“Un nuevo anticipo de rentas vitalicias podría afectar directa y materialmente la solvencia de las compañías de seguros de vida y generaría un escenario de mayor riesgo que el sistema financiero ha enfrentado en los últimos 35 años”. Así lo manifestó el presidente de la Comisión Para el Mercado Financiero (CMF), Joaquín Cortez durante su exposición ante la Comisión de Constitución en el marco del estudio del cuarto retiro de fondos previsionales.
Cabe recordar que la instancia está realizando audiencias con diversos actores -hasta ahora con el presidente del Banco Central y representantes del Ejecutivo- para despejar dudas y recabar la mayor cantidad de antecedentes antes de votar en general la iniciativa lo que podría ocurrir la última semana de octubre.
Según Cortez, la iniciativa “genera riesgos severos para el pago de 657 mil rentas vitalicias, de los seguros de vida de más de 2,5 millones de personas, seguros complementarios de salud de 7 millones de personas, seguros de invalidez y sobrevivencia de toda la fuerza laboral que cotiza en las AFP”.
Asimismo, señaló que si se genera un escenario similar al del primer anticipo -donde el 48% de los pensionados de rentas vitalicias realizaron un retiro- el impacto patrimonial en las compañías de seguros de vida implicaría una caída del 28% y en el escenario que todos los pensionados bajo esa modalidad hicieran un anticipo, se enfrentaría una caída del 57%.
Agregó que si la mitad de los pensionados por rentas vitalicias sacan recursos, habría 3 compañías de seguros que caerían en “insolvencia regulatoria” es decir, por debajo del límite regulatorio fijado en el país y que en el caso que todos los pensionados realizaran un anticipo, ello implicaría que 9 de 15 compañías caerían por debajo del límite regulatorio, lo que generaría problemas o que no tuvieran el capital necesario para enfrentar futuros eventos de stress.
Cortez precisó que no se está hablando de una quiebra de las aseguradoras pero sí de caer por debajo de los límites legales establecidos para el funcionamiento de estas empresas.
En el último párrafo el presidente de la CMV descarta la quiebra pero afirma que ya no podrían funcionar. Obviamente no es lo mismo; pero cuáles serían las consecuencias de no poder funcionar: ¿podría eso poner en duda el monto de la pensión de renta vitalicia contratada o el titular que debe pagarla? ¿qué tendría que pasar para llegar a eso? El párrafo es riguroso, pero faltó el análisis de las posibles consecuencias. En simple, si la compañía no supera las razones de no funcionamiento, deben transferirse las obligaciones a otras compañías o al Estado, en cuyo caso ya no se paga el valor original.
Y que pasa con mis fondos ahora que se me declaro una enfermedad terminal (cáncer al hígado no operable) necesito el retiro al menos del 10% para enfrentar ahora estos gastos médicos.