Aunque la tasa de desempleo nacional informada por el INE avanzó a 13,1% en el trimestre mayo-julio, desde el 12,2% de la medición terminada en junio, por primera vez los datos oficiales comienzan a mostrar que el escenario más crítico en el deterioro laboral podría estar cerca de terminar.
Si bien la participación laboral mostró un nuevo retroceso a 51,8% y la tasa de ocupación bajó a 20,6% (lo que equivale a 1,8 millones de puestos de trabajo perdidos), se aprecia una desaceleración en las caídas de ambos indicadores. Con este dato, BCI habló de un “freno en el ritmo de contracción del empleo”.
Consultada al respecto, la directora del INE, Sandra Quijada, explicó que “las caídas bruscas se generaron en los meses anteriores”, pero precisó que en ambos casos se trata de los niveles más bajos de la serie comparable. Agregó que futuras bajas en participación y ocupación “deberían ser más suaves” que las registradas en los últimos cinco meses, considerando tanto el fin del confinamiento en algunas comunas como la apertura de la construcción y las plantas de revisión técnica.
Otro dato que contribuye a este cuadro es que los ocupados ausentes (quienes tienen empleo, pero están con licencia, contrato suspendido u otra causal de ausencia) suman poco más de 763 mil trabajadores. Se observa “cierto freno con respecto a lo observado el trimestre móvil anterior”, dijo la autoridad.
No obstante, el INE señaló que si el total de personas que hoy figuran como desocupados ausentes se sumaran a los desocupados, la tasa de desempleo llegaría a 24%. Si el cálculo considera desocupación y fuerza de trabajo potencial (personas que habrían buscado empleo si no enfrentaran restriciones por la pandemia), la tasa llegaría a 30,2%.
Fuente: Departamento de Estudios Transtecnia