Con los contagios de Covid-19 bajando cada vez más y un 83% de la población objetivo con inoculación completa en Chile, la reactivación de la economía es inminente y se vaticina que los bonos y subsidios creados para paliar los efectos de la crisis sanitaria y otorgados por el Gobierno a las empresas, estarían próximos a finalizar. Esta situación está generando inquietud en el mercado laboral, ya que existe un alto temor a que cuando esto ocurra, las organizaciones vuelvan a hacer una reducción significativa de su plantilla y muchas personas pierdan su empleo.
De hecho, de acuerdo a la edición del primer semestre 2021 del Workmonitor, estudio de Randstad, 24% de los encuestados reconoce tener miedo a quedar desempleado si su firma decide tomar medidas drásticas al momento en que cesen los incentivos a la contratación entregados por el Gobierno, lo que posiciona a Chile por sobre el promedio global, que alcanza 23%, y en el lugar número 1 entre los países latinoamericanos que participan en la investigación.
Le sigue Brasil, con 21%, luego México, con 19%, y finalmente Argentina, con 18%; mientras que a nivel global Chile se ubica en la posición 10 de las naciones con más trabajadores temerosos a perder su fuente de generación de ingresos por este motivo, tabla compuesta por 34 territorios.
Al respecto, Francisco Torres, director de staffing & outsourcing de Randstad, señala que hace pocos días el Presidente de la República hizo un llamado a normalizar la política fiscal, recalcando que las ayudas económicas del Estado no pueden ser permanentes, lo que da luces sobre las decisiones que vendrán en ese sentido.
“Igualmente hay que mantener la calma, porque en paralelo con el retiro del IFE Universal, que se proyecta para diciembre, nació el IFE Laboral, que busca fomentar la empleabilidad de los trabajadores. Asimismo, continúa vigente el subsidio al empleo para las empresas, el cual impulsa el reintegro de colaboradores suspendidos e incentiva las nuevas contrataciones, lo que debería dar estabilidad al mercado hacia el último trimestre del año, periodo en el que el apoyo estatal estaría por finalizar”, dice.
El ejecutivo agrega que llama la atención que el temor a perder el empleo por esta razón en particular sea tan alto, sobre todo considerando que a nivel general este indicador alcanza 9,6%, uno de los mayores registros observados desde que se realiza el estudio en Chile (2010), a excepción de 2020.
Frente a este escenario, Torres recomienda transmitir tranquilidad a la población, ya que “las ofertas de trabajo tuvieron un crecimiento importante durante el primer semestre de 2021, alza que tomará más fuerza en la segunda mitad de año, lo que sumado a la escasez de talento que existe para ciertos perfiles, abre una gran cantidad de oportunidades laborales para miles de personas”, asegura.
En cuanto a las edades, el temor a perder el empleo porque la ayuda del Gobierno a las empresas caducará, se da en mayor medida entre los más jóvenes, llegando a 30% en los trabajadores de 18 a 24 años, y a 26% en el tramo que va desde los 25 a los 34 años; mientras que en los rangos por sobre los 35 años, la cifra no supera el 22%.
Respecto a las industrias, las tres primeras posiciones son ocupadas por Hoteles & Catering, con 46%; por Servicios Financieros, con 34% y por Manufactura de Productos Alimenticios, con 31%; y entre los rubros con colaboradores más confiados en mantener su ocupación independientemente de los subsidios están Salud & Trabajo Social, Tecnología y Transporte, todos con 17%.
Ante a esto, el directivo de la multinacional sostiene que “Hoteles & Catering es un sector que se ha visto tremendamente afectado por la emergencia sanitaria y las cuarentenas preventivas que enfrentamos hasta hace pocos meses atrás, por lo que es natural que sus trabajadores estén expectantes a lo que ocurrirá cuando las empresas de la industria dejen de recibir apoyo gubernamental.
Un escenario similar vive el rubro manufacturero, el cual saldrá bastante dañado de la crisis tomando en cuenta que su operación es netamente presencial y los confinamientos hicieron que muchas empresas sufrieran grandes pérdidas y redujeran considerablemente su dotación.
Del otro lado de la moneda encontramos Tecnología, que es uno de los sectores en los que desempeñarse por proyecto es enormemente común, por lo tanto, quienes tiene un contrato formal con una compañía pueden seguir desempeñando sus funciones y generando ingresos por su cuenta en caso de una desvinculación; mientras que Salud y Trabajo Social son áreas que han venido a tomar mayor protagonismo con la pandemia, relevancia que seguramente seguirá aumentando”, acota.