El IPC de junio registró de -0,4% sorprendiendo al mercado, que pese a proyectar una variación negativa, la cifra estuvo por debajo del rango del -0,1% y 0,1% que adelantaban. Pero la sorpresa no sólo estuvo en cuanto a términos mensuales, ya que la inflación anualizada alcanzó su menor registro en cuatro años, mientras que en su medición de la primera mitad del año llegó a un 1,1%.

Con estos antecedentes la posibilidad de nuevos recortes a la TPM vuelve a tomar fuerza y las primeras reacciones del mercado apuntan en esa dirección.

Desde el departamento de estudios del BBVA, comentan que respecto a la cifra ésta “confirma las muy acotadas presiones inflacionarias de la economía, el desalineamiento del escenario base y pone en serio riesgo el anclaje de las expectativas de inflación, suscribiendo nuestra visión de un pronto recorte”.

Y en cuanto al futuro de la TPM,  los economistas consideran que “la reunión de política monetaria de este mes debiese al menos incorporar la opción de recorte, para dar paso a un ajuste de 25 puntos base no más allá de agosto tal como hemos manifestado durante los últimos meses”. Por último, advierten  que recuperar la inflación hacia el rango meta “no será nada fácil y tendrá que venir acompañada de la necesaria depreciación de la moneda que tanto temor ha infundido al Banco Central”.

En la misma línea, BCI estudios, destaca que “más allá de retrocesos en productos específicos, productos de reversiones del mes anterior, se manifiesta una caída generalizada en precios. La variación anual de la inflación retrocede a 1,7%, situándose bajo el rango meta de la autoridad monetaria”. Y agregan que “se elevan probabilidad de nuevos recortes en TPM”.

Visión parecida, pero más a largo plazo es la del Banco Itaú quienes no esperan “que el banco central actúe sobre la baja inflación todavía”, pero advierten que “si la actividad no muestra signos de recuperación en la segunda mitad del año, el consejo probablemente volverá a evaluar su postura. Vemos la tasa de política estable en 2,5% este año, pero dada la reciente evolución de la inflación y la actividad, hay riesgos de más recortes de las tasas de interés”.

Por su parte, Banchile Inversiones ve que la cifra abre el debate, pero “aún no es evidencia suficiente” y apunta a tres motivos, entre los que destaca que “recortar la TPM nuevamente, después de la remoción del sesgo, daría unívocamente la señal de que el Banco Central estaría observando una ralentización adicional de la actividad, visión no necesariamente presente en el consenso de mercado, el cual incluso adelanta un IMACEC creciendo 3% hacia diciembre”.

Fuente:  Pulso

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