Después de cuatro años sin movimientos, Moody`s Investors Service rebajó la calificación las calificaciones senior no garantizadas y de emisor a largo plazo en moneda local y extranjera de Chile desde A1 a A2. En tanto, cambió la perspectiva desde “negativa” a “estable”.
“La rebaja de la calificación fue impulsada por las tendencias fiscales y económicas que han debilitado de forma gradual pero persistente el perfil crediticio de Chile, alineándolo con el de sus pares con calificación A2”, explicó Moody`s en un reporte.
“Aunque el país entró en la crisis del coronavirus con una deuda más baja que sus pares y con amortiguadores fiscales, la carga de su deuda había estado aumentando constantemente antes de la crisis y la pandemia exacerbó la tendencia alcista”, indicó.
En su análisis, Moody`s dijo que si bien el rechazo a la propuesta de nueva Constitución puede indicar que “el consenso político probablemente se ha desplazado a favor de cambios más modestos en las mejoras sociopolíticas y económicas de Chile”, dijo que “el proceso de reforma constitucional sigue sin resolverse y probablemente conducirá a un aumento estructural del gasto social en un momento en que las perspectivas de crecimiento a mediano plazo siguen siendo modestas”.
“El Gobierno ha enfatizado su compromiso con la consolidación fiscal y ha tomado medidas que han llevado a una corrección material en las cuentas fiscales en 2022. Sin embargo, la economía política detrás de las mayores presiones del gasto social planteará desafíos a estos esfuerzos en los próximos años”, advirtió.
Según Moody`s, “la perspectiva estable refleja la expectativa de que el perfil crediticio de Chile se mantendrá alineado con el de los soberanos calificados A2, respaldado por instituciones y políticas sólidas”. “Moody`s espera que las autoridades sigan comprometidas y demuestren su eficacia en el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica y financiera durante todo el proceso de reforma constitucional”, afirmó.
En cuanto a sus perspectivas, Moody`s espera que el crecimiento del PIB se desacelere significativamente a alrededor del 2% en 2022 y se mantenga estable (0%) en 2023 a medida que disminuya la demanda interna, impulsada por medidas de política fiscal y monetaria más estrictas. “Además, la alta inflación está erosionando el poder adquisitivo de los hogares y la incertidumbre política en torno al proceso de reforma constitucional está afectando negativamente las perspectivas de inversión privada a corto plazo”, indicó.