Esta semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentaron una nueva publicación conjunta que describe la situación del empleo durante la crisis sanitaria del COVID-19 en Latinoamérica. La cual es catalogada como “la mayor contracción de los últimos 100 años con costos económicos, laborales, sociales y productivos”.

El informe prevé que la reactivación económica tomará mucho tiempo para que los principales indicadores del mundo del trabajo regresen a los niveles pre-pandemia.

Por ejemplo, si se utiliza la tasa de crecimiento promedio del producto interno bruto (PIB) regional de la última década (1,8%), recién en cinco años se alcanzaría el PIB de 2019. Mientras que, si se considera una tasa promedio más baja, como la del último sexenio (0,4%), no habría recuperación dentro de la próxima década.

Crisis sin precedentes

La crisis provocada por el COVID-19, es distinta a todas las anteriores, debido a que como implica factores sanitarios, no se comporta como las crisis económicas que conocíamos.

Según datos de la OCDE, el impacto inicial de esta crisis ha sido diez veces mayor de lo que ocurrió en el mundo los primeros meses de la Subprime de 2008, tanto en la caída del empleo como en horas trabajadas. El total de las horas de quienes permanecieron ocupados se redujo –en los países OCDE– en un 12,2% los tres primeros meses en comparación con el 1,2% de 2008.

Las estrategias para evitar la propagación del COVID-19, distanciamiento social y cuarentenas, la casi nula experiencia frente a situaciones similares y la incertidumbre de cómo se comportará el virus que caracteriza a esta crisis, implican un fuerte golpe a la economía mundial.

Durante el segundo trimestre de 2020 todos los países de América Latina registraron una evidente reducción de un 10% en la tasa de ocupación de la región. Lo que se traduce en un estimado de 47 millones de puestos de trabajo perdidos, es decir, un quinto del nivel del nivel de empleo alcanzado en 2019, acorde al informe de las organizaciones de Naciones Unidas (CEPAL y OIT).

“Esta disminución interanual de la tasa de ocupación constituye un cambio de tendencia, pues este índice mostraba un mejoramiento continuo desde el tercer trimestre de 2017”, dice el documento.

Situación en Chile

En nuestro país, durante mayo, junio y julio, se habrían perdido 1,8 millones de empleos respecto al año anterior según el INE, lo que implicó la mayor caída en los últimos 12 meses. Mientras que la encuesta alternativa de la Universidad Católica Empleo y COVID-19 –que se realiza mensualmente desde abril– cifra la pérdida estimada de puestos de trabajo en 2,3 millones en el último año.

Para medir la salud (o enfermedad) del mercado laboral no existe un único indicador que represente la magnitud del asunto, por lo que hay que considerar la tasa de participación, ocupación y cantidad de trabajos.

Para David Bravo, economista y director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales UC, “el indicador más importante que se debe seguir para evaluar el deterioro del mercado del trabajo, así́ como para examinar si se ha tocado fondo y, luego, para evaluar el mejoramiento, es la tasa de empleo y no la tasa de desempleo”

El documento de la CEPAL junto a la OIT, coinciden en que la tasa de desocupación, por sí sola, no es el mejor instrumento ya que no incluye a las personas inactivas ni ocupadas ausentes.

Por las características de la crisis actual, la OCDE asegura que “Si bien la crisis del COVID-19 ha superado la primera fase de bloqueos y cierres de empresas, es probable que el impacto en el mercado laboral, aunque ya sin precedentes, se profundice significativamente en el futuro”.

Fuente:

24horas.cl

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

X
0
    0
    Carro de Compras
    No tienes comprasAgregar servicios