Esto no solo es injusto, es un castigo para quienes hacen bien las cosas, tanto empleadores como trabajadores. Y es una señal preocupante de que el sistema laboral está siendo vulnerado por prácticas que, lejos de ser excepcionales, se están normalizando.
Vivimos en una paradoja: muchos jóvenes sueñan con ser empresarios, pero en el presente —como trabajadores— buscan atajos, privilegios y “pillerías” que, lejos de construir, desfondan los sistemas, erosionan la confianza y frenan el desarrollo de las empresas que más necesitan estabilidad para crecer.
Tal vez cuando esos mismos jóvenes emprendan y deban asumir el rol de empleadores, comprendan en carne propia cuán difícil es sostener un negocio formal en un entorno que premia al que burla el sistema y castiga al que produce.
Es hora de tener esta conversación con valentía y madurez. No se trata de atacar al trabajador, sino de recuperar el valor del esfuerzo, la ética y la responsabilidad compartida. Porque sin ética no hay confianza, y sin confianza no hay futuro.
1 comment on “Transparentemos las malas prácticas laborales: Más allá de las licencias médicas falsas”
Que las autoridades (Poder legislativo y parlamentario) hagan las reformas necesarias y urgentes para evitar tanta malversación y aprovechamiento indebido con los impuestos que pagan las empresas y personas naturales. Y que los ciudadanos sepamos elegir bien cuando corresponda a nuestras autoridades que tengan principios fundamentales como la honestidad y lealtad.