Y hay desde luego una mirada chilena sobre ese reporte y en general las materias que allí se exponen. Quien lo ha seguido desde hace tiempo es el representante de Chile ante la OCDE en París, Felipe Morandé.

“La OCDE nos ha señalado que tenemos una distribución del ingreso todavía inferior, o peor, de lo que se establece acá como promedio de los países OCDE. Nos viene diciendo esto desde que somos miembros plenos, hace 10 años. Nosotros hemos mejorado como país en varias dimensiones de distribución del ingreso en los últimos 20, 30 años, sin embargo, todavía tenemos niveles de desigualdad de acuerdo con el criterio de la OCDE, que son no positivos, que podrían ciertamente mejorar”.

Exenciones tributarias

A fines de enero, un grupo de especialistas convocados por el Ministerio de Hacienda entregó un informe con sus recomendaciones para modificar o derechamente eliminar un número de exenciones tributarias. El nuevo titular de la cartera, Rodrigo Cerda, recibió el documento (encargado por su antecesor, Ignacio Briones), pero le puso una “pausa” a la idea. Las prioridades del Gobierno, indicó el nuevo ministro, están en la reactivación de la producción y del empleo.

El informe de la OCDE sí pone uno de sus acentos precisamente en las necesidades de mayor recaudación de un país que tendrá más desafíos sociales. Por ejemplo, propone ensanchar la base del impuesto a la renta. Y otra es un nuevo marco de exenciones aparece como una revisión relevante.

“Esto se repite en este informe en particular como otra opción para aumentar la base de recursos fiscales para enfrentar las consecuencias económicas de la pandemia sanitaria, y también para avanzar en materia de equidad, ambas cosas a la vez”, sostuvo el embajador Morandé, exdecano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.

Para el economista, “eso está en la dirección correcta. Debemos de alguna forma revisar cuáles son las exenciones y ver cuáles de aquellas nos parecen más desalineadas con lo que sería una estructura tributaria moderna, y cuáles de aquellas podrían permitir al Estado recaudar más recursos. Sin duda que esos recursos van a ser necesarios conforme el Estado sigue apoyando la recuperación económica, y además si lo sigue haciendo para disminuir las brechas sociales y económicas. Yo estoy de acuerdo con que se revisen o se hagan propuestas en materia de eliminar o disminuir algunas de ellas que son las más onerosas”.

El representante chileno ante la OCDE recuerda que varias de estas medidas parecen razonables desde el punto de vista tributario, pero son difíciles desde la perspectiva política. “Hay algunas que son cantadas para como afectarse, pero hay que reconocer que son políticamente complejas de implementar, por ejemplo: nivelar el impuesto específico al diésel con aquel de las gasolinas”.

Otra corresponde a cambios en la renta presunta, agregó, que “es una anomalía para los tiempos que se viven con las digitalizaciones y avances en materia de recolección de información tributaria, aun cuando lo que queda por reducir de la renta presunta ya es bastante menor porque se han hecho esfuerzos en esta materia”.

Y otro tipo de revisiones, añadió, podrían enfocarse en las ganancias de capital. “Creo que hoy día se debe estudiar –no sé si al mismo momento que las demás, tal vez cuando esté superada la pandemia– los impuestos a las ganancias del capital, donde claramente hay distintas posiciones, pero nosotros como no tenemos impuestos en esta materia podríamos revisarlo porque claramente ahí hay recursos importantes envueltos”.