Si la contabilidad fuera como la medicina, no existirían médicos, solo curanderos.
Es una afirmación fuerte y dolorosa, pero refleja con crudeza la realidad de miles de empresas en Chile.
En medicina, un profesional estudia, diagnostica, interpreta exámenes y aplica tratamientos basados en ciencia. En contabilidad, en cambio, lo que predomina en gran parte del mercado es una curandería contable: balances hechos en planillas, procesos manuales, cifras sin trazabilidad y un enfoque reducido al cumplimiento tributario.
Es decir, se atienden síntomas, pero no se diagnostica la enfermedad real.
Curandería contable basada en planillas
El problema no es la falta de software ni de tecnología. Hoy abundan sistemas en la nube, ERP robustos y aplicaciones de gestión. El problema es más profundo: la contabilidad se sigue tratando como un apéndice del negocio, subordinada a los impuestos, en lugar de estar en el centro de la gestión.
Miles de contadores y empresarios trabajan con planillas Excel como herramienta principal. Eso puede servir para cuadrar números, pero nunca para diagnosticar la salud financiera de una organización.
Esta “curandería contable basada en planillas y sin visión de negocio” está dejando a las empresas sin control real de su productividad, de sus costos y, sobre todo, de su flujo de caja.
Empresas enfermas de falta de oxígeno
La evidencia es clara: más del 80% de las pymes en Chile quiebran por problemas de flujo de caja, no por falta de ventas.
En otras palabras, no mueren por falta de clientes, sino por asfixia financiera, la ausencia del oxígeno que son los recursos disponibles para operar.
El 90% de los pequeños empresarios desconoce su punto de equilibrio, sus márgenes reales o sus costos ocultos. Se administran empresas mirando solo la cuenta bancaria, como si un médico diagnosticara a un paciente observando únicamente el color de su rostro.
El rol del contador: médico financiero o curandero
Aquí es donde surge la responsabilidad compartida.
📌 Los contadores que solo cumplen con balances e impuestos se comportan como curanderos: entregan una receta, pero no salvan la vida de la empresa.
📌 Los empresarios aceptan esa práctica también son responsables: consideran la contabilidad como un mal necesario, en lugar de verla como el sistema vital que guía la gestión.
Lo cierto es que el contador no puede seguir operando en la periferia. Debe estar en el centro, como médico financiero de cabecera, diagnosticando y anticipando, no solo reaccionando.