Pareciera ser ayer cuando celebramos el inicio de un nuevo milenio, transcurrido el tiempo hoy nos vamos acercando a un cuarto de nuestro primer siglo, sin duda el tiempo pasa inexorablemente y con el paso de tiempo, ocurren cosas, vamos cambiando, evolucionando, envejeciendo y la mayoría de las veces sin darnos cuenta, seguimos en “automático” inserto en nuestra rutina de siempre, hoy pareciera que nada nos sorprende. Pero revisemos estos cambios para dejar en evidencia, el profundo impacto que provocará en el quehacer diario de contadores, empresarios, abogados, consultores y en general, de aquellos trabajadores ligados al sector financiero y empresarial.

En el aspecto tecnológico y con la introducción masiva de la firma electrónica, se está desarrollando un moderno sistema de la mano de la «facturación electrónica», haciendo posible la generación de documentos tributarios de «compras y ventas» con formato digital, lo que permite gestionar la información de nuestro negocio de manera oportuna y con registro electrónico.

En lo contable y con incorporación de la «Contabilidad Internacional IFRS», que fija nuevos criterios de valorización de los hechos económicos tangibles e intangibles, además de cambiar la presentación de algunos de los estados e informes financieros, se eliminan los principios que regían la antigua contabilidad los «principios contables» generalmente aceptados -PCG- normas establecidas con una mirada local y que pone como foco en la tributación de las empresas por sobre la gestión. La nueva normativa contable -IFRS- recupera la naturaleza de la contabilidad al otorgar un sentido y propósito exclusivamente financiero, permitiendo además, ampliar la mirada hacia la generación de reportes y así, apoyar la gestión del negocio.

Finalmente, en lo «tributario», con una implementación de la Reforma Tributaria aplicada en etapas, pasando de un único régimen general -basado en retiros y distribuciones de Renta – a la convivencia de tres regímenes tributarios distintos se aumenta el nivel de complejidad de la tributación de las empresas y personas. Pero además genera un desconocimiento normativo y operativo lo que puede provocar el mantenimiento de la máxima del mercado en materia tributaria. Así, finalmente nadie entiende nada, dando paso a que profesionales supuestamente expertos tengan opiniones distintas y contrapuestas respecto a un mismo tema.

Artículo de Opinión

Aunque esto suene a desastre, cabe reconocer que esta situación es similar a la que ocurría con el FUT y muy parecido a lo que actualmente está ocurriendo con las nuevas normas contables -IFRS- entonces cabe preguntarse: «¿Cuántos contadores y empresarios entienden con claridad y precisión La Reforma Tributaria, Las Normas IFRS, La Factura Electrónica?» «¿Cuántos saben cómo operan, para qué sirven, cuáles son sus alcances y beneficios o inconvenientes?».

Fue en este escenario, hace unos días atrás que recibí la llamada de un antiguo cliente para solicitarme una reunión. Nuestra secretaria preguntó cual era el tema a tratar a lo que él respondió: «Es un tema muy importante y ojalá pueda recibirme». Mario es un importante contador auditor y se encuentra en el proceso de traspasar toda su experiencia y sabiduría (que aportan las horas de vuelo en el negocio) a su hijo y sucesor de su empresa de servicios contables, tributarios y financieros, quien además lo acompañaba en nuestra reunión. Se nota que se ha preparado para tomar el control de la empresa familiar, es un ingeniero civil con un MBA y por sobre todo, con mucha energía para hacer crecer el negocio de su Padre y así hacer más próspera la empresa familiar.

Sin embargo, se notaba lleno de dudas e incertidumbre frente a este nuevo escenario tributario. Al comenzar nuestra reunión y luego de los saludos protocolares además de la emoción del reencuentro después de tanto años sin vernos, le pregunto: «¿Qué te trae por acá?, sin titubeos y en forma muy directa me pregunta textualmente: ¿Para dónde va la micro? ¿Qué pasará con los contadores como nosotros y las oficinas contables?, estamos confundidos y no sabemos cómo prepararnos para lo que se viene, además pensamos que todos los esfuerzos que tenemos que hacer en capacitación, tecnología y en estudios que no pagarán nuestros clientes».

En mis 30 años en este rubro nunca había percibido de manera tan clara el verdadero valor que tiene hacer una pregunta como: «¿Hacia dónde va la micro ahora? ». La interrogante representa, de algún modo, la inquietud y preocupación que sienten hoy día miles de «contadores empresarios» y, no es para menos, al tener que enfrentar tantos cambios, poca claridad, tanta amplitud, falta de coherencia en su normativa legal. Lo anterior vislumbra que se vienen tiempos de incertidumbre y confusión, donde costará mucho salir al balcón y desde ahí, proyectar el futuro, o bien, imaginarse que pasará con todo esto. Por lo anterior y en base a mis conocimientos y basta experiencia en este mercado, es que me siento en la obligación de compartir con ustedes la respuesta que le entregué a mi gran amigo Mario, el contador auditor mencionado anteriormente, respuesta que representa mi mirada respecto de cómo serán las oficinas contables, cómo operarán y de qué manera se integrarán las tecnologías de información, dónde estará el foco y el valor de la contabilidad y, por último, qué demandará el mercado:

En primer lugar, en el ámbito de los «servicios contables», se producirá un cambio radical ya que ahora será el propio contador quien podrá distinguir quien es su cliente, pudiendo reconocer por fin que su cliente «no es el fisco» y así restará importancia a las labores de operación concentrada en la preparación de declaraciones de impuestos. De esta manera, comenzará a expandirse a servicios contables con un mayor valor agregado, se crearán nuevas oficinas y empresas contables que utilizarán nuevas tecnologías de información, las que serán capaces de atender a miles de clientes con una oferta de información financiera y de negocios en línea y al día.

Bajo esta nueva estructura contable, las empresas tendrán la capacidad de atender clientes a lo largo y ancho de nuestro país incluyendo a aquellos que se encuentran en el extranjero, convirtiendo a las empresas de «servicios contables» en un negocio altamente rentable, eficiente y valorado por las empresas. Además, podrán apoyar directamente con nuevos servicios que, a la fecha, aún no son posible de gestionar, como la gestión de la cobranza, manejo de cuentas corrientes, manejo y control de inventarios, manejo y gestión de cuentas bancarias, por nombrar algunos.

Poco a poco empezarán a desaparecer los servicios contables tradicionales al no ser competitivos por razones de costos y diferenciación. Pese a lo anterior, mi pronóstico es que el mercado reaccionará favorablemente a una moderna oferta de servicios con la entrega de información contable, financiera al día, y por sobre todo, a un precio muy asequible.

En segundo lugar, en el ámbito «tributario», seguirá igual o peor que antes: «¿Hubo alguna época en donde la tributación haya sido simple y fácil de entender?», con esta nueva reforma los empresarios no seguirán perseverando en tratar de entender algo tan complejo y confuso como la tributación de las empresas y sus socios. Así, con la existencia de tres regímenes tributarios muchos se darán por vencidos y dirán finalmente: «Eso lo ve el contador».

El mayor desafío estará en gestionar los cambios de un régimen tributario a otro ?el FUT? el cual seguirá existiendo con otros nombres pero, por el momento, muy pocos entenderán su manera de operar, lo que traerá consigo el resurgimiento de Gurús Tributarios, aquellos que se supone tienen la verdad. En ese sentido, volveremos a la época de «el país de los ciegos donde el tuerto era Rey» similar a lo ocurrido hace unas décadas atrás donde una minoría tenía accesos a oficios y resoluciones del Servicio de Impuestos Internos (SII) y, donde los más afectados?como siempre? eran las pequeñas empresas. Con esta nueva reforma se profundiza la brecha y seguirán siendo los pequeños empresarios los más afectados ya que de manera proporcional pagarán mayores impuestos, sin ninguna posibilidad de postergar su pago. Recordemos que lo promovido por el «Estado» es que los pequeños empresarios paguen sus impuestos inmediatamente y, una vez finalizado su periodo comercial, no tengan derecho a suspender o postergar el pago de sus impuesto personales, al igual que las condiciones impuestas a los trabajadores, quienes antes de recibir su sueldo, el Fisco primero asegura que le paguen los impuestos. En resumen, está claro cómo funcionan los impuestos, los contribuyentes chicos «no son sujeto de crédito para el estado» lo que, en un entorno de desconocimiento tributario sumado a la falta de asesoría, hace que el precio pagado por los pequeños empresarios finalmente resulte proporcionalmente mayor a lo pagado por las grandes empresas.

Por último, en el ámbito de la contabilidad, la intención del fisco de sustituir, confundir, y cambiarle su propósito a la contabilidad ha fracasado rotundamente. Las normas internacionales ?IFRS? que, junto a la implementación de la «factura electrónica» otorga la posibilidad de tener la contabilidad al día, nos permiten ser más eficientes y competitivos en los negocios, además de reconocer, valorar y reforzar el propósito financiero de la «contabilidad», con exclusiva orientación al «negocio» y no a la «tributación».

En ese sentido, el contador ya no se percibirá en el mercado como un mal necesario en las organizaciones, ya que, al igual que en las economías desarrolladas, jugará un rol fundamental en el apoyo a la gestión del negocio convirtiéndose en uno de los profesionales más importantes y cotizados del mercado. Lo anterior ya se está viendo reflejado en el alza de los honorarios de este tipo de profesionales. Pese a lo anterior, seguirán existiendo informes y estados contables históricos, pero en adelante el mayor valor del contador estará en tener la capacidad de analizar la información histórica y aportar desde su perspectiva al desarrollo del negocio. De esta forma, a las empresas les será mucho más fácil cobrar y vender sus servicios, pero además el trabajo del contador tendrá mucho más valor. Lo anterior se verá reflejado en el precio de los honorarios, lo que sin duda, muchos empresarios estarán dispuestos a pagar sin ningún tipo de objeción.

En materia de tecnología pareciera existir un contrasentido, ya que la «contabilidad» es una de las herramientas más importantes de la historia de los negocios. A pesar de ello, y del progreso tecnológico, la contabilidad sigue sin estar al día y sólo unos pocos pueden darse el lujo de tener información en tiempo real y oportuna. Algunos especialistas en tecnología pensaron que desarrollando un sistema en la «nube» les permitiría resolver este problema, pero lo cierto es que la contabilidad sigue en general sin estar al día, porque el problema está en la forma en que se registran sus operaciones.

Artículo de Opinión

Actualmente, las operaciones de «compras y ventas» son procesos centralizados, es decir, operaciones acumulados por un tiempo ?alrededor de treinta días? que luego se registran, siendo este mecanismo el más utilizado, pero no el mejor, ya que de esa manera la contabilidad nunca podrá estar al día. El nuevo modelo de Facturación Electrónica permite autenticar las facturas a través de Timbre Electrónico y Firma Digital, creando DTEs, documentos que ahora se podrán contabilizar, registrar de manera oportuna lo que en definitiva logrará el objetivo final: que la contabilidad esté al día.

Volviendo al ámbito tributario, cuando finalice la implementación de la reforma tributaria, no será suficiente la existencia de un «Software de Renta, FUT o DJs» para apoyar el cumplimiento de las obligaciones tributarias de los contribuyentes, sino que será necesario integrar los distintos procesos de acuerdo a las características propias del régimen tributario del contribuyente. De esta manera no bastará con la confección de sus declaraciones ya que habrá que ir más allá de lo operativo, centrando la atención en un sistema integrado de información que permita gestionar la tributación del contribuyente en distintos regímenes a través del tiempo.

En el caso de la plataforma tecnología del SII? el portal Mipyme? tendrá competencia, al no poder confiar el pago de los impuestos a quien tiene como misión el recaudar el máximo de impuesto. Por lo mismo, resulta muy lógico que ésta plataforma no tenga como objetivo la disminución en el pago de impuesto por parte de los contribuyentes, su eslogan lo dice claramente, al ser Mipyme un portal que facilita el cumplimiento de las obligaciones tributarias. Lo anterior resulta extraño, por decirlo menos, ya que incluso antes de la reforma tributaria el sistema y registro del FUT no había recibido nada de apoyo, ni siquiera a los fiscalizadores. Es evidente entonces que la plataforma Portal Mipyme fue diseñada con un objetivo exclusivamente tributario, es decir, recaudar la mayor cantidad de impuestos.

Resulta imperativo y necesario nivelar la balanza entre el mundo privado, empresarial y el fisco además de balancear y contrarrestar la oferta fiscal con una oferta privada ?con una mirada no fiscal?, que traerá consigo el surgimiento de una nueva versión del Portal Mipyme de tributación, que sea proempresa, pronegocio y por sobre todo «no» profisco, plataforma que facilitará el cumplimiento tributario con una mirada fiscal.

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