El Banco Central de Chile presentó hoy el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre de 2018, en el que señala que si bien el sistema financiero y los sistemas de pagos internos y externos no han registrado eventos de disrupción importantes, algunos agentes han acumulado vulnerabilidades como consecuencia del menor dinamismo experimentado por la economía en los últimos años.

Añade que tanto usuarios como oferentes de crédito estarían en condiciones de acomodar los impactos de distintos escenarios de tensión, incluyendo aquellos asociados a condiciones financieras más estrechas, gracias a que la composición del crédito y el refinanciamiento de deudas ha reducido su exposición a riesgos de tasas y cambiarios. Mayor sería, en cambio, la vulnerabilidad ante un deterioro de las condiciones económicas y del mercado del trabajo.

Junto con lo anterior, el Informe identifica algunos factores de riesgo más específicos a ciertos mercados o sectores de la economía, entre los que destacan: el aumento de la proporción de deudores con más de una hipoteca y del peso del crédito de consumo no bancario, en ausencia de un registro consolidado de deudas; la mayor vulnerabilidad de algunos sectores de la economía frente a eventuales rezagos o retrocesos, aun en un contexto de recuperación más general y la preferencia de los bancos por garantías como mecanismo de mitigación de riesgo, estando éstas expuestas a riesgos de valoración y liquidez frente a cambios abruptos en la situación económica.

El Informe concluye planteando que la mejor forma de reducir estos riesgos es avanzando en la agenda de fortalecimiento del sistema financiero, dentro de la cual el proyecto de nueva Ley General de Bancos juega un papel central.

El Informe fue publicado en el sitio web institucional (www.bcentral.cl) y será presentado por el Presidente del Banco Central, Mario Marcel, ante la Comisión de Hacienda del Senado, acompañado de la Gerenta de División Política Financiera, Solange Berstein.

Situación internacional

El IEF del primer semestre del año sostiene que uno de los riesgos externos más relevantes que enfrenta la economía chilena, destacado en los últimos Informes, es un deterioro abrupto de las condiciones de financiamiento en el exterior. Este ocurriría, por ejemplo, ante una normalización de los niveles de apetito por riesgo. Ello podría incrementar de forma relevante la tasa de largo plazo en Chile, aun considerando el efecto amortiguador que proporciona el régimen cambiario flexible.

Usuarios de crédito

El IEF dice que los indicadores financieros de los hogares muestran algún grado de deterioro, dando cuenta que persisten los riesgos reportados previamente. Estos siguen concentrados en la evolución futura del mercado del trabajo, en particular para aquellos hogares con alto nivel de endeudamiento y con bajo margen financiero para enfrentar shocks de ingreso. En particular, la deuda agregada del sector, alcanzó a 46% del PIB al cierre del año 2017. En el caso de deuda bancaria, los sectores de ingresos medioaltos incrementaron sus niveles de endeudamiento entre el 2015 y 2017, mientras transversalmente se observó un aumento de la carga financiera en igual período. Lo anterior, sumado a un mayor uso de créditos rotativos entre algunos deudores desde finales de 2017, apuntaba a que éstos tendrían menores holguras financieras.

Respecto de las empresas, dice que la deuda agregada entre el tercer y cuarto trimestre del año pasado se redujo hasta 111% del PIB, en gran parte explicado por el impacto de la apreciación del peso en la valoración de la deuda externa. Los indicadores de impago tuvieron aumentos moderados concentrados principalmente en sectores específicos. Así, un escenario donde la actividad de estos no aumente en línea con el resto de la economía podría deteriorar aún más la situación de impago de estas firmas.

Oferentes de crédito

El Informe hace notar que permanecen en la banca las vulnerabilidades ya descritas en IEF previos, con un nivel de capital con menores holguras respecto de años anteriores y mayor participación de las garantías como mitigadores del riesgo de crédito. Agrega que durante el tercer trimestre del año pasado, el sistema bancario aumentó ligeramente sus indicadores de rentabilidad, pero que su solvencia patrimonial se mantuvo rezagada respecto de estándares internacionales.

Advierte que, a pesar de un repunte en las cifras de actividad, una recuperación más lenta de lo esperado podría deteriorar la calidad de la cartera de los bancos y que los ejercicios de tensión que contiene el Informe (en que se somete al sistema bancario a situaciones de estrés macro-financiero) arrojan como resultado que si bien el sistema ha reducido los impactos relacionados con una recuperación de la actividad económica, la banca continúa con niveles de capitalización moderados en relación a resultados previos.

También señala una mayor participación de oferentes de crédito no bancarios (casas comerciales, cajas de compensación, entre otros) en la deuda de los hogares. Este fenómeno genera una exposición indirecta de la banca a este sector debido a que estos oferentes suelen financiarse con créditos comerciales. Adicionalmente, la carencia de un registro consolidado de deuda limita la correcta evaluación crediticia de los diferentes actores del mercado del crédito y, por tanto, es una deficiencia que debiera encararse lo antes posible.

Regulación financiera

Señala el IEF que si bien ha habido avances significativos de política financiera en los últimos períodos —en el último tiempo, un nuevo marco de regulación general aplicable a sistemas de pago de alto valor y la publicación para consulta de nuevas normas sobre gestión de riesgos de liquidez en la banca— persisten en el sistema financiero chileno brechas relevantes respecto a estándares internacionales.

  

Innovaciones tecnológicas

En este IEF se incluye un capítulo temático sobre innovaciones tecnológicas financieras (FinTech), en el que se analizan los posibles efectos que ellas pueden tener sobre las funciones del sistema financiero.

Señala este capítulo que dichas innovaciones suponen amenazas y oportunidades para la estabilidad del sistema financiero. Algunos beneficios serían mejoras en la inclusión financiera, mayor competencia, ganancias de eficiencia y reducciones de costos para los consumidores. Respecto de los riesgos, advierte que entre los más inmediatos se encuentran aquellos a los que están expuestos los usuarios de criptoactivos, la irrupción de entidades que ejerzan funciones de intermediación financiera fuera de los perímetros de supervisión, el efecto sobre la dinámica de los mercados de decisiones automatizadas basadas en algoritmos y las crecientes amenazas de ciberseguridad.

Fuente:  Departamento de Estudios Transtecnia

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