La última sesión en el mercado cambiario local no sólo marcó la caída del dólar-peso bajo la línea de los $640, sino que también el marcó el nivel más bajo que ha alcanzado el billete verde desde principios de julio de 2015, dos años atrás.

En su último cierre, el tipo de cambio marcó su cuarta jornada consecutiva a la baja, perdiendo terreno hasta los $638,5. Con esos resultados, el peso es la segunda moneda que más se ha expandido en escala global en lo que va del mes, superada sólo por el avance del peso argentino.

Para los agentes del mercado, uno de los principales factores es claro: la impetuosa escalada que ha mostrado el precio de la libra de cobre recientemente, cada vez más cerca de la línea de los US$3. Al cerrar ayer en US$2,9832, según cifras de Cochilco, el commodity ha registrado una apreciación de 19,56% en lo que va del año.

La principal presión que ha tenido el cruce local de monedas es el avance del metal rojo, uno de los principales motores del peso chileno, explica Sebastián Senzacqua, economista jefe de BICE Inversiones, señalando que la materia prima se ha visto impulsado por un mayor dinamismo en la economía China durante el primer semestre y un debilitamiento del dólar frente a las “monedas duras”, como el euro.

BCI Estudios concuerda con el poder del cobre sobre el tipo de cambio, pero enfatizan en el efecto risk-on que ha elevado a divisas como la chilena. Hay “un mayor apetito por riesgo global que ha favorecido la apreciación de monedas de economías emergentes”, señala el economista Felipe Ruiz desde la firma.

Desde el cierre de diciembre, casi todas las divisas de mercados emergentes se han levantado frente a la moneda referente. Sólo tres registraron bajas. Desde este punto, ¿qué le queda al dólar de aquí en adelante?

La Encuesta de Operadores Financieros del Banco Central para la segunda quincena de agosto, refleja una disminución de las expectativas para el tipo de cambio. En comparación con la primera quincena de este mes, la media de los target a tres meses de los operadores bajó de $655 a $645, mientras que el pronóstico para el cierre de este año cayó de $655 a $650.

BICE se ubica del lado del pesimismo. Según comenta Senzacqua, la tendencia bajista del billete verde seguirá de aquí en adelante, cerrando en $640 este año y en $620 el próximo.

Aunque el economista anticipa que el cobre cederá, promediando un precio de US$2,7 por libra durante el 2018, y que la Reserva Federal de EEUU seguirá con la tónica de gradualidad en el proceso de normalización de la política monetaria, un repunte de la economía local mantendrá al dólar en la senda a la baja.

Ruiz, por su parte, anticipa que el cruce de divisas recuperará el nivel de los $650 hacia diciembre, para luego ceder hasta los $640 en 2018.

El escenario externo favorecerá al dólar frente al peso chileno, proyecta el economista de BCI, dado que la economía de China se desacelerará en la segunda mitad del año por reformas que apuntan a contener el acelerado crecimiento de su deuda, lo que pondrá un freno al precio del cobre. Además, agrega, la Fed retomará el proceso de normalización a través de alzas de tasas y la reducción de su masivo balance. La piedra de tope sería la evolución de la economía doméstica. “La actividad económica mostraría un repunte hacia fin de año, que llevaría a la paridad a situarse en torno al tipo de cambio real de equilibrio, que estimamos en $650”, dice Ruiz.

Artículo de Javiera Donoso

Fuente:  Pulso

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