentirán fracasadas en sus intentos y aspiraciones empresariales o de emprendimiento. Nadie ha sido honesto de decirle que “ser empresario” requiere de ciertos talentos y capacidades que son escasos en la mayoría de las personas, que no todas las personas tienen esa condición y que no todas las personas tienen visión de negocios, que no todas las personas son innovadoras, que no todas asumen los riesgos y desafíos, que no todas las personas son resilientes y que no todas las personas aman lo que hacen.

Yo entiendo que ser empresario es como el canto, el arte o el fútbol. Yo también hubiese querido ser cantante, tengo la capacidad de cantar en la ducha, un poco desafinado eso sí, pero tengo claro que no puedo pretender vivir de eso ni menos pretender crear una empresa sino tengo ciertas condiciones. Creo que no basta con “querer ser” para ser empresario, no basta tener un RUT y participar en un programa que financie y promueva parte de tu proyecto o idea de negocio, ya que no es suficiente para subsistir en el tiempo con tu emprendimiento. En efecto, he aprendido que en el mercado existen muchas otras formas de realizarse profesionalmente y ser feliz, no necesariamente siendo empresario.

En cualquier trabajo, no necesitas ser empresario o emprendedor para ser feliz y desarrollarte plenamente, invito a los miles de postulantes a ser empresarios a los miles de emprendedores a preguntarse si tienen talentos y capacidades y si no los tienen, les sugiero dar un paso al costado en esa iniciativa y eviten frustraciones.

Pero volviendo a nuestro tema,

¿Qué puede motivar a una persona a dejar lo que le gusta?, ¿Por qué a veces se hace necesario dar un paso al costado estando en condiciones de seguir?, ¿Por qué a veces se hace necesario dar un paso al costado?

Bueno, mis amigos que mencione son gerentes generales y dueños de sus empresas, cercanos ya a los 80 años. Ahí están todavía, al pie del cañón, siguen perseverando en lo mismo de siempre. Lamentablemente, no todos en muy buenas condiciones de salud, ya no les queda mucho tiempo y energía, a pesar del paso del tiempo y aún no logran dar su paso al costado. Incluso, algunos han intentado vender y “deshacerse” de su empresa para capitalizar el esfuerzo de toda una vida, pero a algunos les ha sido difícil hacerlo porque “su empresa” aún depende mucho de ellos -los fundadores y sus dueños-. Su presencia diaria esta tan arraigada en su empresa que al no estar ellos, se siente que no hay “empresa”. La organización no fluye naturalmente, y esto se nota en la atención y servicio al cliente.

Algunos  han intentado ir traspasando  paulatinamente  el negocio a sus hijos, y en muchos casos el resultado ha sido  dramático y doloroso,  al parecer no basta ser “hijo de los dueños” o tener esa condición para heredar la dirección y para hacerse cargo de una empresa creo más en el mérito, capacidades y talentos  profesionales y la experiencia. No me parece que la condición de ser “hijo del dueño” signifique el privilegio el ser “gerente general”, pienso que tal vez ésta sea una de las razones que empresas exitosas con muchos años de trayectoria fracasen y no logren sobrevivir en esta transición más allá de la tercera generación.

Al parecer, esta última etapa del fundador y creador de empresa resulta ser una de la más complejas de todas, es aquella donde se juega el futuro. A esta etapa le llamo “etapa de trascendencia y sentido del empresario”, esto es una transición donde el empresario debe asegurar de darle continuidad y crecimiento a su empresa, a sus sueños más allá de su existencia personal. Si se logra trascender en el tiempo, ello significa que su emprendimiento tuvo sentido no sólo para su persona, sino que tuvo sentido para las personas, para la sociedad, para el mercado y el país.

Al parecer, dar un paso al costado es parte natural de un proceso evolutivo, igual en algún momento de nuestras vidas nos veremos enfrentado a dar ese paso al costado, el que puede ser un paso forzado o voluntario… nada es eterno. La innovación, la evolución y el crecimiento siempre requiere de muchos “pasos al costado”.

Pero en el ámbito empresarial ¿Cómo se puede interpretar “dar un paso al costado”?

Depende un poco de la edad y en la etapa de vida que nos encontramos, pero principalmente depende de nuestros propósitos de vida. Cuando niños vivimos tomando muchos caminos y dejando muchas cosas en ese camino, así vamos creciendo y aprendiendo, estamos muy bien dotados para adaptarnos a los cambios, somos muy resilientes. Cuando niños amamos nuestra libertad y no nos gusta lo rutinario, todo es un descubrir, al parecer esas capacidades las vamos perdiendo con el tiempo y los años, más aun cuando llegamos a la cúspide del poder de una empresa, la gerencia general.

Muchos años en el mismo cargo, como fue mi caso, indudablemente genera conocimiento y experiencia, pero también genera costumbre, comodidad y status para quien ocupa ese cargo por mucho tiempo. Hoy las empresas están enfrentadas a nuevos desafíos, en 30 años todo cambió, el mercado y las personas cambiaron… la sociedad cambio, la forma de hacer negocios, la competencia, la tecnología y muchas otras cosas han cambiado. Frente a este nuevo mundo la pregunta que hice yo como Gerente General, ¿es necesario que después 30 años de “un paso al costado”? ¿Desde dónde puedo aportar más a nuestra empresa?

Mi respuesta fue inequívoca: después de 30 años ¡ES NECESARIO QUE DE UN PASO AL COSTADO!

A partir de estas respuestas se configuró un mundo nuevo y un nuevo futuro para nuestra empresa, comenzó un renacer para toda nuestra organización, dimos inicio a la transición con un nuevo sentido. Florecieron nuevos sueños para los nuevos tiempos y ahora estamos preparados para sobrevivir los próximos 30 años… para triunfar en este nuevo mundo.

Dar un paso al costado es el hito que marca el inicio de nuevos tiempos.

Y…. ¿Qué más falta para dibujar nuestro futuro?

Lo responderemos en la Segunda Parte…


Revise la Segunda parte aquí

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