La cifra implicó un ascenso de 3,2 puntos porcentuales (pp.) en doce meses, producto de la reducción de la fuerza de trabajo (-8,5%) menor a la presentada por los ocupados (-11,7%), y el incremento de 33,3% en los desocupados, incididos únicamente por los cesantes (40,8%).
Según sexo, la tasa de desocupación de mujeres se situó en 10,9%, aumentando 3,2 pp. en doce meses. En tanto, la tasa de desocupación de los hombres fue de 9,8%, registrando también un alza anual de 3,2 pp.
Los ocupados tuvieron una disminución de 11,7%, incididos más por las mujeres (-15,6%) que por los hombres (-8,8%). Por su parte -debido a la implementación de la Ley de Protección al Empleo-, el segmento de ocupados ausentes (que representó el 8,0% del total de ocupados), creció un 20,9%, equivalente a 111.452 personas.
La contracción de los ocupados fue mayor en los sectores económicos de comercio (-10,8%), agricultura y pesca (-21,4%) y alojamiento y servicio de comidas (-35,3%). En tanto, por categoría ocupacional, el descenso se observó principalmente en asalariados formales (-7,2%) y trabajadores por cuenta propia (-14,7%).
La tasa de ocupación informal alcanzó 27,0%, decreciendo 1,4 pp. en doce meses. Asimismo, los ocupados informales disminuyeron 16,2%, incididos en mayor medida por las mujeres (-23,1%), frente a un -10,7% en los hombres, y por trabajadores por cuenta propia (-15,5%).
En tanto, la población fuera de la fuerza de trabajo aumentó 19,4%, influida por los inactivos habituales (13,1%) y los inactivos potencialmente activos (62,8%), personas que en su mayoría no estaban buscando un empleo, pero estaban disponibles para trabajar (fuerza de trabajo potencial).
La tasa de desocupación ajustada estacionalmente fue 11,0%, retrocediendo 0,2 pp. con respecto al trimestre móvil anterior, como consecuencia del crecimiento de la fuerza de trabajo (0,5%) y de los ocupados (0,7%), junto con el retroceso de los desocupados (-1,5%). El aumento trimestral de ocupados fue de 55.315 personas.
En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados, descendió 12,3%. De igual modo, el promedio de horas trabajadas decreció 0,7%, llegando a 36,9 horas.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó 21,6%, con un incremento de 7,5 pp. en el período. En los hombres se situó en 18,8% y en las mujeres, en 25,4%. La brecha de género fue 6,6 pp.
Por su parte, en la Región Metropolitana la tasa de desocupación del trimestre octubre-diciembre de 2020 alcanzó 11,4%, aumentando 3,9 pp. en doce meses, producto de la baja de 4,8% de la fuerza de trabajo, inferior en magnitud a la variación registrada por los ocupados (-8,8%). Los desocupados se expandieron 44,7%, incididos exclusivamente por los cesantes.