Lo entiendo porque viví algo similar. Mi propio hermano menor murió de cáncer un año después de haber experimentado el peor dolor de su vida. Lo vi llorar con el alma rota, con una pena que no se podía medir ni consolar. Su mujer lo había traicionado y, con ello, su corazón quedó destrozado. Nunca vi un llanto tan profundo. No era solo tristeza, era el alma misma gritando en agonía. Y con el tiempo, esa pena se convirtió en enfermedad. Joven a los 29 años Lo mató el dolor, no el cáncer.
Hoy la ciencia confirma lo que muchos hemos sentido en carne propia: hay penas que matan. El cuerpo puede soportar enfermedades, heridas y años de desgaste, pero el alma, cuando se rompe, arrastra consigo todo lo demás.
Un Reencuentro en la Eternidad
Nunca tuve el placer de conocer en persona al Negro Piñera, pero sé que era un hombre que vivió a su manera, con gratitud, con intensidad, sin arrepentimientos. Se fue dejando en la memoria de muchos su alegría, su fiesta, su amor por la música. Y me da felicidad saber que ahora se ha reencontrado con su hermano, en un lugar donde el dolor ya no existe y donde solo quedan la plenitud y la paz infinita.
Quizás allá, en esa dimensión donde la vida y la muerte dejan de ser opuestos, Sebastián y el Negro estén compartiendo una copa, riendo como en los viejos tiempos, celebrando la eternidad con la música de fondo.
Porque al final, lo único que nos queda es lo que vivimos, lo que sentimos, lo que amamos. Y ellos, sin duda, vivieron al máximo, sin daños a terceros.
No sabrán nunca la falta que nos harán, gracias a ambos por su existencia.
12 comments on “Penas que matan: El adiós al Negro Piñera”
Que buen artículo y reflexión necesaria para nuestras vidas y valorar lo que tenemos nos mantiene centrados y con fe. Gracias Jorge Valenzuela F.
Que buen mensaje, es verdad, el alma no supera los dolores, yo soy de la familia de esta patología, estoy experimentando esta nueva vida, porque me aferré a mis hijos, y me superé de salir de esta etapa, porque quiero seguir compartiendo con ellos, soy primera yo, segunda yo y valorar el día día con la gracia de Dios.
Sldos
simplemente hermoso
Jorge, que gran reflexion mas profunda que llega al corazon. Nos deja una gran leccion el Negro Piñera, amar la musica y hermanos.
Me llegó al alma su artículo, no queda más que decir Adios a los queridos hermanos Piñera.
Un comentario muy profundo con el sentido de tomar conciencia la importancia de trascender las penas, los apegos y todas esas emociones dañinas que causan heridas emocionales y que mas, adelante se convierten en enfermedades muchas veces incurables. Si tenemos la capacidad de ” darnos cuenta” que somos nosotros mismos que construimos nuestra realidad con nuestros pensamientos, palabras y actos podemos escribir una buena historia de la estadía en este maravilloso planeta. Bendiciones de luz y amor, para los que lean este comentario.
Que hermoso lo escrito y por Dios que también es muy cierto, cuando me entere de la enfermedad del negro, pensé de inmediato que no estaba soportando la falta de su hermano y como el amor trasciende absolutamente todo, no me cabe duda que ambos están felices en su reencuentro.
Interesante reflexión, la angustia y la pena son mas dolorosas que la enfermedad
FELICITACIONES DON JORGE POR TAN LINDO ARTÍCULO, MUY CIERTO LO DICHO.
Una síntesis de vivir la vida con alegría y pasión como la vivió el Negro Piñera !!!
Hoy celebra en la casa del señor junto a sus padres, Hna y Hno Sebastian
Gracias por el buen articulo
Slds
Estimado Jorge, simplemente un gran mensaje acompañado de una vivencia muy cercana del autor, y que nos invita a reflexionar a todos en el hoy… Felicitaciones por tan hermoso artículo..!!!
Emotivo mensaje.