El reciente dictamen de la Contraloría General de la República, que obligó al Ministerio de Hacienda a revisar la forma en que se contabilizan los aportes de los estudiantes al nuevo Financiamiento para la Educación Superior (FES), ha sido abordado públicamente como un problema técnico de clasificación contable.
Pero esa lectura es incompleta.
Y, más aún, oculta el verdadero problema de fondo.
Lo ocurrido no es un simple desacuerdo sobre si un flujo debe registrarse como activo, ingreso contingente o gasto. Es la manifestación de una debilidad estructural mucho más profunda: la contabilidad actual —tanto pública como privada— no fue diseñada para asegurar verdad económica, trazabilidad total ni gestión efectiva de hechos económicos complejos.
🔍 Cuando los números existen, pero no explican.
Hoy operamos con sistemas contables que cumplen adecuadamente su función histórica: registrar y clasificar montos.
Sin embargo, no explican el hecho económico que esos montos representan.
En el caso del FES, la discusión se centra en cómo reconocer contablemente los aportes futuros de los estudiantes. Pero la pregunta clave no es solo dónde se registra ese flujo, sino:
⁉️ ¿Cuál es la evidencia económica completa que respalda ese registro?
⁉️ ¿Qué condiciones, supuestos y contingencias incorpora?
⁉️ ¿Puede ese registro ser auditado en el tiempo sin reinterpretaciones?
⁉️ ¿El voucher que lo origina es inalterable y trazable hasta su fuente?
Cuando estas respuestas no están contenidas dentro del propio sistema contable, la contabilidad deja de ser una fuente de verdad y pasa a ser solo un reflejo parcial de la realidad.
🧱 El límite estructural de la contabilidad tradicional.
La contabilidad tradicional —basada en un modelo conceptual creado hace más de 500 años— no está en crisis normativa, sino tecnológica y estructural.
Las normas contables, tanto públicas como privadas, exigen juicio, evidencia y control. El problema es que los sistemas contables actuales no permiten materializar plenamente esos principios, porque:
🧨 El voucher puede ser ajustado o modificado, debilitando la trazabilidad.
🚨 La evidencia del hecho económico vive fuera del sistema contable: contratos, planillas, informes técnicos, modelos paralelos.
🧨 La auditoría es posterior, manual y costosa, no continua ni embebida.
🚨 La gestión depende de interpretaciones externas, no de datos explicativos nativos.
Por eso, cambiar la clasificación de una cuenta no resuelve el problema que detectó la Contraloría.
Solo lo posterga.