La pandemia ha dejado al descubierto una realidad para las mujeres que se creía alejada, y es que a medida que el encierro se intensificó ellas no sólo terminaron haciéndose cargo de las tareas domésticas, sino que este retorno obligado al hogar amenaza con dejarlas fuera del mercado del trabajo, perjudicando su autonomía económica y su aporte al crecimiento del país por varias generaciones.
Así de dramática es la mirada de ComunidadMujer, que llama a las autoridades a implementar medidas con sesgo de género y un subsidio al cuidado de los hijos para evitar un fuerte retroceso, considerando que hace un año (trimestre mayo-julio) representaban el 42,6% de los ocupados. “En el último año, del millón 837 mil personas que han perdido su trabajo, 899 mil son mujeres, el 48,9%. Es decir que la pérdida de puestos de trabajo no ha sido proporcional, sino que ha afectado considerablemente más a las mujeres”, indica la directora de estudios de esta entidad, Paula Poblete.
Pero no sólo eso, sino que a pesar del alto desempleo, ellas están optando por no salir a buscar empleo. “El 88% de las mujeres que perdieron su empleo en el último año salió de la fuerza de trabajo (versus 73% de los hombres). Con ello, la participación laboral cae a cifras que no veíamos hace más de 10 años (41,3%). O, dicho de otro modo, se alcanzan cifras de inactividad que significan un retroceso de más de una década en términos de igualdad de género en el mercado laboral: 58,7%”, recalca Poblete.
Esta salida del mercado laboral se hace evidente, explica la directora de estudios, al observarse que por segundo trimestre móvil el desempleo de las mujeres (12,5%) fue menor que el de los hombres (13,5%), “esto es inaudito, ya que en promedio dentro de la última década las tasas de desempleo de las mujeres siempre han sido en promedio 1,6 puntos porcentuales más altas que la de los hombres”.
Las cifras son elocuentes. Cuando se va al detalle, las mujeres aparecen liderando la pérdida de empleo en términos porcentuales en todas las actividades, incluso en las más feminizadas como Alojamiento y Servicio de comidas, donde la caída del empleo ha sido del 50% y el trabajo de casa particular, donde el empleo cayó en un 43%. “Hace un año las mujeres eran el 57,9% de quienes se desempeñaban en la primera rama y hoy son el 62,4% del total de quienes han perdido el empleo en dicho rubro tras la pandemia” sostiene Poblete
Llamado a Hacienda
En ComunidadMujer creen que el efecto de esta pandemia sobre las mujeres no tiene parangón, y que incluso será peor que la del 80. La directora ejecutiva, Alejandra Sepúlveda, explica que las cifras demuestran que el vínculo de las mujeres con el trabajo era muy débil, pues se emplean en sectores menos productivos, peor pagados, y vinculados a su rol tradicional en la sociedad (el cuidado de personas). A lo que suma el que debieron asumir las tareas no remuneradas con la cuarentena.
“Puede ser que el avance de antes haya sido un espejismo y una expresión de las propias mujeres respecto a su doble o triple esfuerzo por mantenerse en el mundo del trabajo equilibrando con otras responsabilidades. Esto demuestra que la autonomía económica de las mujeres estaba prendida con alfileres, la pandemia los sacó y estamos ante una situación muy dramática en términos de ingreso y oportunidades. El escenario genera muchas alertas, lo que está pasando va a comprometer una generación completa no sólo a ellas, sino que también a sus hijas”, subrayó.
Otra señal de alerta es que el 42% de los hogares está comandado por una mujer. Sepúlveda criticó que los planes de reactivación anunciados hasta ahora en infraestructura están dirigidos hacia hombres fundamentalmente. “Vemos con bastante preocupación que no existen señales de las autoridades de estar pensando en una reactivación con mujeres. Necesitamos de la voluntad política del Presidente y su ministro de Hacienda de que exista convicción muy clara de que la reactivación no puede carecer de perspectiva de género”, resaltó.
Fuente: Miriam Leiva, La Tercera