Con el auge de los modelos de negocios digitales y la creciente popularidad de las direcciones virtuales, el Servicio de Impuestos Internos (SII) de Chile enfrenta un desafío crucial en la fiscalización y supervisión de empresas. Las direcciones virtuales, que incluyen espacios compartidos y oficinas en línea, han facilitado la operación de muchos emprendedores y startups, pero también han complicado el trabajo de los fiscalizadores al dificultar la localización física de las empresas. En este contexto, surge la necesidad de replantear y mejorar los métodos de fiscalización para adaptarse a la realidad empresarial moderna.
Desafíos en la fiscalización de empresas virtuales
Las empresas que operan con direcciones virtuales presentan varios desafíos para la fiscalización tradicional. A diferencia de las empresas con oficinas físicas, las virtuales no tienen un lugar físico donde los fiscalizadores puedan realizar inspecciones o auditar operaciones. Esta situación puede limitar la capacidad del SII para detectar fraudes o evasión de impuestos, especialmente en un entorno donde la mayoría de las transacciones se realizan de manera digital.
¿Es necesario exigir una dirección física?
Exigir que todas las empresas, especialmente los emprendedores, cambien su dirección virtual a una física podría parecer una solución inmediata para facilitar la fiscalización. Sin embargo, esta medida podría imponer cargas significativas a los emprendedores, quienes a menudo optan por direcciones virtuales para reducir costos operativos y adaptarse a un modelo de negocio más flexible. Además, el requerimiento de una oficina física podría desincentivar la innovación y el emprendimiento al aumentar los costos operativos para las nuevas empresas.
Propuesta de mejora: Distinción en las facturas
Para enfrentar estos desafíos sin imponer requisitos adicionales que puedan resultar onerosos para las empresas, se propone una solución que equilibre la transparencia y la eficiencia en la fiscalización: la inclusión de una distinción en las facturas emitidas por empresas que operan bajo un modelo virtual. Esta distinción podría ser una nota o un símbolo que indique claramente que la empresa no tiene una dirección física declarada.
Beneficios de la propuesta
1. Transparencia del mercado: Al marcar las facturas de las empresas virtuales, se proporciona a los clientes y socios comerciales información adicional sobre el tipo de empresa con la que están tratando. Esto puede influir en la confianza y en la toma de decisiones comerciales, permitiendo a las partes interesadas evaluar el riesgo asociado a cada transacción.