Optimista sobre el crecimiento de este año, pero en alerta respecto del próximo está el economista y ex presidente del Banco Central Vittorio Corbo.

En el plano externo, lo intranquiliza el despliegue de la guerra comercial que ha iniciado EEUU, y en el interno espera que el gobierno emprenda las reformas necesarias para que el país se expanda a una tasa sostenible sobre 3,5%.

Viendo el dinamismo que ha tenido la economía en los últimos meses, ¿le encuentra razón al exministro Nicolás Eyzaguirre cuando dijo que ellos tuvieron mala pata?

-Parte del dinamismo de la economía tiene mucho que ver con el cambio importante en las expectativas de consumidores y empresarios y eso está relacionado con que ven un gobierno que tiene en su agenda crear un ambiente más favorable para la inversión y el crecimiento. O sea no es sólo el hecho de que haya mejorado el precio del cobre lo cual ya venía de antes, sino que hay un factor interno importante, de cambio de expectativas.

¿Concuerda con las estimaciones de un crecimiento de 4% para este año?¿Fundado en qué?

-Mi proyección hoy está entre 3,8 y 4,2%, es decir como un 3,9% para este año. Este año la principal corrección al alza en el crecimiento viene por la inversión, después de una caída de 4 años consecutivos, lo que no ocurría desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente, se preveía que este año la inversión crecería 3% y ahora todos estamos en 5%, ese aumento nos va a permitir crecer también el próximo año entre 3,5 y 4,5%, de nuevo, condicionado a como sigue la locura afuera con la guerra comercial que se ha ido profundizando.

¿Este repunte de inversión obedece sólo a expectativas?

-A expectativa y discurso, ahora hay que hacer el delivery, cumplir, esa es la tarea pendiente. El gobierno anunció un proyecto de simplificación y modernización del régimen tributario y eso va a sacar un poco de neblina del aeropuerto para que lleguen más aviones.

¿Qué ingredientes debería contener ese proyecto ?

-Avanzar en la integración del sistema. Casi todos estamos de acuerdo en que el sistema tributario quedó muy engorroso, la administración anterior logró subir los impuestos en 3 puntos del PIB (Producto Interno Bruto) -vamos a ver si se logra-, pero había muchas formas de diseñar mejor el sistema.

¿Qué le pareció el hecho de que el Presidente haya desechado la rebaja de impuestos? ¿No es crucial para el repunte de la inversión?

-Lo que preocupa cuando se invierte en una empresa es el impuesto efectivo que se paga al final, para saber el retorno de esa inversión, y en un sistema integrado el impuesto a la empresa es un crédito al impuesto final. Hoy si un empresario está en el tramo superior (de la Renta, 35%) termina pagando cerca del 45%, y en uno integrado pagaría el 35%, o sea los impuestos bajarían.

Es decir que la integración baja de por sí el impuesto final…

-La integración de por sí lo hace. No sé por qué discuten tanto eso de bajar el impuesto a las empresas de 27% a 25%, de que era una promesa, si en un sistema integrado se puede descontar el 100% del impuesto que paga la empresa; además retenerlo a nivel de empresa es eficiente, porque reduce la evasión. No me corto las venas por ese tema, porque todos sabemos que la integración también tiene una tremenda ventaja en equidad horizontal, porque dos personas con un mismo ingreso van a pagar lo mismo, ahora no ocurre así.

¿Realizar este cambio tributario permitiría que el aumento de la inversión se afirme?

-Va a ayudar, pero no hay duda de que para que las expectativas se afirmen y sigan avanzando hay mucho que hacer en la parte interna, más ahora que hace 2 o 3 meses, porque el entorno externo se ha deteriorado, es más negativo.

¿Cómo ve ese escenario externo?

-En términos de intercambio tenemos una caída importante del cobre frente al petróleo, ese es un shock. El otro shock es que la economía de EEUU ha seguido creciendo bien, más que Europa y Japón, lo que ha llevado a un fortalecimiento del dólar americano provocando salida de capitales de los países emergentes y depreciaciones de sus monedas. Por suerte en Chile esto último no ha pasado a tasas de interés internas por el tipo de cambio flexible y un mercado financiero muy profundo.

¿Cuánto afectaría la expansión del PIB este escenario?

-Para el próximo año tenemos muchas nubes, yo estoy en un rango de entre 3,5 y 4,5%, pero puede que tengamos un PIB bajo 3,5% si esta guerra comercial lleva a una desaceleración más brusca de China.

¿Cuál será ese impacto?

-Si se desacelera más China todos los metales van a sufrir, porque ellos no importan cobre para comérselo sino que para hacer productos y exportarlos. China exporta a EEUU más de US$505 mil millones al año, es decir el 22,2% del total, el cual hasta ahora está amenazado en US$ 50 mil millones, pero si enfrentan más restricciones en su principal mercado nos va a pegar en cuanto al precio de los metales y en crecimiento mundial, ya que China explica el 50% de éste, afectando todos nuestros mercados de exportaciones. Este no es el escenario central, pero puede darse, 2018 está bastante jugado, pero para 2019 hay que trabajar más duro en remover impedimentos internos, porque ya no vamos a tener el viento favorable de la economía internacional.

¿Qué probabilidades hay de que la guerra comercial se acreciente?

-Aún sigo pensando que al final del día esto es parte de una estrategia de negociación para que China reduzca aranceles a los productos americanos y se comprometa a respetar con más fuerza la propiedad intelectual de las inversiones americanas. Espero que sea sí. Me cuesta entender la estrategia de Trump porque sabemos que estas restricciones, dado que puso aranceles a bienes intermedio (como acero y aluminio), afectan la competitividad de la industria americana.

¿Y en lo financiero también vemos nubes para Chile?

-La economía americana está en un ciclo muy expansivo, y la guerra comercial le pega mucho menos que a China, pero si empieza a afectar los precios de los productos finales la Fed no va a tener la necesidad de seguir subiendo tasas como piensa, de llegar a 3 o 3,25% el próximo año. Pero la Fed sigue convencida que tendrá que subirla, y con un dólar firme los capitales se irán con más fuerza de vuelta a EEUU, y no hay duda que ese escenario nos complica a nosotros.

¿En qué sentido?

-Si el dólar se aprecia, le pega a los commodities, y habrán más países emergentes sufriendo y en nuestro vecindario Argentina, Brasil, Colombia, y Perú lo pasarán peor. También se nos complica Asia emergente y todo ellos son un mercado importante para nosotros.

¿Qué prevé para el próximo Informe de Política Monetaria del Banco Central (BC)?

-Con la información que se tenía en el último Ipom aún pensábamos que ésta era una escaramuza comercial, pero ahora se han estado disparando cañonazos, entonces eso se considerara en el próximo Ipom. El cambio más importante es que la economía interna sigue tomando dinamismo: vamos a tener un segundo trimestre mejor de lo que pensábamos un mes atrás; las brechas de capacidad se acortan; el peso se ha depreciado en forma importante; y eso lleva a pensar que la inflación total va ir transitando a la meta (3%), mientras que la subyacente dependerá más de lo que pasa en el mercado laboral donde los costos unitarios del trabajo están muy contenidos.

¿Qué pasaría con la tasa de política monetaria (TPM) en ese panorama?

-Lo más probable es que el BC no va a tener apuro en subir tasas hasta comenzando el próximo año. Después seguirá subiendo gradualmente, quitando estímulo, si el país sigue creciendo en torno a 4%.

¿No ve ningún movimiento de tasas este año?

-Es poco probable con este ruido.

¿Tiene confianza que en este gobierno aumente el PIB potencial?

-Cuando el comité de expertos convocado por Hacienda haga su informe en agosto y el BC actualice sus proyecciones en septiembre vamos a ver que el PIB potencial tendrá un crecimiento mayor que el 2,6% estimado hoy, por el repunte de la inversión y la migración que ha mantenido el aumento sostenido de la fuerza laboral.

¿En cuánto lo pronostica?

-El PIB potencial estará más cerca de 3% que 2,6%, y de ahí para llevarlo al 3,5 o 4% si queremos sostener un crecimiento sobre 4%, deben darse las medidas para aumentar la productividad. Ahora vamos a estar contentos si nos movemos a 3%.

¿Cuáles son esas tareas cruciales?

-El gobierno tiene que mover su agenda hacia remover impedimentos que enfrenta la inversión; destrabar proyectos de infraestructura porque el país se ha ido quedando atrás en puertos, aeropuertos, lo que encarece el costo de negocios y quita competitividad; una reforma al Estado para mejorar su eficiencia. Hay áreas en las que casi todos estamos de acuerdo en avanzar estructuralmente desde el punto de vista de productividad como propender a un mercado laboral más flexible para la revolución tecnológica.

A propósito de ello ¿repuntará el empleo asalariado que hasta ahora ha estado flojo?

-El empleo se recupera más tarde en el ciclo 5 a 6 trimestres después que empieza a acelerarse el crecimiento. Si seguimos creciendo en torno a 4%, no hay duda que la recuperación del empleo va a venir.

“Si hay espacio, se puede hacer un ajuste fiscal más agresivo para guardar alimentos para el invierno”

¿Cómo evalúa el proyecto de ley que crea un Consejo Fiscal Autónomo (CFA) ?

-Va en la dirección correcta. Estaba entre las recomendaciones que hicimos en una comisión que presidí, porque hoy la regla fiscal se cumple sólo por la responsabilidad del gobierno de turno, entonces es mejor institucionalizarlo, porque esta regla la entiende solo el director de Presupuestos.

¿Y el proyecto es óptimo?

-El proyecto va en esa dirección, aunque habría que hacerle algunas modificaciones. Para que funcione bien el CFA debe tener más autonomía y mejorar el sistema de selección y remoción de miembros para protegerlos de las decisiones que toman. Es decir, que si hacen una recomendación que no sea del placer del gobierno de turno, no lo echen.

¿Qué opina de la meta de reducir el déficit estructural año a año?

-Creo que es bueno que haya un compromiso año a año, porque en la ley de Responsabilidad Fiscal señala que el compromiso se anuncia para el período; me gusta mucho más esto de metas que se puedan ir auditando y no esperar que termine una administración.

En ese sentido, ¿qué le parecía lo que hacía el gobierno anterior que recalculaba cada año?

-No me gustan esas metas en la cuales para cumplir con la inflación yo cambio el índice de precios todos los años. Se debe tener reglas más estables para computar el balance ajustado por el ciclo, no cambiar el termómetro todos los años.

¿Es suficiente con ese 0,2 punto porcentual de reducción de déficit estructural por año?

-No hay dudas que siempre se puede discutir qué velocidad darle a la reducción. Pero el país tiene tremendas necesidades de mejorar bienes públicos, como la salud que recibe el 80% de los chilenos, entre otras cosas, y se tiene que ver en la ecuación cómo hacerle espacio. Ya hay un avance en reducir la deuda: el gobierno tiene una deuda neta manejable de menos del 5% del PIB, en Japón supera el 100% del PIB, en EEUU es sobre el 70%; en Chile es bajísima, entonces si se cumple esa meta por año, auditado por ese CFA que es de verdad y no estamos jugando con los números, eso es ya un tremendo avance.

¿No es necesario ser más agresivo si las condiciones son mejores?

-Si hay espacio, porque la economía crece más, se puede hacer un ajuste fiscal más agresivo para guardar alimentos para el invierno, por si mañana viene un shock más grande, tener espacio para una política fiscal contracíclica como en 2009.

Pese a los vaivenes, el ministro de Hacienda aumentó la estimación para el cobre este año de US$2,88 a US$3,12, ¿está de acuerdo?

-Lo que pasa es que mucho del precio alto que tenemos hoy es por el precio que hubo a comienzos de año, llegar a ese precio (US$2,88) es por lo que ya pasó, pueden haber 4 o 5 centavos menos; para el próximo año es probable que tengamos un precio del cobre menos que el promedio de este año por los ajustes del último tiempo. Para 2019, todo apunta que se va acercando más a US$2,80 que sobre US$3,0.P

“El BC debe tener evaluaciones (…) pero en discusiones internas”

¿Ud diría que este consejo del Banco Central (BC) liderado por Mario Marcel ha sido más cauteloso, como ha deslizado uno de los consejeros, Alberto Naudon?

-Creo que el consejo toma las decisiones con la información que existe en ese momento, por lo general los BC deben ser cautelosos, ya tenemos suficiente ruido en la economía incluyendo el que está creando el gobierno americano, no hay que crear más ruido.

¿Habría sido crear ruido haber bajado la tasa de política monetaria (TPM) cuando lo solicitaban el ministro de Hacienda de la época, Rodrigo Valdés y otros destacados economistas?

-A lo mejor el BC podría haber bajado la tasa un cuarto de punto, pero no hace mucha diferencia, lo que sí hace la diferencia es si empieza a ser errático, porque ahí se introduce un ruido que no estaba en el sistema. La buena noticia en Chile es que se habla poco del BC eso es un tremendo activo, en cambio en otros países todos están pendientes de lo que hace el BC en Argentina, Brasil, es decir ruido, ruido, acá tenemos protección contra ruidos y eso la da el BC.

¿O sea es mejor ser cauteloso?

-Exactamente. El BC debe tomar medidas cuando tenga una probabilidad alta de que serán efectivas para el problema, deben ser tomadas con mucho cuidado, cuando la dirección (de la TPM) es la correcta y se va a mantener en esa dirección. Ahora si hay un cambio brusco en la situación internacional, el BC actúa rápido como en 2008, pero cuando los cambios son menores, los BC tienen que ver qué implicancias tiene para el escenario de los próximos 12 a 24 meses, y eso es mucho de juicio, no es ciencia exacta, porque hay incertidumbre externa y también en los modelos.

Como ex presidente del BC, ¿Cree que sea prudente que aparezcan consejeros señalando que se equivocaron, le hace bien o mal a la discusión?

-O sea, todo BC tiene que tener evaluaciones internas para ir aprendiendo de su actuar, qué lecciones saca pero deben ser discusiones internas, al interior del BC.

Es decir la ropa sucia …

-Se lava en casa. Hay que aprender, porque muchas veces puede haber errores de interpretación y el consejo tomó una decisión con la información de ese momento, si ésta era errónea deben evaluarlos ellos, pero cuando esto sale a la luz, la gente lo toma como que hubo una guerra interna.

¿Qué impacto tendría una percepción de guerra interna del BC?

-Hay que cuidar mucho más el colectivo, porque el BC es una gran institución, tremenda. Hay que tener reglas, no significa que los consejeros van a estar mudos.

Artículo de Miriam Leiva

Fuente:  Pulso

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