Uno de los aspectos que ha marcado la evolución del mercado laboral en Chile en los últimos años, en medio de la desaceleración de la actividad económica, ha sido el sostenido aumento en los trabajadores por cuenta propia.
De acuerdo con la última encuesta nacional de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) la cantidad de personas con un empleo por cuenta propia llegó a casi 1,78 millón, lo que se compara con la cifra de 1,53 millón registrada a inicios de 2015.
En este contexto, datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) revelaron que la tasa de empleo independiente del país, en relación al total de ocupados, se ubicó en 26,5% el año pasado, el cuarto nivel más alto del bloque después de México, Turquía y Grecia (las cifras disponibles de la institución para estos países corresponden a 2015).
Para la Ocde, esta categoría se define como los puestos de trabajo “de los empleadores, trabajadores que trabajan para ellos mismos, miembros de cooperativas de productores y trabajadores familiares no remunerados”.
Según Juan Bravo, investigador de Clapes UC, “los países menos desarrollados tienen mayor informalidad y, en ese sentido, hay mayor ratio de empleo por cuenta propia, que es donde es más factible evadir las regulaciones”.
Últimos 10 años
De acuerdo al informe “Estadísticas de la Fuerza Laboral de la Ocde 2006-2015”, la tasa de empleo independiente de Chile registró un continuo declive desde 29% en 2006 hasta un mínimo de 25,1% en 2012, proporción que a partir del año siguiente comenzó una ligera tendencia al alza.
La disminución de 3,4 puntos porcentuales en la última década fue el cuarto descenso más pronunciado entre los miembros del llamado club de países ricos. Turquía, Corea del Sur y Portugal fueron los mercados que experimentaron las reducciones más profundas con retrocesos de 8,1, 6,9 y 5,8 puntos porcentuales, respectivamente.
“Si está aumentando la cuenta propia y el total de independientes está cayendo, lo que tiene que estar bajando es el empleador. Por lo tanto, es una pésima noticia desde el punto de vista de la composición del empleo”, aseguró Bravo.
En tanto, al analizar la evolución de la tasa por género, se observa que el indicador masculino de trabajos independientes retrocedió 5 puntos porcentuales hasta 25,9% en los últimos 10 años -la tercera mayor baja dentro de la Ocde-, mientras que la cifra femenina sólo cayó 0,4 punto hasta 25,2%.
A juicio del investigador de Clapes, esta diferencia se explicaría por el hecho que los hombres suelen concentrar más el emprendimiento de buena calidad, que es la categoría que está anotando pérdidas. Por el contrario, las mujeres tienden a tener más emprendimientos de mala calidad (cuenta propia), que es el segmento que está subiendo.
Artículo de Constanza Morales H.
Fuente: La Tercera