A propósito del conflicto social y político que atraviesa el país desde hace más de 3 semanas y considerando lo difícil que ha sido para todos en términos de traslado y seguridad en general; Randstad realizó una encuesta a más de 2 mil 500 trabajadores, con el fin de evaluar cómo las empresas están abordando esta problemática, además de conocer de qué forma, y en qué nivel, la actual situación podría estar afectando a los empleados en cuanto a miedo a perder el empleo y productividad.
En este sentido, el estudio reveló que 75% de las compañías está implementando políticas de flexibilidad laboral desde que estalló la crisis, el 18 de octubre. De éstas, las más utilizadas son: permisos para entrar más tarde o salir más temprano de la oficina (37%), la posibilidad de que cada área evalúe las medidas día a día dependiendo del desarrollo de las manifestaciones y el funcionamiento del metro (34%) y home office (15%).
En menor medida se encuentra la finalización de la jornada anticipada para las personas que viven en zonas de mayor conflicto (7%); mientras que un 7% de los participantes señaló que su organización ha puesto en marcha todas las iniciativas mencionadas anteriormente.
Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing & comunicaciones de Randstad, dice que en instantes como este es imprescindible la cercanía de los jefes con sus equipos y establecer mecanismos efectivos y oportunos de comunicación, con el objetivo de conocer la realidad de cada uno, revisar los permisos que se deben otorgar caso a caso para no poner en riesgo la integridad de los trabajadores y ver qué modelos implementar para no afectar la productividad con las herramientas disponibles.
Por otro lado, la ejecutiva agrega que la situación que vive el país no solo ha tenido repercusiones negativas para quienes deben sobrellevar largas jornadas de desplazamiento; sino que también el sondeo revela que ha generado efectos adversos en la salud mental de las personas.
“De hecho, el 79% de los encuestados sostiene que ha sentido estrés o ansiedad en el trabajo producto del escenario actual. Los más afectados son las personas entre 35 y 44 años, con 31% que afirma encontrarse en un estado emocional fuera de lo habitual; seguidas por aquellas entre 25 y 34, con 28%; y en tercer lugar por empleados que van de 45 a 54 años, con 16%. Los mayores de 55 se han visto menos perjudicados, con 3%; al igual que los jóvenes entre 18 y 24, con 1%.
En este sentido, Natalia Zúñiga explica que es normal que esto suceda tomando en cuenta el alto estrés que ha tenido que enfrentar la mayoría de la población durante al menos 25 días consecutivos. “Ante esta realidad, las empresas han debido gestionar un ambiente laboral atípico, etapa en la cual la comunicación interna se transforma en un aliado estratégico. No hay que olvidar que, para las firmas abordar estos temas a tiempo se transforma en una oportunidad, ya que es posible mostrar conexión, empatía y preocupación por las reales necesidades de sus equipos en momentos difíciles”.
En este aspecto, la investigación puso al descubierto que solo 36% de las organizaciones ha puesto a disposición de sus trabajadores apoyo psicológico y emocional, en caso de que lo requieran; mientras que el restante 64% comenta que la comunicación ha sido unidireccional, indicando solamente cómo funcionará la operación día a día, lo que a juicio de la experta no es lo más adecuado.
“En paralelo a la información sobre cómo resguardar la seguridad y dar continuidad a las funciones, es vital entregar contención emocional. Así, cada manager se debe reunir con los integrantes de su equipo por separado para saber si se sienten atemorizados o si tienen alguna dificultad familiar que haya que tratar de manera particular, sobre todo considerando que la angustia y el cansancio repercuten de manera negativa en el rendimiento de la gente”, aconseja.
De acuerdo al estudio, 61% de los participantes dice que con los actuales acontecimientos su productividad ha caído, ya sea porque le cuesta concentrarse en sus labores, debido a que no alcanza a realizar todas sus funciones ante una jornada laboral reducida o por el agotamiento que le generan los largos tiempos de traslado; mientras que 33% asegura que su desempeño se ha mantenido y 6% considera que ha mejorado, principalmente debido a que trabajar desde su casa le permite enfocarse más en sus responsabilidades.
Por último, 52% de los trabajadores tiene miedo a perder su empleo en base a las bajas proyecciones de crecimiento económico que se han generado tras el conflicto. “Por eso reitero que la comunicación interna es clave por tres motivos principales, aún más en instantes como este.
Primero, para dar tranquilidad a los empleados; segundo, para que las personas sepan que se están tomando todas las acciones pertinentes para que el negocio siga funcionando y; tercero, para que los profesionales tengan certezas sobre su futuro dentro de la compañía, reduciendo así la incertidumbre y el miedo.
Y es que una empresa no puede alcanzar su máximo potencial si tiene un porcentaje elevado de empleados con temor a ser finiquitado, ya que esto afecta enormemente la productividad”, concluye.
Fuente: Departamento de Estudios Transtecnia