La cifra significó un descenso de 4,1 puntos porcentuales (pp.) en doce meses, debido a que el alza de la fuerza de trabajo (6,6%) fue menor que la presentada por la población ocupada (11,5%). Las personas desocupadas disminuyeron 36,5%, incididas únicamente por quienes se encontraban cesantes (-35,6%).
La tasa de desocupación de las mujeres se situó en 6,9% y la de los hombres, en 5,3%, decreciendo 5,3 pp. y 3,2 pp., respectivamente.
El alza de las personas ocupadas fue incidida tanto por las mujeres (13,5%) como por los hombres (9,9%). Por sector económico, influyeron construcción (25,9%), industria manufacturera (24,3%) y hogares como empleadores (17,0%). Todas las categorías ocupacionales (con calidad estadística) incidieron en el alza de las personas ocupadas, en especial las personas asalariadas privadas (9,4%), las personas trabajadoras por cuenta propia (24,2%) y el personal de servicio doméstico (8,2%).
Por nivel educacional, en tanto, la expansión de la población ocupada fue impulsada por la educación secundaria (14,5%), educación universitaria (14,0%), educación primaria (6,2%) y educación técnica (5,8%).
Informalidad laboral
La tasa de ocupación informal de la población extranjera se situó en 28,6%, lo que marca un incremento de 0,1 pp. en un año. En las mujeres, la tasa llegó a 26,5% (baja anual de 2,7 pp.) y en los hombres, a 30,3% (alza de 2,3 pp.).
Las personas extranjeras ocupadas informales aumentaron 11,8%, incididas tanto por los hombres (18,9%) como por las mujeres (3,0%).