Según un estudio realizado por Randstad Chile, alrededor de un 50% de las empresas en Chile adoptaron un modelo híbrido de trabajo; es decir, piden a sus trabajadores ir a la oficina 2 o 3 días a la semana, y el resto de la semana pueden trabajar desde casa.
Si bien un modelo de trabajo remoto o híbrido aumenta la productividad, existen rubros en que esto no es una opción. Sin embargo, la necesidad de aumentar la producción en esas empresas también es un imperativo por las siguientes razones:
– La demanda de los consumidores. La cultura de la gratificación instantánea impulsada por el comercio electrónico hace que los consumidores demanden más y estén menos dispuestos a esperar.
– Los presupuestos son menores. La pandemia afectó el presupuesto de muchas empresas, teniendo que producir con menos budget, por lo que no se pueden permitir bajar la productividad.
– El talento es más difícil de encontrar. Mantener una fuerza laboral presencial en medio de una pandemia es un reto, por lo que contar con el personal calificado necesario es cada vez más complejo.
El bienestar es una prioridad
Un colaborador sano tanto física como mentalmente, es una persona que asiste a trabajar, es tan simple como eso. Adicionalmente, una fuerza laboral que está contenta con su trabajo y los beneficios que éste le proporciona, tiende a permanecer más tiempo en su cargo. Considerando los altos costos de contratar y capacitar nuevos trabajadores, evitar la rotación laboral es fundamental para mantener la productividad.
Vínculo entre bienestar y productividad
Cuando los trabajadores se sienten físicamente bien, trabajan más rápido y de manera más eficiente. Lidiar con los síntomas de una enfermedad distrae la atención del trabajo, baja la motivación y la habilidad de cumplir con las responsabilidades se ve afectada.
Por otra parte, puedes apoyar a tus trabajadores a que cuiden de sí mismos con beneficios y convenios de salud, promoviendo pausas activas y proveyendo almuerzos y colaciones saludables. También propiciando la flexibilidad laboral y una cultura de retroalimentación para anticipar potenciales salidas.
Un estudio de Oxford reveló que los trabajadores que se consideran a sí mismos como felices son un 13% más productivos que los que declaran bajos niveles de felicidad.
En Chile el 53% de trabajadores dice sentirse “feliz” en su ocupación laboral, pero declara que su bienestar era mayor antes de la pandemia. Por tanto, es importante que las empresas pongan el foco no solo en la salud, sino que también en entregar mejores condiciones laborales.
No puedes mágicamente hacer felices a tus trabajadores, pero puedes crear políticas que los ayuden a mejorar su nivel de satisfacción. Un ejemplo podría ser un horario flexible que les permita equilibrar el trabajo y la vida personal. Otro ejemplo es el dar beneficios de capacitación potenciando sus planes de crecimiento y desarrollo, creando equipos más cohesionados y entornos de trabajo más agradables.
La salud mental incide en la productividad
La Asociación Americana de Psiquiatría indica que una depresión no tratada puede reducir la productividad de un trabajador hasta un 35%. La buena noticia es que el mismo estudio indica que los trabajadores que recibieron tratamiento aumentan su productividad hasta un 80%.
Según un estudio realizado por la Universidad Católica de Chile y la ACHS, el 23,6% de los chilenos presenta sospechas o problemas de salud mental y el 45,9% evalúa que su estado de ánimo es peor o mucho peor que antes de la pandemia. Por tanto, se hace vital que las empresas prioricen esto dentro de la estrategia de recursos humanos, con planes de comunicación potentes, con programas de asistencia, consejería y actividades que promuevan el bienestar psicológico de los colaboradores de la empresa.
¿Tu empresa tiene problemas de productividad?
Si bien todo empleador debe considerar el bienestar de los trabajadores para conseguir su identificación con la cultura, mejorar su satisfacción y retenerlos, muchas empresas no miden la productividad. O solo en las áreas de venta y producción. Y si no se mide, no se puede gestionar o mejorar.
No puedes abordar un problema si no sabes si existe, por lo que es importante tomar como prioridad el establecimiento de indicadores de todos los departamentos. Por ejemplo, puedes hacerte estas preguntas:
¿Cuál es tu indicador de rotación y de satisfacción interna? ¿Qué dicen las entrevistas de salida?
¿Los clientes están satisfechos con tus productos y servicios?
¿Tu negocio está ganando dinero y los costos de mano de obra están alineados con las expectativas?
¿Eres capaz de cumplir con las metas y objetivos con tu fuerza laboral actual?
¿Los equipos están cumpliendo con las metas establecidas?
Estas son excelentes métricas para medir la productividad, pero no son las únicas preguntas que debes hacerte. Creamos una guía gratuita con 8 claves para detectar problemas de productividad en tu empresa.