Segunda parte

Revise la primera parte aquí


Enfrentar la decisión o acción de “dar un paso al costado” o “hacerse a un lado” es más frecuente de lo que imaginamos. Es en el mundo empresarial donde adquiere mayor notoriedad especialmente cuando quién toma la decisión es el fundador y dueño de la Compañía. Así lo podemos apreciar no sólo a nivel país, sino que también en el plano internacional, recientemente el fundador de Uber, Travis Kalanick, dijo: “Amo a Uber más que nada en el mundo y en este difícil momento en mi vida personal he aceptado la petición de los inversores de “hacerme a un lado” para que Uber pueda volver a crecer”. También lo vimos en el caso emblemático de Steve Jobs, quien luego de ser exiliado de Apple en 1985, once años después volvió convirtiéndose en el CEO permanente hasta su fallecimiento.

Así las cosas, “dar un paso al costado” pareciera ser lo natural dentro de un proceso de renovación y crecimiento de las empresas, particularmente cuando quienes deben enfrentarlo son aquellos empresarios que iniciaron su empresa el siglo pasado.

Si uno comienza a explorar el mundo empresarial en su entorno, resulta a lo menos curioso comprobar que una gran cantidad de empresarios/fundadores y, especialmente empresarios de PYMES, aún están “al pie del cañón” viviendo la enorme disyuntiva en cuanto a ¿dar o no dar ese paso? ¿a quién entregar el bastón de mando? o preguntándose ¿cómo hacerlo para asegurar el futuro y el desarrollo de su empresa?

Entiendo lo complejo de esta decisión, especialmente para aquel empresario que inició su negocio desde cero en base a su esfuerzo personal, constancia, perseverancia y con mucho amor a lo que hacía. Seguramente, sus años de vida empresarial los dedicó por completo a mantener y hacer crecer su empresa y, seguramente, no pensó o no consideró que el tiempo pasa rápido y no se hizo la pregunta ¿y como seguirá mi empresa cuando ya no esté?

Vivimos en un mundo donde prima la búsqueda de respuestas, no nos hacemos preguntas, más bien vamos suponiendo y aprendiendo con los años que hacernos ciertas preguntas resulta vital para encausar nuestras actuaciones. Por suerte, yo me hice estas preguntas siendo joven, pero aun así teniendo claridad en la respuesta a esa pregunta, concluí lo obvio: que ninguna persona vivirá eternamente.

Mi experiencia demuestra que el dar un “paso al costado” es una decisión muy difícil y compleja para cualquier persona, independiente su, cargo, posición social o actividad. Somos seres habituales, nos encanta el status quo y tal vez por eso nos cuesta tanto.

Dar un paso al costado significa dejar, soltar, tener que confiar a otros tu trabajo y “TU” empresa; significa desapego y ello sin duda genera incertidumbre y miedos; implica riesgos y el miedo a equivocarse. Es plantearse una crisis existencial, es decir desafiarse y surge a veces el miedo a fracasar. Nacen preguntas como: ¿y después que haré entonces? o ¿yo no sé hacer otra cosa?

En mi caso, “dar un paso al costado” fue una decisión premeditada. Este proceso lo inicié hace cinco años. Con la búsqueda de un Gerente General, una persona con excelente formación profesional y experiencia en el cargo que asegurara la calidad de nuestros servicios y desarrollara nuestra “marca”. Al poco tiempo, algo falló. El primer Gerente General duró poco más de un año y fue nuestro primer fracaso… ¿Que falló? Creo que el desconocimiento y falta de experiencia en la industria le pasaron rápidamente la cuenta… hizo sus mejores esfuerzos pero los resultados no lo acompañaron

A pesar de este primer fracaso seguimos en la búsqueda de quién sería el responsable de asumir la dirección de la Compañía en el futuro. Por cierto, había descartado desde un principio que fuese una de mis hijas o algún familiar quien ocupara ese cargo, ya que asumo que el mérito, las competencias y talentos eran imprescindibles. Tal vez si las hubiese entrenado desde su niñez habrían sido una buena alternativa, de hecho muchas empresas familiares trascienden de esa forma. En mi caso, seguí perseverando en la búsqueda del Gerente General de mi Compañía, esta vez considerando nuestro aprendizaje anterior. Así buscamos a un profesional con excelencia profesional en la industria de Tecnologías de la Información. También, nos aseguramos de hacer el mejor proceso de selección, a esa altura ya contábamos con un directorio de primer nivel quienes nos apoyaron decididamente en este proceso. Yo había asumido la presidencia del Directorio y era integrante de ese equipo. Nunca olvidé una frase de uno de mis amigos directores que me dijo: “No olvides nunca que tú eres el dueño de la empresa”. Esa fue la frase que de algún modo marco mi actuación en este segundo intento de recambio. En este intento, a pesar de todas las medidas tomadas, volvimos a fracasar. Aquí aprendí que para asegurar el éxito en el desempeño profesional hay importantes cosas que van más allá de los títulos profesionales y la experiencia, La calidad de la persona, sus valores, sus principios…

Este segundo fracaso fue mucho más doloroso que el primero. No sólo porque esta vez significaba obligatoriamente retomar nuevamente el cargo de Gerente General, ya que en principio sentí esta vuelta como “dar un paso atrás”, más que dar un paso al costado. También fue doloroso porque habíamos trabajado muy profesionalmente en todo el proceso de búsqueda y selección; todos los directores estábamos muy confiado en nuestro elegido para nosotros era una “estrella”, “estrella” que al poco tiempo se transformó en “cometa”.

Mi reflexión al final de esta dolorosa experiencia fue concluir QUE IMPORTANTE Y ESCASAS SON LAS BUENAS PERSONAS en las Compañías y en el mundo. Qué importante es ser HONESTO, que importante es ser RESPONSABLE.

Bueno, tuve que volver al cargo de Gerente General -mi cargo de toda una vida-. En un principio, como podría suponer, no volví a administrar. El daño había sido mayor así que la principal tarea era reconstruir, que armar lo que se había extraviado en tan poco tiempo. Es increíble… basta poco tiempo para perder el rumbo en una empresa y perder la dirección de una Compañía.

Volver en esas condiciones, significó una tremenda experiencia y desafío. No estaba preparado para ello, ya que yo sabía y aprendí crear desde mis inicios, pero esto era distinto, una cirugía mayor y a rearmar donde se había perdido la cultura de la Compañía. Experiencia que fue un tremendo aprendizaje y experiencia, demoramos aproximadamente ocho meses en salir a flote y recuperar el rumbo, identidad, mística y en ese tiempo recuperamos todo aquello que había hecho grande a nuestra Compañía.

Recuerdo que a pesar de mi regreso exitoso, gracias a Dios, nunca fui soberbio y llegue a sentir que yo era imprescindible en nuestra empresa. Por ello hemos seguido perseverando en la búsqueda de un nuevo Gerente General… en encontrar a mi reemplazante.

Nadie ha dicho que iba a resultar fácil dar un paso al costado. En otros ámbitos, como el mundo político, por ejemplo, claramente es necesario que varios den un paso al costado, la ambición del poder es una tremenda razón para no dar un paso al costado, muchos se enquistan independiente de los años que se tenga.

A pesar de mis fracasos en este proceso de “dar un paso al costado”, he descubierto y aprendido que no basta mirar sólo hacia afuera de las empresas para buscar al mejor candidato, también está la opción de partir mirando hacia adentro e iniciar el proceso de búsqueda entre los mejores colaboradores, esto es dar inicio a una carrera por nuevas posiciones y asumir mayores responsabilidades. Eso es entregar reconocimiento y dar tiraje a la chimenea, respondiendo así al mérito de quienes conforman tu empresa, eso crea una empresa verdaderamente “familiar”.

Hoy, después de dos años de nuestra última experiencia, dimos comienzo a esta carrera y tenemos a todos nuestros gerentes de línea postulando al cargo… el mejor de ellos dentro de los próximos dos años llegará a la alta dirección. Entre todos ellos también hemos modelado un nuevo futuro para la Compañía y nuestros clientes. Hoy estamos en plena transformación, todos juntos construyendo la empresa que queremos de aquí a los próximos 30 años, fruto de encuentros, reuniones profundas reflexiones que realizamos en varias jornadas en Puerto Varas y construimos y tenemos terminada nuestra carta de navegación para nuestros siguientes 30 años,

Estoy feliz y confiado en el futuro de nuestra empresa, feliz viviendo este proceso de transformación que hemos iniciado. Estoy seguro de que nuestros clientes serán los más felices con esta nueva y moderna Transtecnia.

Para un empresario y fundador como yo dar un paso al costado después de treinta años no ha sido una tarea fácil, es un proceso que debemos comenzar tarde o temprano.

Y usted, ¿ya comenzó su proceso de transformación?

Yo sigo perseverando ¿y usted que cree? ¿debemos seguir en la Gerencia General o DAR UN PASO AL COSTADO?


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