La relación entre contabilidad y corrupción revela un alarmante vacío en el control financiero de empresas e instituciones. La contabilidad, herramienta esencial para prevenir fraudes, a menudo no genera las alertas necesarias, y esta situación se agrava por la manera en que se generan y presentan los informes financieros a los directores o administradores.
El rol de la partida doble y la trazabilidad
La contabilidad se fundamenta en el principio de la partida doble, en el que cada transacción se registra en dos cuentas, garantizando un equilibrio que permite detectar anomalías. Esta trazabilidad es vital para seguir el rastro de los recursos y ofrecer transparencia. Sin embargo, muchos informes financieros se elaboran fuera del ámbito contable, mediante hojas de cálculo en Excel, lo que facilita la manipulación de datos y dificulta la detección de irregularidades o inconsistencia. Esto crea incertidumbre sobre la consistencia entre los datos registrados en la contabilidad y los utilizados en las planillas, ya que las modificaciones no dejan un rastro claro.