Autoridades del Trabajo y del sector privado renovaron hoy el compromiso de que no haya niños ni adolescentes trabajando en Chile de aquí al año 2025, al conmemorar el Día Internacional contra el Trabajo Infantil.

Esta todavía problemática realidad fue analizada en un conversatorio realizado en la Fundación Telefónica y organizado por la alianza multisectorial Unidos por la Infancia (UPPI), que congrega a organismos públicos y privados, entre estos últimos 22 empresas.

Entre los asistentes estuvieron la ministra del Trabajo y Previsión Social, Alejandra Krauss; la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, Estela Ortiz; la oficial de la Organización Internacional del Trabajo, Patricia Roa, la gerente de Fundación Telefónica, Angélica Alarcón y el director (s) del Trabajo, Rafael Pereira.

En Chile está prohibido el trabajo infantil de los menores de 15 años y permitido desde esa edad y hasta antes de los 18 años siempre que los adolescentes cuenten con autorización legal, no vean interrumpidos sus estudios formales y no estén expuestos a exigencias superiores a sus capacidades o a tareas derechamente peligrosas.

A lo largo de la actividad hubo exposición de cifras que, coincidieron expositores y panelistas, impelen a activar decididamente la Estrategia Nacional contra el Trabajo Infantil, aprobada en el 2014 y puesta en marcha un año después.

Por ejemplo, en el país hay 219.624 niños y adolescentes desde los 5 años y hasta antes de cumplir 18 que ejercen algún tipo de trabajo. Aunque ello significa solo el 6,5% de la población en ese rango etáreo y es, por tanto, una cifra baja respecto de la realidad de América Latina, es motivo de preocupación para el Estado chileno.

Entre otras razones, porque 197.743 de esos menores ejercen tareas peligrosas y 340 de ellos sufrieron accidentes laborales el año pasado, según cifras de la Dirección del Trabajo. Comercio, con el 22,7%, agricultura, con el 19,8% y hoteles y restoranes, con el 18% son los tres sectores que acapararon la mayoría de los accidentes.

Otros datos que ilustran la magnitud del trabajo infantil y adolescente en el país muestran que el 87% de estos menores viven en zonas urbanas y el 13% en sectores rurales. Asimismo, el 70% de ellos pertenecen a los dos quintiles más pobres del país.

Todos ellos laboran, en promedio, 21,9 horas semanales. Los hombres trabajan 22,7 horas y las mujeres 20,3. En el sur del país el grueso del trabajo se concentra en la agricultura, mientras que en el norte y centro es el comercio la opción laboral más recurrente. Ello revela, para la ministra Krauss, la necesidad de abordar esta realidad con una “mirada descentralizada”.

Finalmente, el director (s) del Trabajo, Rafael Pereira, abogó porque toda política de intervención en este fenómeno no se limite a los empleos formales, sino que se extienda a las “áreas grises”, como la de los empaquetadores de supermercados, o, derechamente, en las “áreas oscuras”, como son la prostitución infantil y la venta de drogas.

A su juicio, “hay que dar una mirada lo más amplia y completa posible al trabajo infantil en nuestro país, porque si no nos quedaremos cortos en el combate a este flagelo”.

Fuente:  Departamento de Estudios Transtecnia

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