La próxima semana el gobierno debería materializar el anuncio del envío del proyecto de ley que le entregará autonomía al Consejo Fiscal Asesor (CFA). Si bien aún no se conoce el detalle, PULSO adelantó los ejes centrales que tendrá esta nueva institucionalidad.

De acuerdo a aquello, los cinco integrantes de este consejo serán nominados por el Presidente de la República, y deberán ser ratificados por el Senado. La duración de los consejeros será de seis años.

En tanto, la nueva institucionalidad también obligará a quienes sean los consejeros a trabajar 22 horas semanales, es decir, deberán funcionar a media jornada. A la vez, contarán con un equipo técnico para poder hacer estudios e informes relacionados con la política fiscal y de esa manera contrapesar las cifras que entrega la Dirección de Presupuestos.

Si bien todavía no está totalmente definido, lo más probable es que el consejo y su equipo técnico se instalen en las dependencias de Teatinos 120. Este es un cambio a la realidad actual, puesto que desde su creación los economistas que integran el CFA lo hacen bajo la modalidad ad honorem y no cuentan con un staff técnico que los asesore para contrapesar las cifras que entrega la Dipres.

Otras de las innovaciones apuntan a que tendrá una vocería propia y los informes y actas de las sesiones serán redactados por ellos mismos, sin la presencia de la Dirección de Presupuestos.

Expertos

Conocidos los ejes, los expertos valoraron que se avance en una mayor autonomía, pero coinciden en que el nuevo Consejo Fiscal debe ampliar sus atribuciones de análisis.

Asimismo, también existen repartos al proceso de nominación y a que sus oficinas queden en el mismo edificio que Hacienda.

La académica de la Universidad Adolfo Ibáñez y actual presidenta del CFA, Andrea Repetto, señaló que “un consejo fiscal independiente, bien diseñado, puede promover una mayor disciplina fiscal”. En ese sentido subrayó que “los elementos clave son una independencia estricta de la política, capacidad para proveer y realizar evaluaciones de las proyecciones fiscales y monitorear la regla y la situación fiscal, y una estrategia de comunicaciones efectiva hacia el público general, dando mayor transparencia a la discusión presupuestaria. Así, crucial será el mandato y las capacidades que la ley le dé al Consejo”.

Carolina Grünwald, economista de LyD acotó que “el crear un consejo fiscal independiente es algo de primera necesidad. Además, el hecho de que ahora cuente con un staff técnico, permitirá realizar informes y contrarrestar la información que haga la Dipres”. A su vez, el economista de Clapes-UC y ex consejero fiscal, Luis Felipe Lagos, también valoró la autonomía, pero agregó que este nuevo consejo “debería ampliar su margen de acción, aunque siempre debe mantener el rol de asesor, ya que sus opiniones no deberían ser vinculantes”.

El académico de la Universidad Gabriela Mistral, Erik Haindl, aseveró que “esta es la oportunidad para repensar las atribuciones que tenga este consejo. Y ahí se debe apuntar a la sostenibilidad de las finanzas públicas en el largo plazo”.

Mientras, el economista y también ex consejero fiscal Felipe Morandé, comentó que “es una buena medida porque hoy el único proveedor de información en detalle es la Dipres, que es parte interesada, por lo tanto el contar con un staff técnico para hacer análisis independiente le da más fuerza al CFA”.

Las críticas

Para Repetto hay dos elementos que generan dudas respecto del modelo sugerido: El primero de ellos se refiere a que “los organismos técnicos en Chile, con mecanismos de nombramiento como que el que se propone, se caracterizan por el cuoteo político. No es evidente este formato resguarde la relevancia de crear un comité totalmente no partidista”.

Sin embargo, para Morandé “la simpatía política que tenga cada uno de los consejeros no es un defecto sino que una virtud, ya que le entrega legitimidad política. Debe ser una mezcla, pero privilegiado lo técnico”.

El segundo reparo de la académica se relaciona con la idea de que se instale en Teatinos 120. Esto porque “en países como Australia, Canadá, Corea del Sur y Sudáfrica, entre otros, han creado recientemente consejos fiscales y los han instalado en sus respectivos Parlamentos, mientras que hace décadas también lo hizo Estados Unidos”. Por ello, la economista señaló que “un paso así para Chile permitiría dar contrapeso real a la Dipres permitiendo desde el Congreso evaluar los informes financieros y los efectos fiscales de distintas iniciativas de ley, tanto ex ante como ex post”. No obstante, precisó que para lograrlo “se requeriría cuidar que el organismo mantenga su independencia total de los parlamentarios de turno”. En este punto recordó que “hubo un proyecto de convertir la Biblioteca del Congreso Nacional en una Oficina de Presupuestos, apoyado por el BID. Puede ser una buena ocasión para reconsiderar aquello”.

En cuanto a la jornada de 22 horas de trabajado, Grünwald dijo que “hubiera preferido que fuera jornada completa”.

Fuente:  Pulso

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