La tributación de las empresas en Chile depende de la buena fe de los Contadores.  Sin ellos no hay recaudación Fiscal. Por cierto, la obligación de declarar y pagar el impuesto es del Contribuyente, pero en la práctica, el Contribuyente tiene que pagar lo que “le digan” y es el contador el profesional que facilita, cautela y realiza las declaraciones de impuestos para el fisco. Dada la complejidad y cada vez menos entendible sistema tributario chileno, los Contribuyentes no están en condiciones de entender y realizar la tarea de declarar y calcular el pago de sus impuestos, aun considerando las herramientas tecnológicas dispuestas por el SII.

Por esta razón, resulta al menos injusto observar como una enésima ley tributaria desprotege y amenaza a los profesionales que cautelan y protegen la recaudación de los impuestos en Chile. El afán de recaudar más impuestos para el Estado al parecer no tiene límites ni razones. No son solo los ricos los que tendrán que pagar la cuenta; aquí grandes y chicos, trabajadores, hombres y mujeres de cualquier condición deberán soportar este mayor pago.  Los únicos que nunca pagarán impuestos, son aquellos que están   fuera del Sistema, los informales, los “No Contribuyentes”. No porque estén exentos y no generen rentas, sino porque que se revelaron a trabajar para otros y prefieren hacerlo solo para ellos, sin aportar nada al Estado y aprovechando si, todas las debilidades y beneficios que el sistema tiene para ellos.  Pero para que en Chile la recaudación de impuesto funcione y siga funcionando todo este sistema, imperiosamente necesita de los Contadores. Son ellos los que entregan todos los insumos de información para que el Estado determine cuánto es lo que el contribuyente tiene que pagar por concepto de impuestos. Del mismo modo, los contadores son los que permiten que el Estado, a través del SII, obtenga la información   para que los contribuyentes paguen correctamente sus impuestos.

Lo importante destacar es que el Estado en esta materia “actúa de buena fe”. Confía en que el contador realizará correctamente las Declaraciones Juradas y las declaraciones de impuestos y así es, como el contador es un profesional que asume que su trabajo también contempla resguardar los intereses del estado y lo hace con mucho celo y mucho profesionalismo.

Incluso se podría considerar que el Contador es un trabajador estatal, dado que una de sus principales tareas, es trabajar para beneficio fiscal, y es ahí, donde invierten mayor parte del tiempo y gastan para estudiar permanentemente para entender un sistema tributario altamente complejo.

Pero esto no debiera ser así, el contador en su esencia debiera trabajar principalmente para las empresas, para el sector privado, porque son ellos los que pagan por su trabajo, sus servicios, los contadores debieran estar ayudando a las empresas a gestionar y controlar sus Finanzas, para eso es la Contabilidad.

Sin embargo, la realidad nos muestra que el Estado no solo no les paga a los contadores por facilitar y lograr el cumplimiento tributario de los Contribuyentes, sino que tampoco los reconoce y los valora.  Son un “mal necesario” dentro del Sistema, esto no es ahora, desde siempre la Institución del SII a menospreciado el trabajo tributario de los Contadores, basta recordar la frase de una publicidad del SII decía “Haga un Click aquí y…… olvídese del contador”.

En resumen, la profesión de Contador es una de las actividades menos valoradas especialmente por las instituciones del Estado, a pesar de que no podría prescindir de su trabajo para recaudar impuestos. Ahora además, quieren castigar a los Contadores gravando con IVA su actividad, una actividad que resulta relevante para cautelar la recaudación de los impuestos, lo que resulta  injusto.

Los Contribuyentes deben cumplir sus obligaciones, pero también el Estado debe cumplir con las suyas, la autoridad no está dada para aprovecharse de la sociedad. La autoridad debe cumplir con el rol de Facilitar el cumplimiento de los impuestos a los Contribuyentes, y con esta modificación legal, no lo está haciendo.