La contabilidad es mucho más que un registro de operaciones: es transparencia, control y trazabilidad. Es la única herramienta capaz de mostrar con precisión cuánto se recauda, cuánto se gasta y en qué se utiliza cada peso.
En la empresa privada, ignorar la contabilidad lleva al desorden, la pérdida de valor y finalmente a la quiebra.
En el Estado ocurre lo mismo, pero con consecuencias mucho más profundas: crisis fiscal, desconfianza ciudadana y deterioro del desarrollo social.
La paradoja actual
Chile atraviesa una situación crítica:
🟡 El país se administra sobre la base de un presupuesto, es decir, una estimación de gastos, sin un sistema contable integrado que muestre en tiempo real cómo se usan realmente los recursos.
🟡 Cada empresa, incluso la más pequeña, está obligada a llevar una contabilidad rigurosa, pero el Estado no practica el mismo estándar de transparencia que exige a sus contribuyentes.
🟡 La política ha privilegiado la discrecionalidad sobre el control, generando un modelo en el que la ciudadanía no puede verificar si los recursos públicos se usan de manera eficiente.