La realidad tributaria en muchos países es paradójica. A pesar de los avances tecnológicos y de la creación de herramientas –algunos de los cuales fueron pioneros en facilitar el cumplimiento fiscal–, el sistema tributario se ha convertido en un laberinto tan intrincado que, en lugar de aclarar las obligaciones, genera confusión. Así surge el fenómeno de “pagar por pagar” y “no saber por qué pagar”.
La paradoja de la complejidad tributaria
Durante décadas, se ha defendido la idea de que la tecnología puede simplificar la contabilidad y facilitar la declaración de impuestos. Sin embargo, en la práctica, la evolución normativa ha optado por añadir enmiendas y “parches” en lugar de realizar reformas integrales. El resultado es un entramado de leyes, reglamentos y excepciones que condicionan a los contribuyentes a depender de expertos para poder cumplir con sus obligaciones fiscales.
Esta complejidad deliberada genera varios efectos negativos:
Generación de ingresos para intermediarios:Al ser la normativa tan enrevesada, contadores y asesores tributarios se convierten en actores indispensables. El hecho de tener que interpretar y aplicar leyes complicadas se traduce en una fuente de ingresos constante para estos profesionales. En otras palabras, pagar impuestos se vuelve un proceso en el que, además de cumplir con la obligación principal, se incurre en el pago de honorarios y servicios para entender el porqué y el cómo de dichos tributos.
Contribuyentes ignorantes y desactualizados:Cuando el sistema resulta ininteligible, muchos contribuyentes quedan en un estado de desconocimiento. “No saber por qué pagar” se vuelve una realidad cotidiana. Esta ignorancia, lejos de ser inocua, propicia que los ciudadanos acepten sin cuestionar impuestos adicionales o medidas discriminatorias, ya que no disponen de la información necesaria para exigir una mayor transparencia.
La trampa del “pagar por pagar”
El fenómeno del “pagar por pagar” va más allá de la mera obligación tributaria. Se refiere a la situación en la que, para cumplir adecuadamente con el pago de impuestos, el contribuyente debe incurrir en costos adicionales de asesoría, formación y sistemas de control que resultan en gastos excesivos. Esta doble carga –pagar el impuesto y luego pagar por entender y gestionar ese pago– incrementa la frustración y la desconfianza hacia el sistema.
Este escenario se instala porque, en muchos casos, los propios diseñadores del sistema encuentran beneficios en mantener su complejidad. Los intereses creados y la inercia legislativa favorecen un entorno en el que simplificar el sistema implicaría perder una fuente significativa de rentas para consultores y despachos especializados. Así, la complejidad se perpetúa y se institucionaliza.
2 comments on “Pagar por pagar: La trampa de la complejidad tributaria y la ausencia de transparencia”
Es interesante el artículo ya que nos explica la complejidad del sistema tributario, y si tenemos un error en en las declaraciones se transforma en multa
Estimados.
De excelencia vuestros aportes, Abrazo y muchísimas gracias.