Transtecnia

Lamentable y grave es la declaración del Presidente, puesto que quien emite este pensamiento es la máxima autoridad de nuestro país, quien denota su total desconocimiento en materia financiera.

Tales palabras demuestran la total ignorancia de Sebastián Piñera respecto de la importancia de la contabilidad en la gestión de empresas y sus negocios, especialmente las pequeñas empresas. Además, llega a ser inapropiada su declaración puesto que confunde, dando a entender que las empresas PYMES podrían dirigirse y gestionarse a ciegas, sin necesidad de llevar una contabilidad, sus cuentas claras. Pareciera ser que lo único importante para las empresas PYMES, es el pago de sus impuestos. También esta implícita en esta declaración un llamado de atención a todo el sector educacional que forma a los profesionales contadores, ¿significa esta declaración que las universidades e institutos profesionales deben eliminar de su oferta la carrera de contador?.

Un equivalente sería que el Presidente declarara la eliminación del Ministerio de Hacienda puesto que no somos un país desarrollado y nuestra economía es pequeña comparada con otros países.

Peligroso igualmente sería que un país no llevara la contabilidad de sus arcas e ignorara lo que sucede en realidad dentro de su actividad económica.

Así mismo, es inaceptable también que la máxima autoridad no pueda distinguir las diferencias entre materia tributaria y financiera. Si bien todos entienden la importancia que tiene para nuestro país la recaudación y pago de impuestos por parte de las empresas, muy distinto es confundir impuestos con las finanzas. Una cosa es facilitar el cumplimiento de las obligaciones tributarias de los contribuyentes y otra muy distinta dar a entender que si usted ha pagado bien los impuestos, no necesitará llevar las cuentas. He ahí una aberración conceptual.

Menciona además el Ejecutivo que con la nueva reforma tributaria se acabará con la burocracia en materia impositiva. No sé en qué país vive el Presidente, pero el nuestro está lleno de burocracia y no sólo en el ámbito impositivo; la cantidad de Declaraciones Juradas que debe presentar un contribuyente es una clara demostración de ello.

La burocracia no es otra cosa que fomentar la ineficiencia pública en tareas y exigencias impuestas a personas y empresas por parte del Estado, es decir, los que gobiernan el país. En materia tributaria resulta claro que al Estado pareciera no convenirle la comprensión del sistema Tributario y la  simpleza y claridad en el cumplimiento de las obligaciones puesto que llevan cuatro años legislando para simplificar lo financiero y tributario, materias que desconocen, siendo incapaces de ponerse de acuerdo por los intereses o posiciones particulares de cada uno de los Legisladores.

Declarar que con la nueva Reforma Tributaria se eliminará la burocracia es una oferta sin ningún fundamento, una que muestra su claro desconocimiento de cómo funciona el sistema tributario desde el punto de vista operativo. Si el Estado quisiera eliminarla habría de partir por eliminar las Notarías Públicas, cuna de las burocracias en nuestro país o quizás debería también partir por eliminar la exigencia de cientos de declaraciones juradas que significan un enorme trabajo a las empresas, trabajo que nada aporta a la productividad y el negocio de las mismas.

Lo cierto es que la burocracia NO se eliminará con declaraciones de buenas intenciones, sino definiendo acciones concretas.

En la misma línea, el mensaje del Presidente removió a muchos contadores que todavía piensan que su trabajo de apoyo al cumplimiento tributario es importante. Lo que sí, estas declaraciones reflejan una realidad indiscutible: Los contadores tradicionales no están aportando valor con el trabajo que realizan.

En los últimos años estos han estado enfocados principalmente en prestarle servicios al Estado, específicamente al SII. Dada la complejidad existente en el cumplimiento tributario se han dedicado casi exclusivamente a llenar y confeccionar cientos de declaraciones juradas, intentar cuadrar los registros empresariales emanados de la última Reforma Tributaria, defender y aclarar inconsistencias en las declaraciones presentadas y un sin número más de tareas afines.

Cabe destacar, por cierto, que la mayoría de esas tareas se han automatizado, por lo que en ese sentido el contador pareciera ya no ser necesario en ese ámbito. Mas el problema con este enfoque y casi exclusiva dedicación es que los contadores han desatendido LO PRINCIPAL, que sería precisamente la CONTABILIDAD. Se han transformado más bien en gestores del cumplimiento tributario, olvidando que son contadores. En tal sentido me encuentro de acuerdo con la declaración del Presidente: ¡Se acabaron los contadores!.

Sin duda, estos habrán de desaparecer dado que nadie está dispuesto a pagar por un trabajo que tiene poco valor para la empresa y cuyo único beneficiado es el FISCO. Mejor es dejar que ese trabajo lo realice el Estado, son ellos quienes recaudan impuesto y ellos quienes tienen que hacer el trabajo completo, no siendo sano ni justo basar el cumplimiento tributario de los contribuyentes en la exigencia de entrega de múltiples registros de información.

Aquellos contadores, los que trabajan para el SII, sin duda desaparecerán, el SII se encargará de ello y responderán así la declaración realizada por el Presidente de la República.

El SII es uno de los organismos más modernos del Estado, con la tecnología y recursos suficientes para buscar la forma de fiscalizar el pago de impuesto a las empresas de forma eficiente y eficaz, sin exigencia de entregar cientos de declaraciones juradas y complejos registros empresariales. Lo arduo y dificultoso de entregar tanta información para cumplir las obligaciones tributarias puede ser entendido como un impuesto más para las empresas.

Declarar los impuestos además es una de las tareas que genera mayor burocracia en Chile, siendo que el mayor trabajo y costo en el cumplimiento de ello debe ser asumido por las empresas y personas. Es el Estado quien hace el trabajo fácil: Exigir y procesar datos para después multar en caso de haber alguna inconsistencia. Algo huele mal ahí entonces, pues no solo hay burocracia en materia de impuestos.

Ya aclarando y respondiendo el tema principal de este artículo, si los contadores tradicionales no le dan la importancia debida a la contabilidad, confeccionando esta solo con propósitos tributarios, sin duda desaparecerán y no por lo que dijo Sebastián Piñera, sino por obsoletos.

Tal mensaje del Presidente encierra una tremenda verdad y oportunidad a la vez: El contador se debe a la contabilidad y los negocios de las empresas, es esa su principal función. El pago de impuesto en las mismas es importante solo al FISCO y es accesorio al negocio.

La contabilidad, por su parte, es la principal herramienta financiera para apoyar, orientar y dirigir el negocio de las empresas y esa necesidad no puede ser suplida con propuestas tributarias, determinación de bases imponibles ni sistemas simplificados o informáticos.

El contador se debe a la contabilidad tanto como el médico a la medicina, siendo tan irreemplazable para la entrega de información necesaria para la orientación y control financiero de las empresas como lo es el médico para la salud de un paciente.

Solo cuando la contabilidad cumpla su misión y rol financiero en las empresas, el contador dejará de ser un simple profesional necesario a uno imprescindible en el apoyo a los negocios de las empresas.

En este mundo lleno de amenazas, incierto y desafiante, habrá que estar siempre atento. No se confunda, la verdad siempre es evidente, obvia y respaldada en hechos históricos. (Ver Historia de la Contabilidad).

Jorge Valenzuela F.
Gerente Comercial y Socio de Transtecnia